/ domingo 11 de agosto de 2019

La traición y sus derivados en el Gobierno de Alejandro Tello

Cuando asistimos al final de la segunda década del siglo, y ante la grave magnitud de los problemas que agobian a nuestra sociedad, los complejos problemas sirven para que algunos sostengan que en la actualidad vivimos en una sociedad sin valores.

Un tema que nos debe preocupar es lo relativo a la traición y su derivados.

Especialmente en la cotidiana la traición al más alto nivel, que sirve para alcanzar el gran objetivo de llegar al poder, independientemente del partido o de la familia con la que se tenga que pactar.

Zacatecas vive hoy una grave crisis de valores entre quienes detentan el poder y especialmente entre quienes rodean al gobernador Alejandro Tello.

Hoy es necesario que al Gobernador le surja una claridad de conciencia y pensamiento porque cuando se encuentra prácticamente a dos años de concluir su mandato, las traiciones entre sus colaboradores está a la orden del día.

El tema de la presa “Milpillas” ha desnudado intereses oscuros de colaboradores del actual y del pasado Gobierno.

Los hay quienes valiéndose de la copropiedad de medios de comunicación han literalmente “asaltado” la información de antiguos funcionarios para acomodar de mejor manera sus intereses y de los negocios de sus familias.

Has secretarios de estado que han abordado a ex secretarios para pedir colaboración y luego han traicionado su confianza, solo para publicar presuntos actos de corrupción y solo presionar al gobernador a tomar otro tipo de decisiones y, quizás, también para cuidar su trabajo.

Eso se llama traición y no tiene calificativo.

Hacen gala de impunidad y manejo discrecional de la información para traicionar, no sólo al gobernador, si no también a los zacatecanos. Además de que ya pactaron con los representantes de la “Cuarta Transformación”.

Aquí el llamado es al gobernador, quien de manera “ingenua” pretende hacer creer que no pasa nada, cuando si pasa y el único que está en riesgo es él mismo.

Hoy, con una sola determinación (cambio de funcionarios en áreas estratégicas), Alejandro Tello se encuentra con la oportunidad de que se juzgue y castigue la traición y todos sus derivados: la impunidad, la corrupción, la mentira y el ejercicio indebido de poder y funciones.

Es tiempo que en Zacatecas cada uno hagamos lo que a cada uno nos toca. El líder a conducir su gremio; el profesor a enseñar en el aula; el trabajador a trabajar y el alumno a estudiar; el gobernante a gobernar y certificar un correcto ejercicio gubernamental. cuando eso pase, estaremos en el primer mundo.

Por todo lo anterior, es tiempo que el gobernador reconfigure su equipo de trabajo y se deshaga de los traidores.

Cuando asistimos al final de la segunda década del siglo, y ante la grave magnitud de los problemas que agobian a nuestra sociedad, los complejos problemas sirven para que algunos sostengan que en la actualidad vivimos en una sociedad sin valores.

Un tema que nos debe preocupar es lo relativo a la traición y su derivados.

Especialmente en la cotidiana la traición al más alto nivel, que sirve para alcanzar el gran objetivo de llegar al poder, independientemente del partido o de la familia con la que se tenga que pactar.

Zacatecas vive hoy una grave crisis de valores entre quienes detentan el poder y especialmente entre quienes rodean al gobernador Alejandro Tello.

Hoy es necesario que al Gobernador le surja una claridad de conciencia y pensamiento porque cuando se encuentra prácticamente a dos años de concluir su mandato, las traiciones entre sus colaboradores está a la orden del día.

El tema de la presa “Milpillas” ha desnudado intereses oscuros de colaboradores del actual y del pasado Gobierno.

Los hay quienes valiéndose de la copropiedad de medios de comunicación han literalmente “asaltado” la información de antiguos funcionarios para acomodar de mejor manera sus intereses y de los negocios de sus familias.

Has secretarios de estado que han abordado a ex secretarios para pedir colaboración y luego han traicionado su confianza, solo para publicar presuntos actos de corrupción y solo presionar al gobernador a tomar otro tipo de decisiones y, quizás, también para cuidar su trabajo.

Eso se llama traición y no tiene calificativo.

Hacen gala de impunidad y manejo discrecional de la información para traicionar, no sólo al gobernador, si no también a los zacatecanos. Además de que ya pactaron con los representantes de la “Cuarta Transformación”.

Aquí el llamado es al gobernador, quien de manera “ingenua” pretende hacer creer que no pasa nada, cuando si pasa y el único que está en riesgo es él mismo.

Hoy, con una sola determinación (cambio de funcionarios en áreas estratégicas), Alejandro Tello se encuentra con la oportunidad de que se juzgue y castigue la traición y todos sus derivados: la impunidad, la corrupción, la mentira y el ejercicio indebido de poder y funciones.

Es tiempo que en Zacatecas cada uno hagamos lo que a cada uno nos toca. El líder a conducir su gremio; el profesor a enseñar en el aula; el trabajador a trabajar y el alumno a estudiar; el gobernante a gobernar y certificar un correcto ejercicio gubernamental. cuando eso pase, estaremos en el primer mundo.

Por todo lo anterior, es tiempo que el gobernador reconfigure su equipo de trabajo y se deshaga de los traidores.