/ domingo 5 de enero de 2020

La crisis del sistema penitenciario

Ante la crisis del sistema penitenciario de Zacatecas, con un saldo de 17 muertos y diez heridos, vale la pena rescatar el análisis que hizo del sistema penitenciario el ex consejero de la Judicatura Federal Alfonso Pérez Daza.

Nos dice que en su obra clásica "Vigilar y castigar", el filósofo Michel Foucault analizó minuciosamente el surgimiento de la prisión. Como pocos, sostiene el también investigador de la UNAM, el pensador francés explicaba que, aunque la idea de prisión es antigua, su existencia como la conocemos actualmente es reciente.

El tránsito, entre el siglo XVIII y XIX, fue de una penalidad basada en castigos físicos inhumanos a la prisión como sanción propia de las sociedades civilizadas.

En México, el artículo 18 constitucional establece que solo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. Además dispone que el sitio de ésta debe ser distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estar completamente separados; el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir.

Si se contrasta el texto anterior con la realidad de la cárcel zacatecana, se puede deducir que existe un problema grave que debe atenderse.

Además de la precariedad en la que habitan los reos, hay prácticas cotidianas que alientan la delincuencia y la corrupción: comercio de drogas y armas, pago de cuotas de protección, realización de llamadas de extorsión, entre otras.

Hoy más que nunca, la gobernabilidad del centro de reclusión en Zacatecas, y que es de mediana seguridad, se ha visto comprometida en más de una ocasión pues, en aras de hacer valer su voluntad, grupos criminales han realizado motines y tumultos con saldos trágicos. En la última semana, damos cuenta de 17 muertos y diez heridos.

Lo más grave es que no existen autoridades penitenciarias o de seguridad puestos a disposiciòn del ministerio público, lo que presume, al menos, complicidad de quienes deben vigilar que se cumpla la Ley.

Urge una medida de auxilio del gobierno federal a la crisis del sistema penitenciario en Zacatecas. Las autoridades locales no pueden con la administraciòn de la cárcel y eso pone en crisis tambíen al gobierno de Alejandro Tello. Si no hay medidas rápidas, la crisis puede llegar a las urnas.

Después de estos acontecimientos, difícil será para los futuros candidatos a la Gubernatura del Estado proponer acciones de seguridad, porque hasta poco se puede decir de manera positiva. Vaya reto...

Ante la crisis del sistema penitenciario de Zacatecas, con un saldo de 17 muertos y diez heridos, vale la pena rescatar el análisis que hizo del sistema penitenciario el ex consejero de la Judicatura Federal Alfonso Pérez Daza.

Nos dice que en su obra clásica "Vigilar y castigar", el filósofo Michel Foucault analizó minuciosamente el surgimiento de la prisión. Como pocos, sostiene el también investigador de la UNAM, el pensador francés explicaba que, aunque la idea de prisión es antigua, su existencia como la conocemos actualmente es reciente.

El tránsito, entre el siglo XVIII y XIX, fue de una penalidad basada en castigos físicos inhumanos a la prisión como sanción propia de las sociedades civilizadas.

En México, el artículo 18 constitucional establece que solo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. Además dispone que el sitio de ésta debe ser distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estar completamente separados; el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir.

Si se contrasta el texto anterior con la realidad de la cárcel zacatecana, se puede deducir que existe un problema grave que debe atenderse.

Además de la precariedad en la que habitan los reos, hay prácticas cotidianas que alientan la delincuencia y la corrupción: comercio de drogas y armas, pago de cuotas de protección, realización de llamadas de extorsión, entre otras.

Hoy más que nunca, la gobernabilidad del centro de reclusión en Zacatecas, y que es de mediana seguridad, se ha visto comprometida en más de una ocasión pues, en aras de hacer valer su voluntad, grupos criminales han realizado motines y tumultos con saldos trágicos. En la última semana, damos cuenta de 17 muertos y diez heridos.

Lo más grave es que no existen autoridades penitenciarias o de seguridad puestos a disposiciòn del ministerio público, lo que presume, al menos, complicidad de quienes deben vigilar que se cumpla la Ley.

Urge una medida de auxilio del gobierno federal a la crisis del sistema penitenciario en Zacatecas. Las autoridades locales no pueden con la administraciòn de la cárcel y eso pone en crisis tambíen al gobierno de Alejandro Tello. Si no hay medidas rápidas, la crisis puede llegar a las urnas.

Después de estos acontecimientos, difícil será para los futuros candidatos a la Gubernatura del Estado proponer acciones de seguridad, porque hasta poco se puede decir de manera positiva. Vaya reto...