/ domingo 10 de enero de 2021

La lucha por el poder

Siempre vale pena reflexionar que cuando alguien desea servir a los ciudadanos, lo que más debe importar es que los problemas se resuelvan, aunque sean otros quienes lleven el protagonismo; y lo ideal, es que el poder y quien lo ejerce, lo conciba como un servicio desinteresado y no como una forma de vivir.

Lejos sin duda se encuentra esa dialéctica entre los principales aspirantes a los diferentes cargos de elección que en Zacatecas se disputan el acceso al poder.

No terminan de consolidarse las candidaturas al gobierno de los partidos más fuertes, porque la lucha entre grupos aún no termina, y más cuando en algún caso ya hasta se judicializó el procedimiento de selección de su candidato.

Los grupos que hoy ya rodean a los candidatos al gobierno de Zacatecas, buscan su ascenso a los escenarios de poder para satisfacer ambiciones personales y de grupo y no por el auténtico servicio a la sociedad a cambio de muy poco o de nada.

No buscan acceder al poder solo para servir a los zacatecanos, sino para encontrar la forma de abastecer las necesidades de control político y social.

Ya circulan entre los aspirantes a la silla gubernamental, “experimentados” operadores políticos que desde 1998 no han ganado una elección, y sí por el contrario, se caracterizan por llevar a la derrota a todos aquellos que han confiado en su “capacidad” para convencer y ejercer el poder.

Vemos puros generales dispuestos a sacrificar su esencia en el ámbito de su desempeño para alcanzar el poder.

Hoy la lucha por convertirse en autoridad es legítima. La autoridad, a cualquier nivel, siempre es necesaria, porque donde nadie manda, todos mandan, y donde todos mandan, no manda nadie.

Lo anterior es un principio filosófico que adquiere un valor mayor a partir de lo que hoy observamos en Zacatecas.

Por un lado, en el candidato de MORENA vemos a puros a generales donde todos mandan, y donde en la realidad no manda nadie. El que verdaderamente toma las decisiones radica en el Senado de la República y poco los considera. El candidato sólo es el instrumento.

Del lado de la alianza “Va por México”, vemos una ausencia de liderazgos que no terminan de cuajar y que cada partido que la integra, tendrá una lucha fratricida por alcanzar el poder, a pesar de la candidata.

En esta razón, en ambos casos, podemos afirmar que es legítima su aspiración a mandar o gobernar, pero también vale decir, que es justo que los ciudadanos podamos elegir a nuestros gobernantes, aunque no quiere decir que podamos acertar en la decisión. Lo más triste es que no hay de donde más elegir.


Siempre vale pena reflexionar que cuando alguien desea servir a los ciudadanos, lo que más debe importar es que los problemas se resuelvan, aunque sean otros quienes lleven el protagonismo; y lo ideal, es que el poder y quien lo ejerce, lo conciba como un servicio desinteresado y no como una forma de vivir.

Lejos sin duda se encuentra esa dialéctica entre los principales aspirantes a los diferentes cargos de elección que en Zacatecas se disputan el acceso al poder.

No terminan de consolidarse las candidaturas al gobierno de los partidos más fuertes, porque la lucha entre grupos aún no termina, y más cuando en algún caso ya hasta se judicializó el procedimiento de selección de su candidato.

Los grupos que hoy ya rodean a los candidatos al gobierno de Zacatecas, buscan su ascenso a los escenarios de poder para satisfacer ambiciones personales y de grupo y no por el auténtico servicio a la sociedad a cambio de muy poco o de nada.

No buscan acceder al poder solo para servir a los zacatecanos, sino para encontrar la forma de abastecer las necesidades de control político y social.

Ya circulan entre los aspirantes a la silla gubernamental, “experimentados” operadores políticos que desde 1998 no han ganado una elección, y sí por el contrario, se caracterizan por llevar a la derrota a todos aquellos que han confiado en su “capacidad” para convencer y ejercer el poder.

Vemos puros generales dispuestos a sacrificar su esencia en el ámbito de su desempeño para alcanzar el poder.

Hoy la lucha por convertirse en autoridad es legítima. La autoridad, a cualquier nivel, siempre es necesaria, porque donde nadie manda, todos mandan, y donde todos mandan, no manda nadie.

Lo anterior es un principio filosófico que adquiere un valor mayor a partir de lo que hoy observamos en Zacatecas.

Por un lado, en el candidato de MORENA vemos a puros a generales donde todos mandan, y donde en la realidad no manda nadie. El que verdaderamente toma las decisiones radica en el Senado de la República y poco los considera. El candidato sólo es el instrumento.

Del lado de la alianza “Va por México”, vemos una ausencia de liderazgos que no terminan de cuajar y que cada partido que la integra, tendrá una lucha fratricida por alcanzar el poder, a pesar de la candidata.

En esta razón, en ambos casos, podemos afirmar que es legítima su aspiración a mandar o gobernar, pero también vale decir, que es justo que los ciudadanos podamos elegir a nuestros gobernantes, aunque no quiere decir que podamos acertar en la decisión. Lo más triste es que no hay de donde más elegir.