/ miércoles 15 de agosto de 2018

Las autopistas en México

La construcción de las llamadas autopistas en México fue con el propósito de que los automovilistas tuviéramos ahorro en combustible, neumáticos en el tiempo que durasen los recorridos.

Al mismo tiempo, se ganaba en seguridad porque la amplitud de las carreteras superaba a las llamadas libres de pago alguno por parte de los automovilistas. Con el paso del tiempo se han empezado a multiplicar las llamadas vías de cuotas en todo el territorio mexicano con recursos privados que suplen a las inversiones públicas de antaño.

Ahora las autopistas privadas se sirven con la cuchara grande imponiendo cuotas a diestra y siniestra, con tramos cortos y cobros excesivos que ponen los pelos de punta a los automovilistas que debemos pagar sin chistar las llamadas cuotas de peaje.

Atrás ha quedado la función que tenía caminos y puentes federales (CAPUFE) que daba mantenimiento constantes a las pocas vías de cuota que se tenía en México (aunque debemos hacer notar que la dependencia no ha desaparecido, pero está muy relegada a últimas fechas).

El acabose lo tenemos en que la iniciativa privada Mexicana ha quedado relegada por el capital extranjero que con prestanombres impone su ley en las autopistas que operan en el país.

La comodidad y seguridad que deben tener las vías de cuota se esfuman con los constantes arreglos y reparaciones que realizan las constructoras privadas, los pagos son obligatorios a pesar de que el servicio que prestan no es el adecuado y las largas colas de autos y camiones son el pan de cada día en las autopistas mexicanas.

Los casos abundan, sobresaliendo la Autopista del Sol en Morelos y Guerrero, la costera en Sinaloa, plan de barrancas en Jalisco y Nayarit, la solidaridad en Jalisco y Aguascalientes, la súper carretera Durango-Sinaloa, solo por citar algunas, son de las más caras del mundo y las incomodidades que ocasionan con las reparaciones cotidianas son constantes.

De acuerdo al mercado, si se paga por un servicio éste debe cumplirse al 100%, pero en México no es así, la expedición del boleto que comprueba el pago que se realiza debe ser más que suficiente para que se cumpla lo que se compra, o en su defecto las autoridades debían obligar a las empresas privadas de no cobrar cuando se realizan las reparaciones en las autopistas.

A partir el 1 de diciembre tendremos cambio de administración gubernamental y es uno de los muchos pendientes que deberán modificarse el cobro de las autopistas en México. Seguir con las prácticas abusivas de las empresas privadas extranjeras es caer en la simulación que tanto daña al país.

La organización de los ciudadanos con el apoyo de las nuevas autoridades gubernamentales federales será fundamental para obligar a cambiar de actitud a las abusivas e irracionales empresas privadas que hacen su agosto con los cobros excesivos en las autopistas mexicanas y sus reparaciones cotidianas que tanto daño ocasionan a los usuarios.

Confiamos en que los cambios gubernamentales se realizarán para beneplácito de los millones de mexicanos que votamos por un cambio de régimen político que beneficie a los que menos tienen y afecte los interese de que han gozado una parte muy reducida de la población, es tiempo de acabar con los privilegios de unos cuantos, todo mundo lo agradecerá.


La construcción de las llamadas autopistas en México fue con el propósito de que los automovilistas tuviéramos ahorro en combustible, neumáticos en el tiempo que durasen los recorridos.

Al mismo tiempo, se ganaba en seguridad porque la amplitud de las carreteras superaba a las llamadas libres de pago alguno por parte de los automovilistas. Con el paso del tiempo se han empezado a multiplicar las llamadas vías de cuotas en todo el territorio mexicano con recursos privados que suplen a las inversiones públicas de antaño.

Ahora las autopistas privadas se sirven con la cuchara grande imponiendo cuotas a diestra y siniestra, con tramos cortos y cobros excesivos que ponen los pelos de punta a los automovilistas que debemos pagar sin chistar las llamadas cuotas de peaje.

Atrás ha quedado la función que tenía caminos y puentes federales (CAPUFE) que daba mantenimiento constantes a las pocas vías de cuota que se tenía en México (aunque debemos hacer notar que la dependencia no ha desaparecido, pero está muy relegada a últimas fechas).

El acabose lo tenemos en que la iniciativa privada Mexicana ha quedado relegada por el capital extranjero que con prestanombres impone su ley en las autopistas que operan en el país.

La comodidad y seguridad que deben tener las vías de cuota se esfuman con los constantes arreglos y reparaciones que realizan las constructoras privadas, los pagos son obligatorios a pesar de que el servicio que prestan no es el adecuado y las largas colas de autos y camiones son el pan de cada día en las autopistas mexicanas.

Los casos abundan, sobresaliendo la Autopista del Sol en Morelos y Guerrero, la costera en Sinaloa, plan de barrancas en Jalisco y Nayarit, la solidaridad en Jalisco y Aguascalientes, la súper carretera Durango-Sinaloa, solo por citar algunas, son de las más caras del mundo y las incomodidades que ocasionan con las reparaciones cotidianas son constantes.

De acuerdo al mercado, si se paga por un servicio éste debe cumplirse al 100%, pero en México no es así, la expedición del boleto que comprueba el pago que se realiza debe ser más que suficiente para que se cumpla lo que se compra, o en su defecto las autoridades debían obligar a las empresas privadas de no cobrar cuando se realizan las reparaciones en las autopistas.

A partir el 1 de diciembre tendremos cambio de administración gubernamental y es uno de los muchos pendientes que deberán modificarse el cobro de las autopistas en México. Seguir con las prácticas abusivas de las empresas privadas extranjeras es caer en la simulación que tanto daña al país.

La organización de los ciudadanos con el apoyo de las nuevas autoridades gubernamentales federales será fundamental para obligar a cambiar de actitud a las abusivas e irracionales empresas privadas que hacen su agosto con los cobros excesivos en las autopistas mexicanas y sus reparaciones cotidianas que tanto daño ocasionan a los usuarios.

Confiamos en que los cambios gubernamentales se realizarán para beneplácito de los millones de mexicanos que votamos por un cambio de régimen político que beneficie a los que menos tienen y afecte los interese de que han gozado una parte muy reducida de la población, es tiempo de acabar con los privilegios de unos cuantos, todo mundo lo agradecerá.


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