Es un hecho más que confirmado: Las fábricas de todo el mundo confían cada vez más en los robots industriales. El uso global de robots se ha expandido rápidamente en los últimos años. En el ranking países con mayor impacto de la robótica se encuentran, en primer lugar, las naciones asiáticas altamente industrializadas: Corea del Sur, Singapur y Japón, seguidas de cerca por Alemania, Suecia, Taiwán, Dinamarca, Estados Unidos, Bélgica e Italia. Y la presente colaboración lo avala.
Resulta que la prensa esta semana estuvo cubriendo un suceso que si bien no debería extrañarnos por estos tiempos, siempre resulta complicado de digerir por el impacto social que representa.
Y es que la afamada marca de pantalones de mezclilla “Levi’s” recurrirá a robots con láser para lograr la apariencia gastada y los desgarrones estratégicos que los consumidores hoy demandan en sus pantalones de mezclilla.
Según las notas de prensa, estamos presenciando el mayor cambio en más de una década para una cadena de suministro que produce 1.5 millones de pantalones de mezclilla cada año, la compañía de ropa comenzó a desplegar una legión de láseres que para 2020 espera reemplazar a casi todos sus empleados humanos en los trabajos de acabado que requiere de intensa mano de obra, y a veces son tóxicos.
Los láseres que graban patrones digitales en los pantalones de mezclilla al quemar una fina capa de tela y pigmento, pueden terminar un par de pantalones cada 90 segundos, en comparación con entre 6 y 8 minutos cuando esa actividad se hace a mano, los utilizan algunos fabricantes desde hace más de una década. El cambio es sustancial, ya que tal como refiere Carsten Heer, representante de la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés) “el uso de robots no sólo crea empleos calificados; también baja el costo de los productos”.
Toda esta dinámica de innovación tecnológica representa desde mi punto de vista dos situaciones (entre otras) de impacto mayor. Una desde el ámbito de la propiedad intelectual que evidencia el avance incontenible del sistema de patentes dentro del ámbito de todas las creaciones intelectuales que nacen a raíz de la cuarta revolución industrial, misma que describe magistralmente Klaus Schwab en su libro la Cuarta Revolución Industrial.
La otra es de índole socio educativo, ya que si bien es cierto que la robótica crea empleos calificados (pues sin lugar a dudas el hombre crea, diseña, construye y programa, etc.) la cuestión sería ¿está lista la mano de obra latinoamericana para estos nuevos empleos? Es pregunta retórica ya sé que no, y es entonces donde entran a jugar en los sistemas educativos latinoamericanos, factores decisivos en cuanto a investigación, innovación y transformación de los modelos curriculares hacia esquemas más actualizados y flexibles; pero sobre todo capaces de formar profesionistas que no sean desplazados por la tecnología, sino capaces de crearla, modificarla y “comandarla”, ese es y será el gran reto de la educación global.
Nos queda un largo camino por recorrer, ya lo sé, pero con docentes preparados, motivados y capacitados claro que podemos lograrlo. Aun así no lo olviden: Proteger…es ganar!!!
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