/ martes 17 de diciembre de 2019

Las Posadas

Las posadas típicas del mes de diciembre que bien vale la pena mencionar un poco del contexto histórico y religioso, para algunos sigue siendo un misterio el significado de lo que implican. Devienen de Navidad que significa “nacimiento” y viene del latín “Nativitas”, que a su vez procede del verbo “nasci” “natus” (nacido). Además de ser el día en que se festeja el nacimiento de Jesucristo, acompañado de toda la mercadotecnia que llevan estas fechas cargadas de espíritu navideño.

En cuanto al acontecimiento religioso celebrado en casi todo el mundo, la verdad es que se desconoce la fecha exacta del nacimiento de Jesús. El emperador Constantino eligió el 25 de diciembre porque coincidía con una de las celebraciones más importantes del Imperio Romano, el nacimiento del Sol Invictus, que valga decir era una buena estrategia para convertir a los paganos.

Las Saturnales se celebraban del 17 al 23 de diciembre, una de las más importantes era la del 21 de diciembre (el día más corto del año) previo al nuevo periodo de la luz o nacimiento, el 25 de diciembre, que coincidía con la entrada del sol en el signo de capricornio. Con las fiestas de Saturnales concluían los trabajos en el campo, se organizaban comilonas a las que asistían tanto señores como esclavos para recordar la Edad de Oro; en que Saturno gobernaba el universo y todos los hombres eran iguales y se intercambiaban regalos, por lo general muñecos de barro y velas.

Cuando aspiraba al poder, Constantino adoraba a Mitra, según la leyenda la noche que antecedió a la batalla del Puente Milvio, Constantino tuvo un sueño en el cual vio una cruz del sol con una inscripción que decía: “Con éste signo conquistarás”, experiencia que lo inspiró a plasmar el crismón en los escudos de los soldados. Tras ganar la batalla decidió que el cristianismo seria la religión oficial del Imperio.

Sin embargo la Navidad moderna conserva algunos rasgos de las Saturnales, que salen a relucir en forma de banquetes, regalos y buenos deseos. Una de estas fiestas tradicionales es la posada, que viene del verbo “posar”, término derivado del latín pausare (detenerse). La posada es una procesión donde la gente va de casa en casa para representar, por medio de cantos, una escena: María y José pidiendo alojamiento antes del nacimiento de Jesús. Acorde a la tradición, se deben celebrar nueve posadas, aunque los mexicanos podemos tener una cada noche hasta el día de reyes como es costumbre y tradición al menos en las comidas, el recalentado donde la familia se une en estas fechas con arraigo por excelencia. La posada es una oportunidad para comer, beber y alojarse, pero lamentablemente en nuestros días se ha tergiversado pues hoy acudir a posadas es sinónimo de convivios donde abunda la comida, los intercambios y el alcohol. Pero ya es cuestión de cada quien y convive como se quiera de acorde a cómo se dan las circunstancias de cada persona, de cada familia, de cada individuo.

Las posadas típicas del mes de diciembre que bien vale la pena mencionar un poco del contexto histórico y religioso, para algunos sigue siendo un misterio el significado de lo que implican. Devienen de Navidad que significa “nacimiento” y viene del latín “Nativitas”, que a su vez procede del verbo “nasci” “natus” (nacido). Además de ser el día en que se festeja el nacimiento de Jesucristo, acompañado de toda la mercadotecnia que llevan estas fechas cargadas de espíritu navideño.

En cuanto al acontecimiento religioso celebrado en casi todo el mundo, la verdad es que se desconoce la fecha exacta del nacimiento de Jesús. El emperador Constantino eligió el 25 de diciembre porque coincidía con una de las celebraciones más importantes del Imperio Romano, el nacimiento del Sol Invictus, que valga decir era una buena estrategia para convertir a los paganos.

Las Saturnales se celebraban del 17 al 23 de diciembre, una de las más importantes era la del 21 de diciembre (el día más corto del año) previo al nuevo periodo de la luz o nacimiento, el 25 de diciembre, que coincidía con la entrada del sol en el signo de capricornio. Con las fiestas de Saturnales concluían los trabajos en el campo, se organizaban comilonas a las que asistían tanto señores como esclavos para recordar la Edad de Oro; en que Saturno gobernaba el universo y todos los hombres eran iguales y se intercambiaban regalos, por lo general muñecos de barro y velas.

Cuando aspiraba al poder, Constantino adoraba a Mitra, según la leyenda la noche que antecedió a la batalla del Puente Milvio, Constantino tuvo un sueño en el cual vio una cruz del sol con una inscripción que decía: “Con éste signo conquistarás”, experiencia que lo inspiró a plasmar el crismón en los escudos de los soldados. Tras ganar la batalla decidió que el cristianismo seria la religión oficial del Imperio.

Sin embargo la Navidad moderna conserva algunos rasgos de las Saturnales, que salen a relucir en forma de banquetes, regalos y buenos deseos. Una de estas fiestas tradicionales es la posada, que viene del verbo “posar”, término derivado del latín pausare (detenerse). La posada es una procesión donde la gente va de casa en casa para representar, por medio de cantos, una escena: María y José pidiendo alojamiento antes del nacimiento de Jesús. Acorde a la tradición, se deben celebrar nueve posadas, aunque los mexicanos podemos tener una cada noche hasta el día de reyes como es costumbre y tradición al menos en las comidas, el recalentado donde la familia se une en estas fechas con arraigo por excelencia. La posada es una oportunidad para comer, beber y alojarse, pero lamentablemente en nuestros días se ha tergiversado pues hoy acudir a posadas es sinónimo de convivios donde abunda la comida, los intercambios y el alcohol. Pero ya es cuestión de cada quien y convive como se quiera de acorde a cómo se dan las circunstancias de cada persona, de cada familia, de cada individuo.