/ domingo 5 de junio de 2022

La mafia carretera

Ahora que el gobernador de Zacatecas anunció inversiones millonarias para los próximos años para modernizar y fortalecer la red carretera federal de la entidad y que ya se encuentran en marcha obras que en poco tiempo deben abonarle al desarrollo de la entidad, buena falta hace que también se termine el largo influyentísmo de la denominada “mafia carretera” de Zacatecas que instaló el destituido Jorge Raúl Aguilar en el Centro SCT.

De poco o nada servirá cualquier esfuerzo que el gobierno de David Monreal imponga en el desarrollo de las vías de la comunicación, sino se pone fin al largo periodo que sólo ha servido para el enriquecimiento de unos cuantos, que por cierto están sujetos a procesos administrativos, comenzando por el recientemente destituido ex director y las empresas de sus familiares y amigos.

El primer paso se dio justo con la llegada, en su lugar, de la nueva directora de esa importante dependencia, Ivette Madai Toledo Rosas, conocida como una académica connotada y eficiente, que se identifica plenamente con la Cuarta Transformación, y que a diferencia de su antecesor, garantiza eficiencia y transparencia en la asignación de las obras a realizar en la red carretera federal de Zacatecas.

Cosa que hoy tiene en litigio a las empresas que llegaron con Jorge Raúl Aguilar.

Para que esos compromisos del gobernador tengan el efecto deseado, urge terminar con la “mafia Carretera” que se enquistó en el Centro SCT.

Urge que se investigue el patrimonio con el que contaban cuando llegaron a Zacatecas funcionarios como Concepción Mata Sáenz, Subdirectora de Administración; Sandra Patricia Valadez Romo encargada del departamento de contratos y estimaciones quien además fue brazo fuerte de ex director, y que juntas negociaban con los contratistas y empresarios la asignación de los contratos. Hay testimonios.

También deben dar cuenta de su patrimonio otros funcionarios como Ascensión Mariscal Sandoval, titular de la residencia general de carreteras federales y Luis Carlos Morales Dávila responsable de carreteras alimentadoras, quien por cierto, renunció en diciembre, debido a que no puede validar el creciente patrimonio que construyó como funcionario y a la vez contratista.

En todos estos casos, existe una singular diferencia entre sus ingresos, por cierto muy jugosos como servidores de la nación, y su actual poder económico, sus familias y sus socios.

Ahora que iniciará la auditoría federal, deben dar cuenta de cómo han “construido” sus emporios entre restaurantes, empresas constructoras, bares y bienes raíces. Los testimonios y registros son públicos.

El Gobierno estatal debe dar todo el apoyo a la directora del Centro SCT, quien ha iniciado la limpia y el saneamiento de la corrupción, de la que pronto comentaremos. Urge terminar con la “mafia carretera” instalada en Zacatecas y que alcanza oficinas centrales hasta de organismos autónomos e independientes.

Ahora que el gobernador de Zacatecas anunció inversiones millonarias para los próximos años para modernizar y fortalecer la red carretera federal de la entidad y que ya se encuentran en marcha obras que en poco tiempo deben abonarle al desarrollo de la entidad, buena falta hace que también se termine el largo influyentísmo de la denominada “mafia carretera” de Zacatecas que instaló el destituido Jorge Raúl Aguilar en el Centro SCT.

De poco o nada servirá cualquier esfuerzo que el gobierno de David Monreal imponga en el desarrollo de las vías de la comunicación, sino se pone fin al largo periodo que sólo ha servido para el enriquecimiento de unos cuantos, que por cierto están sujetos a procesos administrativos, comenzando por el recientemente destituido ex director y las empresas de sus familiares y amigos.

El primer paso se dio justo con la llegada, en su lugar, de la nueva directora de esa importante dependencia, Ivette Madai Toledo Rosas, conocida como una académica connotada y eficiente, que se identifica plenamente con la Cuarta Transformación, y que a diferencia de su antecesor, garantiza eficiencia y transparencia en la asignación de las obras a realizar en la red carretera federal de Zacatecas.

Cosa que hoy tiene en litigio a las empresas que llegaron con Jorge Raúl Aguilar.

Para que esos compromisos del gobernador tengan el efecto deseado, urge terminar con la “mafia Carretera” que se enquistó en el Centro SCT.

Urge que se investigue el patrimonio con el que contaban cuando llegaron a Zacatecas funcionarios como Concepción Mata Sáenz, Subdirectora de Administración; Sandra Patricia Valadez Romo encargada del departamento de contratos y estimaciones quien además fue brazo fuerte de ex director, y que juntas negociaban con los contratistas y empresarios la asignación de los contratos. Hay testimonios.

También deben dar cuenta de su patrimonio otros funcionarios como Ascensión Mariscal Sandoval, titular de la residencia general de carreteras federales y Luis Carlos Morales Dávila responsable de carreteras alimentadoras, quien por cierto, renunció en diciembre, debido a que no puede validar el creciente patrimonio que construyó como funcionario y a la vez contratista.

En todos estos casos, existe una singular diferencia entre sus ingresos, por cierto muy jugosos como servidores de la nación, y su actual poder económico, sus familias y sus socios.

Ahora que iniciará la auditoría federal, deben dar cuenta de cómo han “construido” sus emporios entre restaurantes, empresas constructoras, bares y bienes raíces. Los testimonios y registros son públicos.

El Gobierno estatal debe dar todo el apoyo a la directora del Centro SCT, quien ha iniciado la limpia y el saneamiento de la corrupción, de la que pronto comentaremos. Urge terminar con la “mafia carretera” instalada en Zacatecas y que alcanza oficinas centrales hasta de organismos autónomos e independientes.