/ domingo 21 de junio de 2020

Los más vulnerables

La pandemia del Covid-19 persiste en México. Los profesionales de la salud son la primera línea de batalla frente a este enemigo invisible que ha provocado el deceso de más de veinte mil personas. La sociedad, atenta al llamado de las autoridades y siendo partícipe activa de la contención, se ha quedado en casa, en confinamiento. Pero existe otro frente de batalla digno de reconocimiento, pues su labor es sumamente importante para mantener la salud de la población mexicana: las y los trabajadores de limpia.

Todos los días arriesgan su vida y la salud de su familia. Son ellos los que en este momento deben tener el equipo idóneo para su labor pues resulta de altísimo riesgo. Muchos, lamentablemente, han perecido. Tenemos la necesidad de visibilizarlos y protegerlos, de dignificar su trabajo y brindarles las mayores garantías de protección. Desde mi trinchera, haciendo uso de mis facultades como senadora y por un solidario compromiso para con ellos, he exhortado a través de un punto de acuerdo a los gobiernos y a todas las alcaldías de las treinta y dos entidades federativas para que se les garantice el derecho y protección a la salud, se implementen acciones concretas para la prevención y contención del coronavirus, la basificación a quienes se dedican de manera voluntaria a este servicio y la indemnización para las familias de los trabajadores que lamentablemente han fallecido. Son ellos los otros héroes que no deben quedar desprotegidos, mucho menos caer.

No podemos ser apáticos ante estos reclamos totalmente justos. La ley debe reconocer su trabajo y sujetarse a la progresividad que esto conlleva; el Estado, en cualquier orden de gobierno, debe atender el llamado con urgencia. Tenemos que generar políticas para protegerlos y sacar a muchos de la informalidad. La sociedad, por otro lado, debe ser más consciente al entregar o tirar probable material contaminado por el virus. Una vida pende de ello.

Son tiempos de renovación y solidaridad. De esta pandemia tenemos que salir avante todos, replanteando otra forma de convivencia con los demás seres humanos. Ante este grado de vulnerabilidad que nos demostró el coronavirus, debemos ayudarnos y protegernos, sin menoscabo. Como bien lo dice el poeta Mario Benedetti: codo a codo somos mucho más que dos. Por ellos, por nosotros, tenemos que apoyar.

Las palmas y mi profundo reconocimiento para las y los trabajadores de limpia. Su trabajo es el baluarte más importante con el que cuenta México para enfrentar estos momentos de crisis sanitaria. No los dejaremos solos.

La pandemia del Covid-19 persiste en México. Los profesionales de la salud son la primera línea de batalla frente a este enemigo invisible que ha provocado el deceso de más de veinte mil personas. La sociedad, atenta al llamado de las autoridades y siendo partícipe activa de la contención, se ha quedado en casa, en confinamiento. Pero existe otro frente de batalla digno de reconocimiento, pues su labor es sumamente importante para mantener la salud de la población mexicana: las y los trabajadores de limpia.

Todos los días arriesgan su vida y la salud de su familia. Son ellos los que en este momento deben tener el equipo idóneo para su labor pues resulta de altísimo riesgo. Muchos, lamentablemente, han perecido. Tenemos la necesidad de visibilizarlos y protegerlos, de dignificar su trabajo y brindarles las mayores garantías de protección. Desde mi trinchera, haciendo uso de mis facultades como senadora y por un solidario compromiso para con ellos, he exhortado a través de un punto de acuerdo a los gobiernos y a todas las alcaldías de las treinta y dos entidades federativas para que se les garantice el derecho y protección a la salud, se implementen acciones concretas para la prevención y contención del coronavirus, la basificación a quienes se dedican de manera voluntaria a este servicio y la indemnización para las familias de los trabajadores que lamentablemente han fallecido. Son ellos los otros héroes que no deben quedar desprotegidos, mucho menos caer.

No podemos ser apáticos ante estos reclamos totalmente justos. La ley debe reconocer su trabajo y sujetarse a la progresividad que esto conlleva; el Estado, en cualquier orden de gobierno, debe atender el llamado con urgencia. Tenemos que generar políticas para protegerlos y sacar a muchos de la informalidad. La sociedad, por otro lado, debe ser más consciente al entregar o tirar probable material contaminado por el virus. Una vida pende de ello.

Son tiempos de renovación y solidaridad. De esta pandemia tenemos que salir avante todos, replanteando otra forma de convivencia con los demás seres humanos. Ante este grado de vulnerabilidad que nos demostró el coronavirus, debemos ayudarnos y protegernos, sin menoscabo. Como bien lo dice el poeta Mario Benedetti: codo a codo somos mucho más que dos. Por ellos, por nosotros, tenemos que apoyar.

Las palmas y mi profundo reconocimiento para las y los trabajadores de limpia. Su trabajo es el baluarte más importante con el que cuenta México para enfrentar estos momentos de crisis sanitaria. No los dejaremos solos.