/ miércoles 19 de agosto de 2020

Más sobre pensiones

En la colaboración de la semana pasada expresamos algunas ideas elementales sobre las consecuencias reales que tendría el aumentar la carga impositiva a los patrones para sostener el esquema del nuevo sistema de pensiones que se propone establecer en el país. Comentamos que la propuesta pretende aumentar la aportación del empleador de un 5.15% del salario hasta un 13.875%, lo que en términos de finanzas corporativas significaría aumentar el costo en las contrataciones laborales en alrededor de un 9%. Afirmamos, entre otras cosas, que entre más prestaciones y derechos tenga un asalariado, menor va a ser el monto de su remuneración neta, pues su salario debe ajustarse a un gasto bruto del empleador. Concluíamos, en resumen, que habría dos consecuencias de esta reforma legislativa: la disminución real del monto de los salarios que se pagaría a un trabajador, y, además, el aumento de la informalidad laboral al haber cada vez menos empresas con capacidad o interés en formalizar relaciones de trabajo por el alto costo que implica tener un trabajador en nómina.

Los juicios emitidos por el suscrito provocaron urticaria y desgarraduras de vestiduras entre esa clase de intelectualoides socialistas de café que pretenden echar a andar revoluciones y transformaciones desde la comodidad de los cafés mañaneros que ellos inician al mediodía debido a la pereza ontológica que los ha distinguido desde el mismo inicio de su existencia terrenal. Me refiero, indudablemente, a esos doctos holgazanes, profesores sin deberes ni responsabilidades concretas, adscritos a alguna facultad de alguna universidad pública estatal y cuya única preocupación fundamental y última en esta vida se contrae a recibir, de manera puntual, cada quincena, el importe total y exacto de todas sus prestaciones laborales y sindicales que jamás han justificado con una labor realmente rentable para la sociedad.

En defensa propia, voy a transcribir, literalmente, el contenido de un comentario que nos hiciera un empresario a propósito del tema de la reforma pensionaria que se pretende, y que es objeto de esta diatriba:

“Los autores de la propuesta no saben cómo funciona el mundo empresarial y de negocios. Solo van a aumentar más el desempleo y van a bajar los salarios de los trabajadores. Es todo. Deja te explico en finanzas básicas de una empresa o patrón: Cuando tú calculas el costo que implica tener un trabajador lo haces considerando todo: sueldo, impuestos, cuotas de seguridad, de retiro, prima de antigüedad, riesgos laborales, etc. Entre más derechos y prestaciones tengan los trabajadores, menor su sueldo, pues haces una suma total y le tienes que quitar a algo para que alcance, y ese algo es el sueldo. Básico y sencillo. No es de genios, son finanzas elementales. Esta es la razón, entre otras, del porqué los trabajadores mexicanos ganan una miseria. Es un riesgo grande tener trabajadores en México. A mayor riesgo, menor sueldo. A menor riesgo, mayor sueldo. ¿Sabes que un juicio laboral, de un trabajador malintencionado y bien asesorado, puede mandar a la quiebra a una mediana empresa? Tienes que prever todo: juicios laborales, vacaciones, primas, utilidades, aportaciones IMSS, aportaciones retiro, prima de antigüedad y, aparte, inmersos en una una cultura laboral del menor esfuerzo. Ya sabrás. Mira, por ejemplo: yo tengo un puesto de secretaria. En mis finanzas a ese puesto le corresponde una erogación anual digamos de $ 100,000 pesos, esto es, en esos cien mil pesos se incluyen: el sueldo que se le da al trabajador, los impuestos, cuotas de Seguridad Social, cuotas de retiro, riesgos laborales, y miles de etcéteras. ¿Qué sucede si alguno de esos impuestos, o como en este caso, aportes para retiro aumentan? Pues simplemente yo lo que hago es retabular el salario para que se ajusten todos los porcentajes a la baja y así seguir erogando anualmente esos $ 100,000 pesos. O simplemente el año o años subsiguientes que viene ya no aumento los salarios para compensar la inflación, y al final de cuentas en ambos casos el que pierde es el trabajador porque va a recibir menos salario. Es bien claro. Pero la clase política se ha dedicado a mentirle a la clase trabajadora, y esta última, a creerle a la primera.”

