/ domingo 24 de enero de 2021

Libertad, pluralidad y democracia

Como método, la opacidad fue eficaz para ocultar las tropelías, excesos, abusos y saqueos desde el poder. En un ejercicio y gobierno abierto de diálogo directo con los medios y hacia la ciudadanía, Andrés Manuel López Obrador decide informar las acciones y políticas gubernamentales. Las conferencias conocidas como ‘las mañaneras’ son un ejercicio de libertad de expresión, transparencia y con un estilo franco y directo donde las opiniones del Presidente han generado escozor en la oposición y en otros personajes que se han sentido aludidos.

En este escenario, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), prohíbe al Jefe del Ejecutivo se pronuncie sobre temas electorales. El órgano electoral no tiene competencia y se excede en sus facultades, razona Miguel Eraña Sánchez, catedrático de la Universidad Iberoamericana. “Ni el INE ni los jueces pueden interrumpir la libertad de opinión”, sentencia.

Legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, independencia y máxima publicidad en todo proceso electoral es la facultad del INE y bajo ese tenor, se debe respetar, promover, proteger y garantizar el derecho a la información, obedeciendo al artículo primero constitucional que establece el principio pro persona. En este sentido, el INE debe abstenerse en tomar postura a favor o en contra de cualquier ideología política.

Sin embargo, las contradicciones y el doble discurso han prevalecido. En el VIII Congreso Internacional de Ciencia Política del pasado 9 de diciembre, el Consejero Presidente Lorenzo Córdova Vianello, criticó duramente al populismo, destacando sus peores aspectos. Pese a no mencionar directamente a Andrés Manuel López Obrador, es sabido que sus adversarios lo han tildado de populista.

¿Se deben tolerar las opiniones de Andrés Manuel? ¿Las conferencias dañan el proceso electoral? ¿La libertad de pensamiento perjudica a la sociedad?

No hay que confundirse, si bien la defensa de la democracia puede tener distintos rostros y puede realizarse desde diversos atriles y púlpitos, partidos políticos, organizaciones sociales, labor académica o desde ‘las mañaneras’.

La censura aniquila la libertad de cada ser humano. La pluralidad de opiniones e ideas fortalece la democracia.

Como método, la opacidad fue eficaz para ocultar las tropelías, excesos, abusos y saqueos desde el poder. En un ejercicio y gobierno abierto de diálogo directo con los medios y hacia la ciudadanía, Andrés Manuel López Obrador decide informar las acciones y políticas gubernamentales. Las conferencias conocidas como ‘las mañaneras’ son un ejercicio de libertad de expresión, transparencia y con un estilo franco y directo donde las opiniones del Presidente han generado escozor en la oposición y en otros personajes que se han sentido aludidos.

En este escenario, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), prohíbe al Jefe del Ejecutivo se pronuncie sobre temas electorales. El órgano electoral no tiene competencia y se excede en sus facultades, razona Miguel Eraña Sánchez, catedrático de la Universidad Iberoamericana. “Ni el INE ni los jueces pueden interrumpir la libertad de opinión”, sentencia.

Legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, independencia y máxima publicidad en todo proceso electoral es la facultad del INE y bajo ese tenor, se debe respetar, promover, proteger y garantizar el derecho a la información, obedeciendo al artículo primero constitucional que establece el principio pro persona. En este sentido, el INE debe abstenerse en tomar postura a favor o en contra de cualquier ideología política.

Sin embargo, las contradicciones y el doble discurso han prevalecido. En el VIII Congreso Internacional de Ciencia Política del pasado 9 de diciembre, el Consejero Presidente Lorenzo Córdova Vianello, criticó duramente al populismo, destacando sus peores aspectos. Pese a no mencionar directamente a Andrés Manuel López Obrador, es sabido que sus adversarios lo han tildado de populista.

¿Se deben tolerar las opiniones de Andrés Manuel? ¿Las conferencias dañan el proceso electoral? ¿La libertad de pensamiento perjudica a la sociedad?

No hay que confundirse, si bien la defensa de la democracia puede tener distintos rostros y puede realizarse desde diversos atriles y púlpitos, partidos políticos, organizaciones sociales, labor académica o desde ‘las mañaneras’.

La censura aniquila la libertad de cada ser humano. La pluralidad de opiniones e ideas fortalece la democracia.