/ miércoles 26 de mayo de 2021

La política la hacemos todos

«Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Con esta frase Jesús distinguió el ámbito meramente humano del divino y nos animó a cumplir nuestras responsabilidades respectivas, ante los gobernantes y lo relacionado con el bien común y ante Dios. En nuestro país algunos se ponen nerviosos por el simple hecho de mencionar estos temas juntos.

No pretendo mezclarlos, sino rescatar la enseñanza de Jesús que nos recuerda que las creencias religiosas lejos de apartarnos de nuestras obligaciones civiles, son un fuerte reclamo para cumplir nuestros deberes ciudadanos. Una fe que no se hace vida participando en el desarrollo del mundo presente es una caricatura de la fe.

Estamos a pocos días de una elección que definirá en gran parte nuestro futuro como sociedad y nación. Está en juego el tipo de país que somos y queremos ser. Los cambios siempre traen cosas positivas y surgen como resultado de excesos o carencias del pasado, pero también hay que evitar reincidir en lo mismo que hemos rechazado.

Considero realmente muy seria la responsabilidad que tenemos todos los que podemos ir a votar el próximo 6 de junio. Me parece corta la visión de quien no ejerce su derecho al voto porque dice que no le importa la política. Es normal que no ha todos les guste estar al tanto del diario acontecer político, que por desgracia no siempre muestra lo mejor de nuestra sociedad, pero al final la política la debemos hacer todos, al menos votando.

Estemos o no enterados de ella, a todos nos afecta lo que sucede en la política. En las manos de nuestros políticos ponemos los asuntos de nuestra vida en comunidad. Ellos deciden qué hacer con los recursos fruto del trabajo de todos y van moldeando muchos ámbitos de nuestra vida diaria: la educación y salud públicas, la seguridad, el desarrollo económico, la calidad de los servicios públicos y muchos otros aspectos sociales y culturales. Son temas en los que debemos de participar, al menos decidiendo en manos de quién los dejamos.

Hay que votar en conciencia con libertad, conocimiento y reflexión más allá de los propios intereses. Es una decisión personal con consecuencias para todos. Estoy más de acuerdo con quien vota, aunque no coincidamos en la opción, que con quien no vota aunque pudiéramos estar de acuerdo en el proyecto político. Lo que nos afecta a todos, debemos decidirlo entre todos y también respetar la decisión de la mayoría alcanzada con transparencia. Este 6 de junio nos espera una responsabilidad que no podemos dejar en manos de los demás. Las próximas generaciones nos pedirán cuentas. ¡Gracias!

«Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Con esta frase Jesús distinguió el ámbito meramente humano del divino y nos animó a cumplir nuestras responsabilidades respectivas, ante los gobernantes y lo relacionado con el bien común y ante Dios. En nuestro país algunos se ponen nerviosos por el simple hecho de mencionar estos temas juntos.

No pretendo mezclarlos, sino rescatar la enseñanza de Jesús que nos recuerda que las creencias religiosas lejos de apartarnos de nuestras obligaciones civiles, son un fuerte reclamo para cumplir nuestros deberes ciudadanos. Una fe que no se hace vida participando en el desarrollo del mundo presente es una caricatura de la fe.

Estamos a pocos días de una elección que definirá en gran parte nuestro futuro como sociedad y nación. Está en juego el tipo de país que somos y queremos ser. Los cambios siempre traen cosas positivas y surgen como resultado de excesos o carencias del pasado, pero también hay que evitar reincidir en lo mismo que hemos rechazado.

Considero realmente muy seria la responsabilidad que tenemos todos los que podemos ir a votar el próximo 6 de junio. Me parece corta la visión de quien no ejerce su derecho al voto porque dice que no le importa la política. Es normal que no ha todos les guste estar al tanto del diario acontecer político, que por desgracia no siempre muestra lo mejor de nuestra sociedad, pero al final la política la debemos hacer todos, al menos votando.

Estemos o no enterados de ella, a todos nos afecta lo que sucede en la política. En las manos de nuestros políticos ponemos los asuntos de nuestra vida en comunidad. Ellos deciden qué hacer con los recursos fruto del trabajo de todos y van moldeando muchos ámbitos de nuestra vida diaria: la educación y salud públicas, la seguridad, el desarrollo económico, la calidad de los servicios públicos y muchos otros aspectos sociales y culturales. Son temas en los que debemos de participar, al menos decidiendo en manos de quién los dejamos.

Hay que votar en conciencia con libertad, conocimiento y reflexión más allá de los propios intereses. Es una decisión personal con consecuencias para todos. Estoy más de acuerdo con quien vota, aunque no coincidamos en la opción, que con quien no vota aunque pudiéramos estar de acuerdo en el proyecto político. Lo que nos afecta a todos, debemos decidirlo entre todos y también respetar la decisión de la mayoría alcanzada con transparencia. Este 6 de junio nos espera una responsabilidad que no podemos dejar en manos de los demás. Las próximas generaciones nos pedirán cuentas. ¡Gracias!