En su conferencia matutina de ayer, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, lanzó tres consejos para las y los gobernadores de reciente ingreso al cargo, que vale la pena revisar para el caso de Zacatecas.
El primero que mencionó, fue el de implementar medidas de austeridad para disminuir los niveles de gasto en la administración pública. La instalación de la austeridad republicana como una política transversal y posteriormente como una ley que ahora rige los lineamientos de gasto en las secretarías de Estado, fue una de las primeras acciones llevadas a cabo por el gobierno federal. En el caso de Zacatecas, se diseña una iniciativa de ley de austeridad, la cual es necesaria para acabar con los gastos excesivos que los gobiernos anteriores destinaron a la comodidad de sus funcionarios y no a la eficiencia de sus acciones.
El segundo consejo fue el de aplicar piso parejo en la recaudación del predial. Sin duda, una de las medidas urgentes que se deben considerar es la actualización del cobro de este impuesto, pues las bases de datos no han avanzado con la misma velocidad con la que el mercado inmobiliario lo ha hecho. En Zacatecas, una acción oportuna sería incrementar el pago del predial en un porcentaje aceptable, específicamente de los hogares con mayores ingresos. Lo anterior es factible, porque la tasa se ha mantenido fija durante un largo tiempo; por su potencial recaudatorio, al ser una contribución de difícil evasión; por su importancia, para cerrar la brecha de desigualdad, al ser progresivo en función de la riqueza; y por su relevancia para el desarrollo municipal.
La tercera recomendación del presidente fue combatir frontalmente la corrupción, al denunciar los abusos del pasado y asegurar que sean judicializados, sin inventar expedientes que busquen venganza. Habrá que esperar los resultados del proceso de entrega-recepción para saber qué sucederá en este rubro; pero de entrada, al tomar como punto de partida el discurso que el gobernador David Monreal Ávila pronunció en su toma de protesta, se espera que no haya encubrimiento de ningún tipo, como lo hubo en la transición gubernamental de 2016.
Esos fueron los tres consejos que el presidente les da a quienes empiezan a gobernar las entidades federativas, que actualmente dependen fuertemente de las participaciones y aportaciones federales. Se trata de acciones que, además de estar alineadas con el proyecto de nación electo en 2018, tienen sentido ideológico y técnico. La forma en la que las y los nuevos titulares de los poderes ejecutivos estatales los llevarán a la práctica, dependerá de las prioridades de las agendas locales, de la formación de los planes estatales de desarrollo y del respaldo de los agentes políticos en los otros poderes y, especialmente, del de la ciudadanía.
