Haciendo énfasis en la responsabilidad que se tiene respecto al cuidado del medio ambiente que es nuestra responsabilidad, habrá que ver como las vicisitudes de la vida nos orillan a mejorar conductas y al fortalecimiento de acciones, ya que dan la oportunidad de analizar primeramente, la existencia en este mundo, posteriormente, vale la pena reflexionar respecto a que se ha hecho y que se está haciendo por él, primeramente como personas, así como en la familia, en el trabajo, en la localidad que se habita y en la sociedad a la que se pertenece, pues todo lo que se realiza, va dejando huella, ya que se está acabando con él, pues las conductas que se observan respecto al cuidado y preservación del medio ambiente, no son las más adecuadas y por supuesto que no son las correctas.
Este comportamiento puede ser atribuible a una falta de cultura, respecto a los valores que deben prevalecer en la sociedad, ya que desde su seno, no se está sembrado la semilla, no se están enseñado esos valores, no se ha abonado ni regado, con el ejemplo a los hijos, porque si así se hiciera, sin discurso ni demagogia, este planeta sería un planeta mejor. Se cosecharía un mejor medio ambiente con acciones efectivas y reales de comportamiento, de respeto y cuidado de la naturaleza, encaminadas a fortalecer y difundir con mayor énfasis, lo necesario que resulta en este momento el incluir en todos los planes y programas permanentes, ya sea de gobierno y/o educativos, el tema medioambiental.
La producción o uso de todos esos bienes, tiene consecuencias en el medio ambiente: la pérdida y alteración de los ecosistemas y de su biodiversidad, la contaminación del agua, el aire y los suelos; y el cambio climático global y la reducción del grosor de la capa de ozono que protege de los peligrosos rayos ultravioleta de sol. Todos los elementos del ambiente están estrechamente relacionados, los problemas ambientales que afectan a uno de ellos tendrán, en el corto, mediano o largo plazos, algún efecto directo o indirecto sobre uno o más de los restantes elementos.
Un buen ejemplo, de cómo la producción de bienes afecta a un elemento del ambiente y cómo éste altera las restantes unidades, es la necesidad de producir más y mejores alimentos para una población cada vez más numerosa, que ha impulsado a lo largo de los siglos a muchas comunidades, asentadas en los bosques tropicales del mundo, a eliminar la cubierta de bosque original para obtener nuevos terrenos de cultivo. Su primer impacto repercute en la merma de la superficie forestal –con lo que inmediatamente perdemos muchos tipos de materias primas y otros recursos naturales de manera definitiva-; pero también afecta a las poblaciones silvestres de las plantas y animales que ahí habitaban –que después del desmonte no encuentran más sitios adecuados para establecerse y reproducirse-, llegando incluso a ponerlas en las listas de peligro de extinción.
Los cambios que se registran, tanto en la temperatura, como en el medio ambiente tiene que ver con la cultura de los habitantes de los municipios, se requiere reforzar con acciones de concientización, a través de la capacitación y la práctica, mismas que contempla la propia ley orgánica del municipio.