/ lunes 27 de julio de 2020

Las decisiones del rector

Desde finales de 2014 y principios de 2015 se escucharon críticas en varios medios, en los que se decía que el grupo que hasta ahora había conducido la universidad había agotado esta capacidad, era el grupo universidad. Yo, como invitado de ese grupo, hacía notar la necesidad de llevar a la SEP una propuesta académica e hiciéramos los cambios nosotros mismos para dañarnos menos, abrir nuevas licenciaturas y difundirlas en los municipios con mayor población estudiantil y los egresados pudieran vivir de su profesión.

La federación tiene décadas proponiendo diversificar la oferta educativa y en alguna ocasión envió dinero para eso, ningún equipo del rector en turno hizo nada al respecto y empezaron a crearse los posgrados; algunos ingresaron al padrón de excelencia y hoy son más que las licenciaturas, pero ninguna norma, los toman en cuenta para su funcionamiento institucional; la ley orgánica y el estatuto norman las licenciaturas, no los posgrados y las más pobladas importan para proveer de votos en cada elección de rector y directores. ¿O no?

La necesidad de volver a organizar la universidad para tener egresados que trabajen su profesión en el Estado o en otros, hace décadas que ninguna administración, se ha propuesto en serio resolverla; hoy en día esa solución ya no se ha podido posponer, la presión aumenta desde afuera como antes, pero ahora amenaza las quincenas y prestaciones de los docentes; el rector, Antonio Guzmán, ha resistido para no eliminar las primas de antigüedad a jubilados y la jubilación dinámica, pero ya no pudo evitar más y deja sin contratar a los Tiempos Determinados en las preparatorias.

Los dos periodos rectorales que le precedieron no hicieron nada, el Dr. Domínguez pensó que la deuda se pagaba firmando papeles, es decir negociando, y como él tuvo más dinero que otros pensaba que eso continuaría; el periodo del ingeniero Silva fue un peso muerto con el que cargó la universidad, todo se pospuso. Mientras tanto el Lic. Femat se erigió en jefe del grupo universidad y hacia ostentación de ello, aun en presencia del rector, pero sus errores de aceptarse como corrupto en la cámara de diputados y otros; enfrió su relación con su dirigente nacional partidario; entonces negoció la rectoría próxima con una parte de la coalición morenista para su reelección como diputado federal, como si la universidad fuera de su propiedad. El grupo universidad presenció en silencio y desmovilizado esta absurda y ofensiva negociación y el rector quedó a la deriva; no tuvo más opción que despedir a los Tiempos Determinados y obtener apoyo económico para terminar bien el año para toda la universidad, sacrificó la parte para salvar el todo.

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La necesidad de volver a organizar la universidad para tener egresados que trabajen su profesión en el Estado o en otros, hace décadas que ninguna administración, se ha propuesto en serio resolverla; hoy en día esa solución ya no se ha podido posponer, la presión aumenta desde afuera como antes, pero ahora amenaza las quincenas y prestaciones de los docentes; el rector, Antonio Guzmán, ha resistido para no eliminar las primas de antigüedad a jubilados y la jubilación dinámica, pero ya no pudo evitar más y deja sin contratar a los Tiempos Determinados en las preparatorias.

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