/ domingo 7 de noviembre de 2021

La tierra fenece

Ante líderes mundial reunidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow, Escocia, la joven activista mexicana Xiye Bastida espetó: “En vez de intentar arreglar el daño que las generaciones previas han causado, estamos añadiendo daño cada día que no actuamos, lo que representa una profunda inmoralidad ética”. Todos somos cómplices de esta responsabilidad global y obligación compartida al no actuar ante el enorme deterioro que le hemos causado al planeta Tierra.

Inmersos en la agonía de nuestro ecosistema, resultan utópicas y ambiciosas las propuestas de la COP26 si los gobernantes mundiales no asumen los compromisos cuyos objetivos son alcanzar a mediados del siglo XXI el cero neto global de emisiones; proteger a la ciudadanía y la naturaleza de los efectos más devastadores del cambio climático; financiamiento, particularmente a países en desarrollo y establecer una ruta para lograr las metas. Lamentablemente la ambición y el lucro de grupos de poder han frenado las políticas verdes para revertir la crisis ambiental.

Hablar de una responsabilidad compartida es contribuir desde lo global e incidir en lo local. Por ejemplo, desde el Senado de la República se han aprobado diversas reformas legislativas y las que debemos avalar para mejorar el equilibrio ecológico en nuestro país. Para promover una relación armónica entre los seres humanos y el medioambiente, como legisladora he presentado 16 iniciativas a favor de la naturaleza. En este paquete de proyectos de ley, me referiré a la iniciativa que presenté el pasado 4 de noviembre del 2020 donde planteo se reconozcan y garanticen los derechos de la naturaleza.

¿Nuestro medio ambiente y ecosistema tienen derechos? El ser humano mantiene una relación intrínseca e interdependiente con la naturaleza, por ende, el argumento de mi propuesta radica en transitar a un verdadero reconocimiento jurídico de que la naturaleza tiene derechos por su calidad intrínseca y trascendente para la vida. Lo anterior nos lleva a generar una conciencia colectiva de su cuidado, preservación y con ello, erradicar el concepto de ver a nuestro hábitat como propiedad y objeto para ser explotada en función de la humanidad.

México es considerado uno de los 17 países poseedores de la mayor cantidad y diversidad de flora y fauna, casi el 70% de la diversidad mundial de especies por lo que su protección debe ser congruente a dicha dimensión. Fenecieron las prórrogas para nuestro planeta. No debemos fracasar en el intento. La solidaridad colectiva nos llama. Parafraseando a Xiye Bastida, ¿cuándo más tenemos que esperar antes de actuar?


Ante líderes mundial reunidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow, Escocia, la joven activista mexicana Xiye Bastida espetó: “En vez de intentar arreglar el daño que las generaciones previas han causado, estamos añadiendo daño cada día que no actuamos, lo que representa una profunda inmoralidad ética”. Todos somos cómplices de esta responsabilidad global y obligación compartida al no actuar ante el enorme deterioro que le hemos causado al planeta Tierra.

Inmersos en la agonía de nuestro ecosistema, resultan utópicas y ambiciosas las propuestas de la COP26 si los gobernantes mundiales no asumen los compromisos cuyos objetivos son alcanzar a mediados del siglo XXI el cero neto global de emisiones; proteger a la ciudadanía y la naturaleza de los efectos más devastadores del cambio climático; financiamiento, particularmente a países en desarrollo y establecer una ruta para lograr las metas. Lamentablemente la ambición y el lucro de grupos de poder han frenado las políticas verdes para revertir la crisis ambiental.

Hablar de una responsabilidad compartida es contribuir desde lo global e incidir en lo local. Por ejemplo, desde el Senado de la República se han aprobado diversas reformas legislativas y las que debemos avalar para mejorar el equilibrio ecológico en nuestro país. Para promover una relación armónica entre los seres humanos y el medioambiente, como legisladora he presentado 16 iniciativas a favor de la naturaleza. En este paquete de proyectos de ley, me referiré a la iniciativa que presenté el pasado 4 de noviembre del 2020 donde planteo se reconozcan y garanticen los derechos de la naturaleza.

¿Nuestro medio ambiente y ecosistema tienen derechos? El ser humano mantiene una relación intrínseca e interdependiente con la naturaleza, por ende, el argumento de mi propuesta radica en transitar a un verdadero reconocimiento jurídico de que la naturaleza tiene derechos por su calidad intrínseca y trascendente para la vida. Lo anterior nos lleva a generar una conciencia colectiva de su cuidado, preservación y con ello, erradicar el concepto de ver a nuestro hábitat como propiedad y objeto para ser explotada en función de la humanidad.

México es considerado uno de los 17 países poseedores de la mayor cantidad y diversidad de flora y fauna, casi el 70% de la diversidad mundial de especies por lo que su protección debe ser congruente a dicha dimensión. Fenecieron las prórrogas para nuestro planeta. No debemos fracasar en el intento. La solidaridad colectiva nos llama. Parafraseando a Xiye Bastida, ¿cuándo más tenemos que esperar antes de actuar?