/ viernes 7 de febrero de 2020

La puerta de Jano │ Un crimen llamado educación

Este día y la siguiente semana hablaremos de un fenómeno de la mercadotecnia que se ha atrevido a cuestionar el modelo educativo mundial. Sus Best Seller y sus charlas y consultas a nivel internacional, han resultado motivadoras para un nutrido público de críticos del sistema educativo escolar. Nos referimos al investigador, profesor y divulgador Jürgen Klaric, nacido en San Francisco, California, Estados Unidos, especialista en neuromarketing y neuro-innovación que a sus 52 años ha logrado influir en un gran número de personas y corrientes, dada su postura crítica ante varios sistemas educativos, pero sobre todo los que se practican en Ibero América comparándolos con los modelos nórdicos y asiáticos.

De su investigación de corte antropológico llamada: “Un crimen llamado educación”, derivan la serie de discusiones que abriremos en esta comunicación. En 2017 colgó un documental que a la fecha tiene más de dos millones de visualizaciones donde critica duramente las formas del sistema educativo escolar, dispuesto - a decir del científico - hace 200 años. Su investigación fue realizada en 14 países: Finlandia, Corea del Sur, México, Singapur, España, Colombia, Bolivia, Uruguay, Perú, República Dominicana, Estados Unidos, Panamá, Argentina y Ecuador. A partir de una serie de entrevistas a rectores de universidades, psicólogos, pedagogos, periodistas, escritores, neurocientíficos y expertos en educación pone en tela de juicio el modelo actual educativo donde aún perviven en algunos países las viejas prácticas de enseñanza a partir de la memorización, el aprendizaje homogéneo (independientemente de las inteligencias) y la prioridad de preparar al individuo para la competitividad en un mundo en que la jungla de la mercantilización le coloca los estándares más altos y a los que a duras penas puede llegar a alcanzar.

A decir de algunos de los entrevistados la escuela nace como una respuesta a la mercantilización. Aunque, no olvidemos que como antes hemos dialogado, se trata de una adaptación de los modelos educativos a las exigencias del sistema laboral mundial.

Frente a este sistema hay grandes disyuntivas. Por ejemplo, el hecho de que la tecnologización esté rebasando los estándares de calidad de las escuelas y tanto individuo como sistema, quedan rezagados frente al mundo del avance tecnológico.

Las prácticas reprobables de este sistema son: la competitividad, la rivalidad entre los estudiantes, el acoso de los maestros, la burla (o bullying) de los compañeros de clase, el rechazo de los padres al no conseguir los estándares deseados y todo al final deriva en una sintomatizacion colectiva de estrés escolar.

La tesis de Jürgen Klaric es que si cada ser humano es diferente, ¿por qué tendría que educarse a todos de la misma manera? Las estandarizaciones podrían acabar con la creatividad y la libertad del individuo, ya que se realiza una apologética de la racionalización en lugar de explotar las capacidades y las competitividades de cada individuo. Basado, sin decirlo, en el paradigma de las inteligencias emocionales, unos deberían ser educados para una cosa y otros para otra, buscando por encima de todo la realización personal, el desarrollo humano y la felicidad.

Este día y la siguiente semana hablaremos de un fenómeno de la mercadotecnia que se ha atrevido a cuestionar el modelo educativo mundial. Sus Best Seller y sus charlas y consultas a nivel internacional, han resultado motivadoras para un nutrido público de críticos del sistema educativo escolar. Nos referimos al investigador, profesor y divulgador Jürgen Klaric, nacido en San Francisco, California, Estados Unidos, especialista en neuromarketing y neuro-innovación que a sus 52 años ha logrado influir en un gran número de personas y corrientes, dada su postura crítica ante varios sistemas educativos, pero sobre todo los que se practican en Ibero América comparándolos con los modelos nórdicos y asiáticos.

De su investigación de corte antropológico llamada: “Un crimen llamado educación”, derivan la serie de discusiones que abriremos en esta comunicación. En 2017 colgó un documental que a la fecha tiene más de dos millones de visualizaciones donde critica duramente las formas del sistema educativo escolar, dispuesto - a decir del científico - hace 200 años. Su investigación fue realizada en 14 países: Finlandia, Corea del Sur, México, Singapur, España, Colombia, Bolivia, Uruguay, Perú, República Dominicana, Estados Unidos, Panamá, Argentina y Ecuador. A partir de una serie de entrevistas a rectores de universidades, psicólogos, pedagogos, periodistas, escritores, neurocientíficos y expertos en educación pone en tela de juicio el modelo actual educativo donde aún perviven en algunos países las viejas prácticas de enseñanza a partir de la memorización, el aprendizaje homogéneo (independientemente de las inteligencias) y la prioridad de preparar al individuo para la competitividad en un mundo en que la jungla de la mercantilización le coloca los estándares más altos y a los que a duras penas puede llegar a alcanzar.

A decir de algunos de los entrevistados la escuela nace como una respuesta a la mercantilización. Aunque, no olvidemos que como antes hemos dialogado, se trata de una adaptación de los modelos educativos a las exigencias del sistema laboral mundial.

Frente a este sistema hay grandes disyuntivas. Por ejemplo, el hecho de que la tecnologización esté rebasando los estándares de calidad de las escuelas y tanto individuo como sistema, quedan rezagados frente al mundo del avance tecnológico.

Las prácticas reprobables de este sistema son: la competitividad, la rivalidad entre los estudiantes, el acoso de los maestros, la burla (o bullying) de los compañeros de clase, el rechazo de los padres al no conseguir los estándares deseados y todo al final deriva en una sintomatizacion colectiva de estrés escolar.

La tesis de Jürgen Klaric es que si cada ser humano es diferente, ¿por qué tendría que educarse a todos de la misma manera? Las estandarizaciones podrían acabar con la creatividad y la libertad del individuo, ya que se realiza una apologética de la racionalización en lugar de explotar las capacidades y las competitividades de cada individuo. Basado, sin decirlo, en el paradigma de las inteligencias emocionales, unos deberían ser educados para una cosa y otros para otra, buscando por encima de todo la realización personal, el desarrollo humano y la felicidad.