Muchos son los compromisos y propuestas que el Presidente Electo de México, Andrés Manuel López Obrador, planteó a los mexicanos durante su campaña y que al paso de los días, se van especificando y se espera que aquellas que requieren reformas constitucionales o a leyes reglamentarias, se envíen a la Cámara de Diputados para su análisis, discusión y aprobación en su caso para su posterior aplicación.
Una de esas propuestas en la recientemente planteada modificación a las reglas para el otorgamiento de becas que ofrece el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología –CONACYT- y que contempla en su presentación, términos como el de “ciencia campesina milenaria”, “vigilante social” y “ciencia ciudadana” que han generado ya discusión entre los científicos, investigadores y estudiosos del tema.
“Esos conceptos son muchísimo más sociales que de ciencia básica, no sé qué será la ciencia campesina, no es ciencia, es cultura campesina. Y la vigilancia social, bueno, me imagino que uno puede estar alerta o escuchar a la gente para tomar decisiones en cuestiones de inversiones en ciencia, no sé bien hasta ahora”, considera Arturo Menchaca, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Además de los conceptos con los que no coincide la comunidad científica, el interés por limitar la interacción de México con países desarrollados es otro tema polémico, pues investigadores ven en países “de Occidente” plataformas para incentivar la innovación.
El plan que hasta ahora no se ha modificado está cargado de ideología política, de acuerdo con el doctor Sergio Alcocer, quien, como miembro del Instituto de Ingeniería, exige que al crear un nuevo plan para la ciencia exista apego a la realidad y se base en la administración de la ciencia.
“Yo creo que hay una dosis de poco conocimiento de realidad de la investigación científica del país. Me parece que no es lo mismo que haya un gran conocimiento de cómo funciona un laboratorio, no de cómo funciona la administración de la ciencia; no es lo mismo investigar que administrar la investigación científica”.
Uno de los problemas que ven los investigadores es la visión personal y política que se plasmó en el proyecto para reestructurar el Conacyt y no una postura que reúna el trabajo de todas las áreas de investigación.
Ese planteamiento pone en riesgo la apertura a temas como la biotecnología, ya que, la aplicación de esas innovaciones son nocivas para la salud, mientras que para el doctor Agustín López Munguía, del Instituto de Biotecnología, es necesario ampliar la investigación y aplicación de dicha área.
Lo que tenemos que hacer es un llamado a la realidad, a que se conozca, primero que nada, antes de tomar ninguna decisión, la realidad de las instituciones. No se conocen las instituciones siendo usuario de ellas o habiendo aplicado a una convocatoria, se conoce una vez que trabaja uno con la gente.