La resiliencia en la pedagogía

Se está en la actualidad ante el gran reto de reencontrarnos como personas, que comprendan

el amor, el optimismo, el humor, el afecto, la aceptación de sí mismo, la ilusión, la alegría, la generosidad, la esperanza, la creatividad, el gusto por la vida, el trabajo... estamos ante el arma poderosa que es la autoayuda, conocida como "resilencia"

Para Jorge Barudy hablar de resiliencia es hablar de la “capacidad de adaptación de un ser humano frente a un agente perturbador o estado o situación adversa”.

Desde la lógica docente, en la actualidad es muy común escuchar a los maestros y maestras que su quehacer académico se encuentra enmarcado en situaciones adversas, incluso de agentes perturbadores que dificultan el quehacer y las buenas prácticas educativas. Se está, por tanto, ante una necesidad de reencontrarse en su actividad profesional, llamada docencia.

Hoy más que nunca a partir de la incertidumbre del futuro que le depara a la Reforma Educativa, es necesario que los docentes y todos los actores que participamos en el sistema educativo mexicano, pongamos en marcha el mecanismo de autoayuda (resiliencia) que permita superar traumas y heridas.

No se espera de este mecanismo una receta para la felicidad, sino una actitud vital positiva que estimule a reparar los daños intelectuales y emocionales.

Es así que se requiere revisar lo que llama Barudy los"contextos interpersonales resilientes", como los efectos de la violencia política, de género, los malos tratos y, sobre todo lo que permite al sujeto empoderarse para salir adelante.

En el sistema educativo mexicano la mayoría de los niños y jóvenes encuentran en su entorno familiar y en los contextos en los que viven, las condiciones de protección y los modelos que necesitan para desarrollarse. Sin embargo, en algunos casos no reciben la atención necesaria por parte de las personas encargadas de su cuidado.

Los profesionales de la educación cumplen un papel importante en la prevención, detección e intervención, cuando alguno de los niños o jóvenes está sufriendo una situación de riesgo o se están vulnerando sus derechos desde cualquiera de los contextos donde vive.

Para la educación el término RESILIENCIA implica una dinámica positiva, una capacidad de volver hacia adelante. La resiliencia humana no se limita a resistir, permite la reconstrucción.

Es necesario, por tanto, sacudirnos de todo aquello que no permite seguir adelante y nos impide crecer y estar a la altura de las circunstancias en el presente siglo XXI y los retos que esto conlleva.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente. Nos leemos en la próxima ¡Viva la Vida!