/ jueves 17 de diciembre de 2020

La puerta de Jano │ Arquitectura para la educación II

Decíamos la semana pasada, hablando de arquitectura mexicana, que el inicio de la etapa racionalista en México tiene gran influencia de la arquitectura de la Bauhaus. La corriente inaugurada por Le Corbusier se dio a partir de la construcción de su Pabellón en la Exposición de las Artes Decorativas de París en 1925, momentos en que fue adaptada durante esa década en México y llegando a su decadencia en los años cincuenta. José Villagrán fue uno de los principales representantes, construyendo edificios como: el Hospital de Tuberculosos en Huipulco y el Instituto de Higiene en Popotla, que se definen en lo estructural como funcionalistas pero estilos Art Decó. Juan O´Gorman construyó, desde esta perspectiva, su propia casa, la de Frida Kahlo y la de Manuel Toussaint, entre otras, teniendo por características la estrechez de sus espacios.

El estilo Art Decó surgió en Francia en 1925 con el propósito de mostrar los avances del diseño aplicado a la decoración total de los interiores de viviendas: mobiliario, ornatos, enseres, textiles, iluminación, etc. Algunos edificios con marcada tendencia Art Decó en México fueron: el Mercado Melchor Ocampo, el interior del Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución, el Mercado Abelardo Rodríguez, el edifico Guardiola, entre otros. Asimismo esta tendencia se manifestó en fraccionamientos y en un sinnúmero de colonias como la Roma, Tacubaya, Juárez etc.

Técnicamente hablando, México seguía el boom del uso de nuevos materiales como el concreto armado patentado por Francois Hennebique. Y su utilización se dio en casas habitación, cimentaciones, tanques de almacenamiento, acueductos, edificios comerciales. La Revista Cemento fue creada en 1925 y tenía como objetivo promover este nuevo material constructivo, mediante el uso de ilustraciones de edificios construidos en Europa, slogans y concursos en pro del uso del concreto. La Revista Tolteca surgió a finales de la década de los veintes y fue la principal promotora de la corriente europea modernista: el racionalismo.

La prensa mexicana tuvo gran impacto en los arquitectos de este tiempo, que tuvieron acceso a artículos y fotografías de la nueva arquitectura europea, mismos que eran publicados en las revistas mencionadas, aludiendo a modelos europeos que más tarde fueron aplicados por algunos arquitectos en México como el caso de Juan Legarreta, quien realizó un proyecto sobre la vivienda obrera, ejemplar tomado de la casa del alemán Walter Lompe. Asimismo programó el Sanatorio de San Antonio y Santa Isabel, la plaza de la Constitución y las centrales de policía y bomberos que tendrían gran influencia de la arquitectura vienesa de Josep Hoffman.

La arquitectura de las escuelas no quedó al margen de esta corriente racional funcionalista y muchos edificios como Escuelas Normales, Escuelas Técnicas y grandes edificios para universidades, no escaparon del uso de estos materiales para su construcción.


(Las entregas del 10, 17 y 24 de diciembre corresponden a una síntesis de: RICALDE, Humberto y Gustavo Lopez.- “Arquitectura en México 1960-1980” en: Apuntes para la Historia y Critica de la Arquitectura Mexicana del Siglo XX: 1900-1980, Tomos 1 y 2, México, 1982).

Decíamos la semana pasada, hablando de arquitectura mexicana, que el inicio de la etapa racionalista en México tiene gran influencia de la arquitectura de la Bauhaus. La corriente inaugurada por Le Corbusier se dio a partir de la construcción de su Pabellón en la Exposición de las Artes Decorativas de París en 1925, momentos en que fue adaptada durante esa década en México y llegando a su decadencia en los años cincuenta. José Villagrán fue uno de los principales representantes, construyendo edificios como: el Hospital de Tuberculosos en Huipulco y el Instituto de Higiene en Popotla, que se definen en lo estructural como funcionalistas pero estilos Art Decó. Juan O´Gorman construyó, desde esta perspectiva, su propia casa, la de Frida Kahlo y la de Manuel Toussaint, entre otras, teniendo por características la estrechez de sus espacios.

El estilo Art Decó surgió en Francia en 1925 con el propósito de mostrar los avances del diseño aplicado a la decoración total de los interiores de viviendas: mobiliario, ornatos, enseres, textiles, iluminación, etc. Algunos edificios con marcada tendencia Art Decó en México fueron: el Mercado Melchor Ocampo, el interior del Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución, el Mercado Abelardo Rodríguez, el edifico Guardiola, entre otros. Asimismo esta tendencia se manifestó en fraccionamientos y en un sinnúmero de colonias como la Roma, Tacubaya, Juárez etc.

Técnicamente hablando, México seguía el boom del uso de nuevos materiales como el concreto armado patentado por Francois Hennebique. Y su utilización se dio en casas habitación, cimentaciones, tanques de almacenamiento, acueductos, edificios comerciales. La Revista Cemento fue creada en 1925 y tenía como objetivo promover este nuevo material constructivo, mediante el uso de ilustraciones de edificios construidos en Europa, slogans y concursos en pro del uso del concreto. La Revista Tolteca surgió a finales de la década de los veintes y fue la principal promotora de la corriente europea modernista: el racionalismo.

La prensa mexicana tuvo gran impacto en los arquitectos de este tiempo, que tuvieron acceso a artículos y fotografías de la nueva arquitectura europea, mismos que eran publicados en las revistas mencionadas, aludiendo a modelos europeos que más tarde fueron aplicados por algunos arquitectos en México como el caso de Juan Legarreta, quien realizó un proyecto sobre la vivienda obrera, ejemplar tomado de la casa del alemán Walter Lompe. Asimismo programó el Sanatorio de San Antonio y Santa Isabel, la plaza de la Constitución y las centrales de policía y bomberos que tendrían gran influencia de la arquitectura vienesa de Josep Hoffman.

La arquitectura de las escuelas no quedó al margen de esta corriente racional funcionalista y muchos edificios como Escuelas Normales, Escuelas Técnicas y grandes edificios para universidades, no escaparon del uso de estos materiales para su construcción.


(Las entregas del 10, 17 y 24 de diciembre corresponden a una síntesis de: RICALDE, Humberto y Gustavo Lopez.- “Arquitectura en México 1960-1980” en: Apuntes para la Historia y Critica de la Arquitectura Mexicana del Siglo XX: 1900-1980, Tomos 1 y 2, México, 1982).