/ jueves 31 de diciembre de 2020

La puerta de Jano │ Pandemia y fin de siglo

El vocablo pandemia proviene de las raíces pan=todos, demos=pueblo. Y se atribuye a cualquier tipo de afección que impacte a un grupo de personas situados en una amplia esfera geográfica. La historia de las pandemias nos permite visualizar cómo el decurso de la humanidad ha sido afectado por las más grandes epidemias ocurridas que, casi siempre, llegan sorpresivamente. El brote conocido como SARS-CoV-2 que produjo la enfermedad conocida como COVID-19, fue notificado a la OMS desde Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. En México fuimos observando un comportamiento de mortandad que estaba muy lejano: primero en Italia, luego en España y la segunda semana de marzo 2020 ya había tocado hasta nuestras puertas con gran expectación, pero sobre todo desconocimiento y especulaciones de todo tipo. A lo largo de estos diez meses hemos constatado que no es privativa de una u de otra condición; elige a quien quiere, se presenta con los síntomas más inesperados y extraños sin aparente relación entre sí, ataca tanto a jóvenes, adultos, niños y ancianos; hombres y mujeres; deportistas o sedentarios, veganos y carnívoros.

La primera pandemia registrada corresponde a la plaga de Atenas durante la guerra del Peloponeso en 430 a C. Posteriormente, bajo el Imperio de Justiniano sobrevino la peste que diezmó al 40% de la población en Bizancio. La peor de las pestes ocurrida en Europa en plena Edad Media fue la Peste Negra sucedida entre 1346 y 1353 que diezmó de manera terrible a la población pasando de 80 millones a 30 millones de habitantes. Otra muy fuerte también fue la viruela, que arrojó a Europa a tasas de mortandad de hasta 30%. Pero esta pandemia no se quedó allá, sino que tras la conquista de América nuestro continente fue alcanzado con esa enfermedad que acabó con un tercio de la población indígena.

En medio de nuestro pensamiento mágico (del cual quedan muchos restos aun en intelectuales y científicos) suponemos que el fin de este año maldito 2020 indica un cambio de brújula en el comportamiento del Covid-19; pero desafortunadamente no es así. Los periodos de la historia no se miden por décadas o siglos. Si bien abundan las teorías conspiratorias que indican que detrás de este espantoso virus viene el hambre, la pobreza y las enfermedades psicológicas; también sabemos que la palabra crisis implica crecer.

Es aquí donde desde mi última entrega siento la obligación de decir que estos largos meses nos tienen que enseñar algo: aliento, consuelo, fuerza, alegría, resiliencia, reflexión, paz y entrega con nuestras pasiones, laboral y familiarmente: con lo propio y lo ajeno. Que este 2021 debe ser un momento para recapacitar, vivir, florecer y mostrar que el individuo es vulnerable sí, pero como todo ser vivo tiene también la capacidad de adaptación y reinvención. Abrazo con dolor a los que se fueron, pero espero con alegría el fin de esta atormentada etapa de nuestra historia. Con responsabilidad, consciencia y decoro vamos a superar este desolado escaño.

Feliz, triunfante y próspero Año Nuevo 2021

El vocablo pandemia proviene de las raíces pan=todos, demos=pueblo. Y se atribuye a cualquier tipo de afección que impacte a un grupo de personas situados en una amplia esfera geográfica. La historia de las pandemias nos permite visualizar cómo el decurso de la humanidad ha sido afectado por las más grandes epidemias ocurridas que, casi siempre, llegan sorpresivamente. El brote conocido como SARS-CoV-2 que produjo la enfermedad conocida como COVID-19, fue notificado a la OMS desde Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. En México fuimos observando un comportamiento de mortandad que estaba muy lejano: primero en Italia, luego en España y la segunda semana de marzo 2020 ya había tocado hasta nuestras puertas con gran expectación, pero sobre todo desconocimiento y especulaciones de todo tipo. A lo largo de estos diez meses hemos constatado que no es privativa de una u de otra condición; elige a quien quiere, se presenta con los síntomas más inesperados y extraños sin aparente relación entre sí, ataca tanto a jóvenes, adultos, niños y ancianos; hombres y mujeres; deportistas o sedentarios, veganos y carnívoros.

La primera pandemia registrada corresponde a la plaga de Atenas durante la guerra del Peloponeso en 430 a C. Posteriormente, bajo el Imperio de Justiniano sobrevino la peste que diezmó al 40% de la población en Bizancio. La peor de las pestes ocurrida en Europa en plena Edad Media fue la Peste Negra sucedida entre 1346 y 1353 que diezmó de manera terrible a la población pasando de 80 millones a 30 millones de habitantes. Otra muy fuerte también fue la viruela, que arrojó a Europa a tasas de mortandad de hasta 30%. Pero esta pandemia no se quedó allá, sino que tras la conquista de América nuestro continente fue alcanzado con esa enfermedad que acabó con un tercio de la población indígena.

En medio de nuestro pensamiento mágico (del cual quedan muchos restos aun en intelectuales y científicos) suponemos que el fin de este año maldito 2020 indica un cambio de brújula en el comportamiento del Covid-19; pero desafortunadamente no es así. Los periodos de la historia no se miden por décadas o siglos. Si bien abundan las teorías conspiratorias que indican que detrás de este espantoso virus viene el hambre, la pobreza y las enfermedades psicológicas; también sabemos que la palabra crisis implica crecer.

Es aquí donde desde mi última entrega siento la obligación de decir que estos largos meses nos tienen que enseñar algo: aliento, consuelo, fuerza, alegría, resiliencia, reflexión, paz y entrega con nuestras pasiones, laboral y familiarmente: con lo propio y lo ajeno. Que este 2021 debe ser un momento para recapacitar, vivir, florecer y mostrar que el individuo es vulnerable sí, pero como todo ser vivo tiene también la capacidad de adaptación y reinvención. Abrazo con dolor a los que se fueron, pero espero con alegría el fin de esta atormentada etapa de nuestra historia. Con responsabilidad, consciencia y decoro vamos a superar este desolado escaño.

Feliz, triunfante y próspero Año Nuevo 2021