/ domingo 31 de mayo de 2020

“La nueva normalidad”

La pandemia COVID-19 representa una de las crisis más importantes de nuestra historia reciente, con un gran impacto desde el punto de vista sanitario, social y económico. Frenar su expansión y evitar que se desborden los sistemas sanitarios es la finalidad. Los distintos países han ido adoptando un conjunto de medidas centradas en reforzar la salud y reducir las tasas de contagio mediante la movilidad de las personas y la separación física en el ámbito social y económico.

Hoy, en países como España, ha comenzado lo que, Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, ha llamado el Plan de Desescalada, quien a mediados de mayo, bautizó el regreso a la cotidianeidad como “la nueva normalidad”; concepto, que por la falta de creatividad de las autoridades mexicanas, hemos importado y literalmente copiado sin el menor rubor y sin la decencia de llamar a las cosas por su nombre.

Los principios rectores de “la nueva normalidad” deben estar coordinados por los gobiernos, comenzando con el federal, pero si es el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien va a romper toda forma de protocolo y recomendación iniciando una gira por el sureste mexicano a principios de semana.

No asume con responsabilidad su autoridad y delega en los Estado la recuperación paulatina de la actividad cotidiana. Para el Presidente de la República, parece que el principio rector, es no tener principios.

En Zacatecas sucede algo parecido a lo federal, mientras el gobernador del estado anunció los lineamientos de cómo será el regreso a las actividades y de anunciar que será por regiones y dependiendo el número de casos en cada una de ellas, confirmando que la actividad educativa presencial seguirá suspendida; la autoridad educativa no lo ve de esa manera y planea abrir los centros educativos, sin alumnos y maestros, a partir de esta semana, con jornadas laborales de cinco horas para el personal directivo, administrativo y de apoyo.

El Secretario de Salud Gilberto Breña Cantúa confirmó que el pico máximo de la pandemia en Zacatecas será el diez de junio, por lo que lo más grave está por venir, a pesar de que el semáforo se encuentre en naranja y Zacatecas aparezca como único estado en riesgo bajo en todo el país.

Las actividades esenciales económicas son las relativas a servicios de energías, industria de alimentos, transporte, transporte de mercancías, así como minería y construcción, tal como se ha determinado a nivel federal.

Por ello, el cuestionamiento de si el documento elaborado y firmado por la titular de la Secretaría de Educación, del cual tenemos una copia, tiene el aval del Comité Estatal en Seguridad Sanitaria, porque de lo contrario, hablamos de riesgo de trabajo que pueden implicar asuntos más delicados. Pero en fin, cada quien camina su sendero.

La pandemia COVID-19 representa una de las crisis más importantes de nuestra historia reciente, con un gran impacto desde el punto de vista sanitario, social y económico. Frenar su expansión y evitar que se desborden los sistemas sanitarios es la finalidad. Los distintos países han ido adoptando un conjunto de medidas centradas en reforzar la salud y reducir las tasas de contagio mediante la movilidad de las personas y la separación física en el ámbito social y económico.

Hoy, en países como España, ha comenzado lo que, Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, ha llamado el Plan de Desescalada, quien a mediados de mayo, bautizó el regreso a la cotidianeidad como “la nueva normalidad”; concepto, que por la falta de creatividad de las autoridades mexicanas, hemos importado y literalmente copiado sin el menor rubor y sin la decencia de llamar a las cosas por su nombre.

Los principios rectores de “la nueva normalidad” deben estar coordinados por los gobiernos, comenzando con el federal, pero si es el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien va a romper toda forma de protocolo y recomendación iniciando una gira por el sureste mexicano a principios de semana.

No asume con responsabilidad su autoridad y delega en los Estado la recuperación paulatina de la actividad cotidiana. Para el Presidente de la República, parece que el principio rector, es no tener principios.

En Zacatecas sucede algo parecido a lo federal, mientras el gobernador del estado anunció los lineamientos de cómo será el regreso a las actividades y de anunciar que será por regiones y dependiendo el número de casos en cada una de ellas, confirmando que la actividad educativa presencial seguirá suspendida; la autoridad educativa no lo ve de esa manera y planea abrir los centros educativos, sin alumnos y maestros, a partir de esta semana, con jornadas laborales de cinco horas para el personal directivo, administrativo y de apoyo.

El Secretario de Salud Gilberto Breña Cantúa confirmó que el pico máximo de la pandemia en Zacatecas será el diez de junio, por lo que lo más grave está por venir, a pesar de que el semáforo se encuentre en naranja y Zacatecas aparezca como único estado en riesgo bajo en todo el país.

Las actividades esenciales económicas son las relativas a servicios de energías, industria de alimentos, transporte, transporte de mercancías, así como minería y construcción, tal como se ha determinado a nivel federal.

Por ello, el cuestionamiento de si el documento elaborado y firmado por la titular de la Secretaría de Educación, del cual tenemos una copia, tiene el aval del Comité Estatal en Seguridad Sanitaria, porque de lo contrario, hablamos de riesgo de trabajo que pueden implicar asuntos más delicados. Pero en fin, cada quien camina su sendero.