/ jueves 30 de enero de 2020

Lenguaje de inclusión no rompe con la desigualdad

Leyendo algunos artículos de la investigadora de origen español, naturalizada como mexicana Concepción Company, escritora que ha sido reconocida con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2019 en el campo de lingüística y literatura, dedicada al rescate de archivos, documentación, transcripción, edición y crítica de documentos, la cual cuenta con una trayectoria de 40 años de trabajo en temas de lingüística; al leerla llamó mi atención su opinión sobre el uso de la lengua en temas de equidad de género, donde afirma que es muy peligroso y elitista el lenguaje incluyente –ellas, ellos, chicos y chicas etc.) de lo cual estoy de acuerdo.

Durante mucho tiempo se ha buscado romper con la brecha de género, por lo que surgen algunas políticas públicas que han obligado la modificación a nuestro lenguaje, sin embargo, estamos seguros que con ello no se podrá lograr la inclusión del género femenino de manera plena, ya que por el solo hecho de agregar (as) a los sustantivos no será suficiente pues migrar hacia una política de inclusión es mucho más profundo y con más elementos que analizar y considerar.

Las políticas de equidad o incluyentes no pueden usarse con enfoque de discriminación, pues al evitar que el género masculino participe de manera igualitaria estamos incurriendo en discriminación y exclusión de su género, es cierto que existe mucho rezago en muchos ámbitos de la sociedad donde de manera histórica y cultural se ha relegado a la participación de la mujer, pero esta no se romperá cayendo en los mismos patrones de exclusión.

Insistiremos en no alterar y/o modificar la lengua, el respeto a las normas lingüísticas es básico en una sociedad que ya de por si usa muchos eufemismos para discriminar y relegar a ciertos sectores de nuestra sociedad, y no es aceptable propiciar se acentué más con el uso de agregados gramaticales a nuestra lengua.

Company afirma, que el lenguaje incluyente es solo una cortina para ocultar el problema profundo, no es diciendo “todas” y “todos” que la mujer será tomada en cuenta y con ello se le permita participar de manera equitativa en el ámbito externo de la sociedad.

Existen muchos países donde se trabaja de manera muy seria en lograr la equidad de la mujer, sin usar un lenguaje de inclusión, ya que sus reglas gramaticales no se lo permiten, sin embargo tienen mas avance en las políticas públicas para la equidad, ---no solo hombre-mujer, también transexuales y homosexuales— lo que les permite tener una estabilidad social y económica que beneficia a todos por igual, la diversidad en todos los sectores de la vida humana es trascendental para un mejor país.

En México hay mucho camino por recorrer en el asunto de la equidad e igualdad, y la participación de la mujer para lograr estos cambios es definitivamente muy necesaria y obligatoria, sobre todo hacerlo con acciones positivas y afirmativas, nunca con violencia y segregación del sexo masculino, la pelea en con las condiciones y falta de oportunidad, y no con el hombre, el cual no es responsable de la formación machista que se le dio en el seno familiar, ahí es donde las mujeres debemos actuar y remediar ese problema, la educación con valores y respeto para todos sin condición de género es básica.

Para reflexionar

Leyendo algunos artículos de la investigadora de origen español, naturalizada como mexicana Concepción Company, escritora que ha sido reconocida con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2019 en el campo de lingüística y literatura, dedicada al rescate de archivos, documentación, transcripción, edición y crítica de documentos, la cual cuenta con una trayectoria de 40 años de trabajo en temas de lingüística; al leerla llamó mi atención su opinión sobre el uso de la lengua en temas de equidad de género, donde afirma que es muy peligroso y elitista el lenguaje incluyente –ellas, ellos, chicos y chicas etc.) de lo cual estoy de acuerdo.

Durante mucho tiempo se ha buscado romper con la brecha de género, por lo que surgen algunas políticas públicas que han obligado la modificación a nuestro lenguaje, sin embargo, estamos seguros que con ello no se podrá lograr la inclusión del género femenino de manera plena, ya que por el solo hecho de agregar (as) a los sustantivos no será suficiente pues migrar hacia una política de inclusión es mucho más profundo y con más elementos que analizar y considerar.

Las políticas de equidad o incluyentes no pueden usarse con enfoque de discriminación, pues al evitar que el género masculino participe de manera igualitaria estamos incurriendo en discriminación y exclusión de su género, es cierto que existe mucho rezago en muchos ámbitos de la sociedad donde de manera histórica y cultural se ha relegado a la participación de la mujer, pero esta no se romperá cayendo en los mismos patrones de exclusión.

Insistiremos en no alterar y/o modificar la lengua, el respeto a las normas lingüísticas es básico en una sociedad que ya de por si usa muchos eufemismos para discriminar y relegar a ciertos sectores de nuestra sociedad, y no es aceptable propiciar se acentué más con el uso de agregados gramaticales a nuestra lengua.

Company afirma, que el lenguaje incluyente es solo una cortina para ocultar el problema profundo, no es diciendo “todas” y “todos” que la mujer será tomada en cuenta y con ello se le permita participar de manera equitativa en el ámbito externo de la sociedad.

Existen muchos países donde se trabaja de manera muy seria en lograr la equidad de la mujer, sin usar un lenguaje de inclusión, ya que sus reglas gramaticales no se lo permiten, sin embargo tienen mas avance en las políticas públicas para la equidad, ---no solo hombre-mujer, también transexuales y homosexuales— lo que les permite tener una estabilidad social y económica que beneficia a todos por igual, la diversidad en todos los sectores de la vida humana es trascendental para un mejor país.

En México hay mucho camino por recorrer en el asunto de la equidad e igualdad, y la participación de la mujer para lograr estos cambios es definitivamente muy necesaria y obligatoria, sobre todo hacerlo con acciones positivas y afirmativas, nunca con violencia y segregación del sexo masculino, la pelea en con las condiciones y falta de oportunidad, y no con el hombre, el cual no es responsable de la formación machista que se le dio en el seno familiar, ahí es donde las mujeres debemos actuar y remediar ese problema, la educación con valores y respeto para todos sin condición de género es básica.

Para reflexionar