Desde la lógica del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, el objetivo más importante del gobierno de la Cuarta Transformación es que en 2024 la población de México esté viviendo en un entorno de bienestar; por lo que, la lucha contra la corrupción y la frivolidad, la construcción de la paz y la seguridad, y la ejecución de los proyectos regionales y los programas sectoriales, están orientados a lograr el bienestar entre todos los mexicanos.
Para ello, uno de los temas que hoy en día están en la agenda nacional es el relativo a los servicios educativos que se ofrecen en el país, y cuya respuesta es una reforma educativa que sigue en discusión su aprobación en las cámaras, ya que en el Senado de la república no se logró la aprobación en lo particular, lo que impidió la mayoría calificada y se regresó a la Cámara de Diputados.
Entre los artículos reservados se encuentra el 16 transitorio, calificado por el PAN con riesgo por considerar que se abre la puerta a la venta de plazas docente por parte de los sindicatos; interpretación que el experto investigador en el ámbito educativo Dr. Ángel Díaz Barriga califica como un “MITO, nada más falso que eso, lo que los maestros en su pleno derecho demandan es que si el Estado Mexicano, a través de las Escuelas Normales (en donde en el texto aprobado se dice que corresponde al Ejecutivo establecer los planes y programas de estudio de educación normal) son formados para ser profesores de preescolar, primaria, secundaria, educación física, educación especial etc, el Estado se comprometa a que puedan obtener un empleo en aquello que los formó, la docencia”.
En este sentido la reforma establece con claridad que es la SEP como autoridad educativa la que deberá asignar las plazas docentes. Esto significa que la SEP tiene que elaborar un reglamento muy puntual y claro sobre el proceso de asignación de plazas docentes. En palabras del mismo Díaz Barriga, para que esto sea posible se deberá contar con una supervisión de algún organismo como Transparencia, la CNDH, o incluso la UNESCO.
Por lo tanto, las normales forman profesionales para la docencia, lo que deberá garantizar que en éstas se formen docentes profesionales con el mayor índice de competitividad. Para ello deben establecer medidas claras en su sistema de ingreso, en su trabajo cotidiano y en su sistema de evaluación de egreso.
Sin duda, será obligación del formador, ofrecer una formación de calidad en sus planes de estudio. No debe permitir egresar a quien no muestre esa consistencia académica y profesional.
Nos leemos en la próxima. Viva la vida
