/ martes 22 de diciembre de 2020

La estrella de Belén

La Navidad cristiana ha ido ganando terreno, la historia se ha escrito en parte desde los antecedentes del derecho romano, a costa de tener sincretismos con celebraciones paganas. De ahí la tradición del poner un árbol de navidad, las luces, los regalos, las fiestas, las coronas y demás elementos decorativos. El nombre viene de pagus, “aldea” de tal suerte que el término pagano “pagano” endureció y se convirtió en palabra oscura para los cristianos.

Los romanos festejaban la natividad del Sol el 25 de diciembre con grandes banquetes y coloridas fiestas. Todos vivían la algarabía para preparar los regalos y el entusiasmo de recibirlos, ya que estos eran obligatorios. Este día desde antaño era de fiesta, agradecimiento, cordialidad y buenas intenciones.

El festejo del nacimiento del Sol data de antecedentes y tradiciones milenarias y ancestrales a lo largo y ancho del mundo. Los antiguos romanos no fueron la excepción y el día en que la noche es más larga, cuando esta estrella parece detenerse lo llamaron solsticio “Sol inmóvil” de invierno esto ocurre alrededor del 21 de diciembre.

Después de 800 años, una conjunción de planetas Júpiter y Saturno nos dejaran apreciar en estas tardes decembrinas de fin de año, la estrella de Belén, para este fenómeno se recomienda buscar un lugar con una vista despejada al cielo, sin lugar a dudas un gran regalo para nuestra experiencia de vida y por las creencias religiosas que muchos tenemos.

El cristianismo se dio en Europa y fue hasta el siglo XIII que nació la inquietud de celebrar el natalicio de Jesús. Pero la gran pregunta fue ¿Cuándo nació? El dato no aparece en la Biblia, así que diferentes eruditos se pusieron a hacer cuentas y propusieron fechas tan diversas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril y el 20 de mayo.

El Papa Fabián (236-250) mareado por tanta especulación, pensó que era mejor dejar las cosas como estaban y consideró que fijar la fecha de nacimiento del Mesías era un sacrilegio. Poco caso le hicieron al Papa Fabián, ya que la Iglesia oriental, después de varios e intensos estudios de diversos astrólogos y matemáticos, determinó que Jesús fue crucificado un 6 de abril. Justo a la edad de 33 años contados a partir de su concepción, como entonces se hacía. De modo tal que si el Nazareno fue concebido un 6 de abril, sumando los nueve meses de rigor, se concluyó que nació un 6 de enero.

La palabra Navidad viene del vocablo Nativitas “nacimiento” que se refiere a la celebración más importante del año para la tradición cristiana, la cual conmemora el nacimiento de Jesucristo cada 25 de diciembre. Esta fecha fue establecida con el fin de que coincidiera con las saturnales que no era sino una antigua celebración romana y otras fiestas paganas. (Las Saturnales, provienen del latín Sacturnalia, celebración romana que honraba a Saturno, dios de la agricultura y la cosecha, durante el solsticio de invierno. Representaba el final del trabajo anual en el campo, por lo que durante los siete días que duraba la celebración, los esclavos eran liberados para agradecer al cielo y festejar con la comunidad al nuevo periodo solar.)


La Navidad cristiana ha ido ganando terreno, la historia se ha escrito en parte desde los antecedentes del derecho romano, a costa de tener sincretismos con celebraciones paganas. De ahí la tradición del poner un árbol de navidad, las luces, los regalos, las fiestas, las coronas y demás elementos decorativos. El nombre viene de pagus, “aldea” de tal suerte que el término pagano “pagano” endureció y se convirtió en palabra oscura para los cristianos.

Los romanos festejaban la natividad del Sol el 25 de diciembre con grandes banquetes y coloridas fiestas. Todos vivían la algarabía para preparar los regalos y el entusiasmo de recibirlos, ya que estos eran obligatorios. Este día desde antaño era de fiesta, agradecimiento, cordialidad y buenas intenciones.

El festejo del nacimiento del Sol data de antecedentes y tradiciones milenarias y ancestrales a lo largo y ancho del mundo. Los antiguos romanos no fueron la excepción y el día en que la noche es más larga, cuando esta estrella parece detenerse lo llamaron solsticio “Sol inmóvil” de invierno esto ocurre alrededor del 21 de diciembre.

Después de 800 años, una conjunción de planetas Júpiter y Saturno nos dejaran apreciar en estas tardes decembrinas de fin de año, la estrella de Belén, para este fenómeno se recomienda buscar un lugar con una vista despejada al cielo, sin lugar a dudas un gran regalo para nuestra experiencia de vida y por las creencias religiosas que muchos tenemos.

El cristianismo se dio en Europa y fue hasta el siglo XIII que nació la inquietud de celebrar el natalicio de Jesús. Pero la gran pregunta fue ¿Cuándo nació? El dato no aparece en la Biblia, así que diferentes eruditos se pusieron a hacer cuentas y propusieron fechas tan diversas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril y el 20 de mayo.

El Papa Fabián (236-250) mareado por tanta especulación, pensó que era mejor dejar las cosas como estaban y consideró que fijar la fecha de nacimiento del Mesías era un sacrilegio. Poco caso le hicieron al Papa Fabián, ya que la Iglesia oriental, después de varios e intensos estudios de diversos astrólogos y matemáticos, determinó que Jesús fue crucificado un 6 de abril. Justo a la edad de 33 años contados a partir de su concepción, como entonces se hacía. De modo tal que si el Nazareno fue concebido un 6 de abril, sumando los nueve meses de rigor, se concluyó que nació un 6 de enero.

La palabra Navidad viene del vocablo Nativitas “nacimiento” que se refiere a la celebración más importante del año para la tradición cristiana, la cual conmemora el nacimiento de Jesucristo cada 25 de diciembre. Esta fecha fue establecida con el fin de que coincidiera con las saturnales que no era sino una antigua celebración romana y otras fiestas paganas. (Las Saturnales, provienen del latín Sacturnalia, celebración romana que honraba a Saturno, dios de la agricultura y la cosecha, durante el solsticio de invierno. Representaba el final del trabajo anual en el campo, por lo que durante los siete días que duraba la celebración, los esclavos eran liberados para agradecer al cielo y festejar con la comunidad al nuevo periodo solar.)