/ miércoles 10 de noviembre de 2021

Los bosques de la ilusión

La semana pasada, en el marco de la celebración de la 26ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), diversos Jefes de Estado se unieron a la Declaración sobre bosques y el uso de suelo. La finalidad es detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para el 2030 porque, precisamente, los bosques contribuyen a mitigar el calentamiento global.

Lo primero a explicar es cómo aumenta la temperatura en la atmósfera. Estimada lectora y estimado lector, el calentamiento de la tierra ocurre porque los gases de efecto invernadero –estos son el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano y otros gases contaminantes- retienen los rayos infrarrojos y no se libera el calor; en consecuencia, provocan el aumento de la temperatura de la tierra. Ahora bien, ¿qué papel juegan los árboles y los bosques en la disminución del efecto de dichos gases contaminantes? se preguntará usted.

Los árboles, las plantas y los bosques al realizar el proceso de fotosíntesis absorben el dióxido de carbono que se encuentra en el ambiente y lo convierten en carbono que se almacena en los troncos, las hojas y el suelo. A través de este proceso, los bosques contribuyen a reducir el CO2 en la atmósfera y, con ello, al calentamiento de la tierra. Por el contrario, el problema del calentamiento global se agrava cuando se deforestan los ecosistemas forestales porque al hacerlo, el carbono almacenado en el suelo, troncos y hojas de los árboles se libera hacia la atmósfera.

La mitigación y adaptación al cambio climático tiene distintas dimensiones y una de ellas está en el cuidado y conservación de los bosques. En la COP16, celebrada en Cancún, México, se reconoció la relevancia de los bosques en el proceso de reducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Así surgió un mecanismo internacional que actualmente es conocido como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal. La finalidad es incrementar las áreas que ocupan los bosques, proteger la biodiversidad, así como evitar que se pierdan los ecosistemas forestales por la deforestación. Hace unos días, en la COP26 las Naciones se comprometieron a: detener la deforestación de bosques, implementar programas para incentivar la agricultura sostenible y destinar 12 mil millones de dólares en fondos públicos para proteger y restaurar los bosques, entre otras medidas.

Les dejo unas cifras para la reflexión: los bosques son el hábitat del 75% de las aves y el 68% de los mamíferos; por otro lado, se estima que desde 1990 se han perdido aproximadamente 420 millones de hectáreas de bosques.

Cuidar nuestros bosques es cuidar nuestra biodiversidad. Es mitigar el calentamiento global. Es pensar en nuestro futuro.


La semana pasada, en el marco de la celebración de la 26ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), diversos Jefes de Estado se unieron a la Declaración sobre bosques y el uso de suelo. La finalidad es detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para el 2030 porque, precisamente, los bosques contribuyen a mitigar el calentamiento global.

Lo primero a explicar es cómo aumenta la temperatura en la atmósfera. Estimada lectora y estimado lector, el calentamiento de la tierra ocurre porque los gases de efecto invernadero –estos son el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano y otros gases contaminantes- retienen los rayos infrarrojos y no se libera el calor; en consecuencia, provocan el aumento de la temperatura de la tierra. Ahora bien, ¿qué papel juegan los árboles y los bosques en la disminución del efecto de dichos gases contaminantes? se preguntará usted.

Los árboles, las plantas y los bosques al realizar el proceso de fotosíntesis absorben el dióxido de carbono que se encuentra en el ambiente y lo convierten en carbono que se almacena en los troncos, las hojas y el suelo. A través de este proceso, los bosques contribuyen a reducir el CO2 en la atmósfera y, con ello, al calentamiento de la tierra. Por el contrario, el problema del calentamiento global se agrava cuando se deforestan los ecosistemas forestales porque al hacerlo, el carbono almacenado en el suelo, troncos y hojas de los árboles se libera hacia la atmósfera.

La mitigación y adaptación al cambio climático tiene distintas dimensiones y una de ellas está en el cuidado y conservación de los bosques. En la COP16, celebrada en Cancún, México, se reconoció la relevancia de los bosques en el proceso de reducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Así surgió un mecanismo internacional que actualmente es conocido como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal. La finalidad es incrementar las áreas que ocupan los bosques, proteger la biodiversidad, así como evitar que se pierdan los ecosistemas forestales por la deforestación. Hace unos días, en la COP26 las Naciones se comprometieron a: detener la deforestación de bosques, implementar programas para incentivar la agricultura sostenible y destinar 12 mil millones de dólares en fondos públicos para proteger y restaurar los bosques, entre otras medidas.

Les dejo unas cifras para la reflexión: los bosques son el hábitat del 75% de las aves y el 68% de los mamíferos; por otro lado, se estima que desde 1990 se han perdido aproximadamente 420 millones de hectáreas de bosques.

Cuidar nuestros bosques es cuidar nuestra biodiversidad. Es mitigar el calentamiento global. Es pensar en nuestro futuro.