/ lunes 14 de octubre de 2019

La UAZ no admite improvisaciones

La recta final del año tiene en la incertidumbre al personal de la UAZ, esperan que no se repita el panorama del año anterior, y que no se provoque una desestabilización financiera que coloque en riesgo la viabilidad institucional.

Cierra el presente ejercicio y faltan los recursos para sacar los compromisos de fin de año, desde salarios hasta aguinaldos; pero en medio de todo ello, comienza ya la lucha por la sucesión en dos de los más importantes frentes de la administraciòn universitaria; por un lado, en mayo se elige al nuevo rector y en el mismo mes, se elige al nuevo comité ejecutivo del SPAUAZ.

Más allá de las necesidades financieras de aquí al 31 de diciembre, lo que está en juego es la continuidad del modelo de Universidad pública y casi gratuita que hoy prevalece, se requiere una gestión institucional alejada de las posiciones polìticas de confrontación y colocando por encima de todo a la propia institución.

En medio de las elecciones por venir en ambas partes, la Universidad no está para improvisaciones, ni confrontaciones, en la sucesión se debe generar una mayoría que permita lograr la estabilidad y el saneamiento de la Máxima Casa de estudios.

Sanear financieramente a la Universidad, en las actuales condiciones, requiere de por lo menos otra administración rectoral.

Esto es lo que puede permitir que siga creciendo al ritmo que demanda la sociedad.

Más alla de los perfiles y personalidades que buscarán suceder a Antonio Guzmán Fernández, el proceso electoral no debe ni puede bajar la velocidad a la gestión que se lleva a cabo en todas las instancias.

La entrega de la estafeta tiene que ser dinámica y sin que se detenga el proceso que ya va encaminado, por lo que la transición administrativa, con el cambio de autoridades, no debe detener la gestión y no se puede perder tiempo entre mayo y septiembre que dura la nueva autoridad sin tomar decisiones.

La UAZ requiere mejores condiciones para enfretar los tiempos catastrofistas que se anuncian con la Cuarta Transformación.

Hoy, a pesar de los grandes problemas financieros por los que atraviesa, la UAZ sigue posicionada entre los primeros 15 lugares de las universidades públicas del país; se encuentra en los primeros ocho lugares de cuerpos académicos; en los primeros 15 lugares del Sistema Nacional de Investigadores y entre los primeros 12 lugares del perfil PRODEP del país; es decir, académicamente, se sigue sosteniendo con el 92 por ciento de su matrícula en sus programas acreditados.

Por todo ello, debe haber unidad en la diversidad y no admitir las dscalificaciones de aquellos que solo buscan sus intereses y los de sus grupos.

La recta final del año tiene en la incertidumbre al personal de la UAZ, esperan que no se repita el panorama del año anterior, y que no se provoque una desestabilización financiera que coloque en riesgo la viabilidad institucional.

Cierra el presente ejercicio y faltan los recursos para sacar los compromisos de fin de año, desde salarios hasta aguinaldos; pero en medio de todo ello, comienza ya la lucha por la sucesión en dos de los más importantes frentes de la administraciòn universitaria; por un lado, en mayo se elige al nuevo rector y en el mismo mes, se elige al nuevo comité ejecutivo del SPAUAZ.

Más allá de las necesidades financieras de aquí al 31 de diciembre, lo que está en juego es la continuidad del modelo de Universidad pública y casi gratuita que hoy prevalece, se requiere una gestión institucional alejada de las posiciones polìticas de confrontación y colocando por encima de todo a la propia institución.

En medio de las elecciones por venir en ambas partes, la Universidad no está para improvisaciones, ni confrontaciones, en la sucesión se debe generar una mayoría que permita lograr la estabilidad y el saneamiento de la Máxima Casa de estudios.

Sanear financieramente a la Universidad, en las actuales condiciones, requiere de por lo menos otra administración rectoral.

Esto es lo que puede permitir que siga creciendo al ritmo que demanda la sociedad.

Más alla de los perfiles y personalidades que buscarán suceder a Antonio Guzmán Fernández, el proceso electoral no debe ni puede bajar la velocidad a la gestión que se lleva a cabo en todas las instancias.

La entrega de la estafeta tiene que ser dinámica y sin que se detenga el proceso que ya va encaminado, por lo que la transición administrativa, con el cambio de autoridades, no debe detener la gestión y no se puede perder tiempo entre mayo y septiembre que dura la nueva autoridad sin tomar decisiones.

La UAZ requiere mejores condiciones para enfretar los tiempos catastrofistas que se anuncian con la Cuarta Transformación.

Hoy, a pesar de los grandes problemas financieros por los que atraviesa, la UAZ sigue posicionada entre los primeros 15 lugares de las universidades públicas del país; se encuentra en los primeros ocho lugares de cuerpos académicos; en los primeros 15 lugares del Sistema Nacional de Investigadores y entre los primeros 12 lugares del perfil PRODEP del país; es decir, académicamente, se sigue sosteniendo con el 92 por ciento de su matrícula en sus programas acreditados.

Por todo ello, debe haber unidad en la diversidad y no admitir las dscalificaciones de aquellos que solo buscan sus intereses y los de sus grupos.