Sin más palabras.

En la colaboración de la semana pasada expresamos algunas ideas elementales sobre las consecuencias reales que tendría el aumentar la carga impositiva a los patrones para sostener el esquema del nuevo sistema de pensiones que se propone establecer en el país. Comentamos que la propuesta pretende aumentar la aportación del empleador de un 5.15% del salario hasta un 13.875%, lo que en términos de finanzas corporativas significaría aumentar el costo en las contrataciones laborales en alrededor de un 9%. Afirmamos, entre otras cosas, que entre más prestaciones y derechos tenga un asalariado, menor va a ser el monto de su remuneración neta, pues su salario debe ajustarse a un gasto bruto del empleador. Concluíamos, en resumen, que habría dos consecuencias de esta reforma legislativa: la disminución real del monto de los salarios que se pagaría a un trabajador, y, además, el aumento de la informalidad laboral al haber cada vez menos empresas con capacidad o interés en formalizar relaciones de trabajo por el alto costo que implica tener un trabajador en nómina.

Los juicios emitidos por el suscrito provocaron urticaria y desgarraduras de vestiduras entre esa clase de intelectualoides socialistas de café que pretenden echar a andar revoluciones y transformaciones desde la comodidad de los cafés mañaneros que ellos inician al mediodía debido a la pereza ontológica que los ha distinguido desde el mismo inicio de su existencia terrenal. Me refiero, indudablemente, a esos doctos holgazanes, profesores sin deberes ni responsabilidades concretas, adscritos a alguna facultad de alguna universidad pública estatal y cuya única preocupación fundamental y última en esta vida se contrae a recibir, de manera puntual, cada quincena, el importe total y exacto de todas sus prestaciones laborales y sindicales que jamás han justificado con una labor realmente rentable para la sociedad.

En defensa propia, voy a transcribir, literalmente, el contenido de un comentario que nos hiciera un empresario a propósito del tema de la reforma pensionaria que se pretende, y que es objeto de esta diatriba:

“Los autores de la propuesta no saben cómo funciona el mundo empresarial y de negocios. Solo van a aumentar más el desempleo y van a bajar los salarios de los trabajadores. Es todo. Deja te explico en finanzas básicas de una empresa o patrón: Cuando tú calculas el costo que implica tener un trabajador lo haces considerando todo: sueldo, impuestos, cuotas de seguridad, de retiro, prima de antigüedad, riesgos laborales, etc. Entre más derechos y prestaciones tengan los trabajadores, menor su sueldo, pues haces una suma total y le tienes que quitar a algo para que alcance, y ese algo es el sueldo. Básico y sencillo. No es de genios, son finanzas elementales. Esta es la razón, entre otras, del porqué los trabajadores mexicanos ganan una miseria. Es un riesgo grande tener trabajadores en México. A mayor riesgo, menor sueldo. A menor riesgo, mayor sueldo. ¿Sabes que un juicio laboral, de un trabajador malintencionado y bien asesorado, puede mandar a la quiebra a una mediana empresa? Tienes que prever todo: juicios laborales, vacaciones, primas, utilidades, aportaciones IMSS, aportaciones retiro, prima de antigüedad y, aparte, inmersos en una una cultura laboral del menor esfuerzo. Ya sabrás. Mira, por ejemplo: yo tengo un puesto de secretaria. En mis finanzas a ese puesto le corresponde una erogación anual digamos de $ 100,000 pesos, esto es, en esos cien mil pesos se incluyen: el sueldo que se le da al trabajador, los impuestos, cuotas de Seguridad Social, cuotas de retiro, riesgos laborales, y miles de etcéteras. ¿Qué sucede si alguno de esos impuestos, o como en este caso, aportes para retiro aumentan? Pues simplemente yo lo que hago es retabular el salario para que se ajusten todos los porcentajes a la baja y así seguir erogando anualmente esos $ 100,000 pesos. O simplemente el año o años subsiguientes que viene ya no aumento los salarios para compensar la inflación, y al final de cuentas en ambos casos el que pierde es el trabajador porque va a recibir menos salario. Es bien claro. Pero la clase política se ha dedicado a mentirle a la clase trabajadora, y esta última, a creerle a la primera.”

Sin más palabras.