/ lunes 28 de septiembre de 2020

La remediación de los medios

Durante las últimas décadas los medios de comunicación tradicionales atraviesan por profundas crisis: problemas económicos, pérdida de credibilidad, disminución de anunciantes, modelos de producción anacrónicos, migración de audiencias, etcétera. Desde una perspectiva funcionalista, algunos han acusado de este caos a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. A finales de la década de los noventa se decía que con internet los viejos medios -radio, televisión, cine y periódicos- iban a desaparecer. Esto no ha ocurrido. Lo que hay es una mezcla entre nuevas y viejas tecnologías.

¿Cuál es el estado que guardan los medios que reinaron el Siglo XX respecto a las innovaciones que se expandieron en los últimos años? Si respondemos con cifras nos daremos cuenta que si bien ha disminuido la audiencia y el consumo de contenidos mediatizados, la gente continúa viendo la televisión, pero ahora a través de internet. El periódico casi no se compra en las esquinas, ahora la gente lo lee en Facebook. Lo que observamos en el mundo, en México y en Zacatecas es una fragmentación profunda de los consumidores de contenidos mediatizados. Hoy las personas tienen a su alcance un exuberante menú de opciones de información, pero además tienen el poder de diseñar su propio menú para que lo consuman otras personas. No hay mediatización hegemónica. Como lo he señalado en otras ocasiones: la libertad de internet propició un problema en el control y la difusión centralizada.

Hablar de influir en lo que el otro piensa por el simple hecho de difundir una caricatura política, una columna en Twitter o un video por WhatsApp es tan ingenuo como creer que alguna vez una cadena de televisión fue capaz de definir un proceso electoral presidencial. Hoy en día todos quieren hablar y todos pueden hacerlo, pero no todos alcanzan a escuchar, les interesa o están de acuerdo con lo que dicen los que hablan. Dos profesores estadounidenses Bolter y Grusin (1999), retomaron ideas teóricas de la Escuela de Toronto de Comunicación para elaborar un nuevo concepto que permitiera comprender los cambios que presentan los viejos medios y el papel que desempeñan tecnológicamente los nuevos medios. En el libro “Remediation: Understanding New Media” publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), los autores consideran que ante el cambio tecnológico los viejos medios terminan siendo parte de los nuevos medios y cada novedad mediática llevará en su interior algo de las herramientas a las cuales están sustituyendo.

Este proceso, que los teóricos llaman remediación, nos permite entender lo que pasa actualmente: las nuevas tecnologías potenciadas por internet pueden remedir a los viejos medios al asimilarlos de modo que las diferencias entre ambas tecnologías casi desaparezcan. El resultado es uno medio diferente que contiene rasgos de medios que le precedieron. Esto permite entender que lo que en verdad ha cambiado es la práctica comunicativa a través de aparatos: las personas se relacionan con los medios de una manera distinta a como nos relacionábamos con ellos hace algunas décadas.




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Durante las últimas décadas los medios de comunicación tradicionales atraviesan por profundas crisis: problemas económicos, pérdida de credibilidad, disminución de anunciantes, modelos de producción anacrónicos, migración de audiencias, etcétera. Desde una perspectiva funcionalista, algunos han acusado de este caos a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. A finales de la década de los noventa se decía que con internet los viejos medios -radio, televisión, cine y periódicos- iban a desaparecer. Esto no ha ocurrido. Lo que hay es una mezcla entre nuevas y viejas tecnologías.

¿Cuál es el estado que guardan los medios que reinaron el Siglo XX respecto a las innovaciones que se expandieron en los últimos años? Si respondemos con cifras nos daremos cuenta que si bien ha disminuido la audiencia y el consumo de contenidos mediatizados, la gente continúa viendo la televisión, pero ahora a través de internet. El periódico casi no se compra en las esquinas, ahora la gente lo lee en Facebook. Lo que observamos en el mundo, en México y en Zacatecas es una fragmentación profunda de los consumidores de contenidos mediatizados. Hoy las personas tienen a su alcance un exuberante menú de opciones de información, pero además tienen el poder de diseñar su propio menú para que lo consuman otras personas. No hay mediatización hegemónica. Como lo he señalado en otras ocasiones: la libertad de internet propició un problema en el control y la difusión centralizada.

Hablar de influir en lo que el otro piensa por el simple hecho de difundir una caricatura política, una columna en Twitter o un video por WhatsApp es tan ingenuo como creer que alguna vez una cadena de televisión fue capaz de definir un proceso electoral presidencial. Hoy en día todos quieren hablar y todos pueden hacerlo, pero no todos alcanzan a escuchar, les interesa o están de acuerdo con lo que dicen los que hablan. Dos profesores estadounidenses Bolter y Grusin (1999), retomaron ideas teóricas de la Escuela de Toronto de Comunicación para elaborar un nuevo concepto que permitiera comprender los cambios que presentan los viejos medios y el papel que desempeñan tecnológicamente los nuevos medios. En el libro “Remediation: Understanding New Media” publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), los autores consideran que ante el cambio tecnológico los viejos medios terminan siendo parte de los nuevos medios y cada novedad mediática llevará en su interior algo de las herramientas a las cuales están sustituyendo.

Este proceso, que los teóricos llaman remediación, nos permite entender lo que pasa actualmente: las nuevas tecnologías potenciadas por internet pueden remedir a los viejos medios al asimilarlos de modo que las diferencias entre ambas tecnologías casi desaparezcan. El resultado es uno medio diferente que contiene rasgos de medios que le precedieron. Esto permite entender que lo que en verdad ha cambiado es la práctica comunicativa a través de aparatos: las personas se relacionan con los medios de una manera distinta a como nos relacionábamos con ellos hace algunas décadas.




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