/ sábado 13 de octubre de 2018

México ante el mundo: cooperación internacional y crecimiento económico

Este viernes 12 de octubre celebramos un aniversario más del encuentro entre dos culturas, América y Europa. Desde hace siglos, las principales razones para embarcarse en busca de nuevas tierras obedecían a motivos comerciales, y la travesía de Cristóbal Colón hace 526 años no fue la excepción.

Como en aquella época, también ahora el comercio internacional es una excelente estrategia para consolidar la economía de cualquier país. En la actualidad, no existe ninguna nación que sea completamente autosuficiente, y el comercio internacional es una manera de equilibrar y aprovechar las fortalezas de las distintas regiones.

En estos últimos días los reflectores se han concentrado en el Acuerdo México, Estados Unidos y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), en el que afortunadamente se ha llegado a buen puerto. Además de reconocer al equipo encargado de esta difícil negociación, también sería deseable aprovechar las enseñanzas políticas y económicas que nos dejó este proceso.

Sin duda, la principal lección es que nuestra economía no debería depender de un solo socio comercial, ya que esto significa estar a merced de otros vientos políticos. Por eso, además de mantener una buena relación con Estados Unidos, de manera paralela México debe fortalecer sus relaciones con nuevos socios comerciales, clientes y proveedores.

Esta tendencia ya se está llevando a cabo mediante el Acuerdo TransPacífico de Cooperación Económica (TPP) que México ratificó en abril de este año, y el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE), que entró en vigor en 2000 y se actualizó este 2018.

Aunque no acapare las portadas, la Unión Europea es el tercer socio comercial de México, muy cerca de Canadá, y aún nos falta aprovechar el verdadero potencial de estos acuerdos. Para darnos una idea de su magnitud, la Unión Europea representa un mercado de 28 países y más de 500 millones de habitantes.

De ahí la importancia de sacar el máximo de estos acuerdos, sin olvidar que para ser un protagonista mundial también se requiere fortalecer el mercado interno y la competitividad de industria nacional. Nuestro país tiene la capacidad de participar exitosamente en una economía internacional abierta, ofreciendo productos rentables y de alto valor agregado.

Por supuesto, el libre comercio no es una panacea para el crecimiento económico, y se deben analizar cuidadosamente los pros y los contras de cada tratado. Pero siempre será mejor para la industria y para el consumidor final contar con una mayor variedad de servicios y productos libres de aranceles.

El aniversario del descubrimiento de América es una buena razón para volver la mirada a la Unión Europea, una relación que comenzó hace siglos. Desde entonces, México es bien conocido por sus riquezas, con la notable diferencia de que ahora podemos aprovecharlas en nuestro beneficio.

*Vicepresidente Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico – CANACINTRA


Este viernes 12 de octubre celebramos un aniversario más del encuentro entre dos culturas, América y Europa. Desde hace siglos, las principales razones para embarcarse en busca de nuevas tierras obedecían a motivos comerciales, y la travesía de Cristóbal Colón hace 526 años no fue la excepción.

Como en aquella época, también ahora el comercio internacional es una excelente estrategia para consolidar la economía de cualquier país. En la actualidad, no existe ninguna nación que sea completamente autosuficiente, y el comercio internacional es una manera de equilibrar y aprovechar las fortalezas de las distintas regiones.

En estos últimos días los reflectores se han concentrado en el Acuerdo México, Estados Unidos y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), en el que afortunadamente se ha llegado a buen puerto. Además de reconocer al equipo encargado de esta difícil negociación, también sería deseable aprovechar las enseñanzas políticas y económicas que nos dejó este proceso.

Sin duda, la principal lección es que nuestra economía no debería depender de un solo socio comercial, ya que esto significa estar a merced de otros vientos políticos. Por eso, además de mantener una buena relación con Estados Unidos, de manera paralela México debe fortalecer sus relaciones con nuevos socios comerciales, clientes y proveedores.

Esta tendencia ya se está llevando a cabo mediante el Acuerdo TransPacífico de Cooperación Económica (TPP) que México ratificó en abril de este año, y el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE), que entró en vigor en 2000 y se actualizó este 2018.

Aunque no acapare las portadas, la Unión Europea es el tercer socio comercial de México, muy cerca de Canadá, y aún nos falta aprovechar el verdadero potencial de estos acuerdos. Para darnos una idea de su magnitud, la Unión Europea representa un mercado de 28 países y más de 500 millones de habitantes.

De ahí la importancia de sacar el máximo de estos acuerdos, sin olvidar que para ser un protagonista mundial también se requiere fortalecer el mercado interno y la competitividad de industria nacional. Nuestro país tiene la capacidad de participar exitosamente en una economía internacional abierta, ofreciendo productos rentables y de alto valor agregado.

Por supuesto, el libre comercio no es una panacea para el crecimiento económico, y se deben analizar cuidadosamente los pros y los contras de cada tratado. Pero siempre será mejor para la industria y para el consumidor final contar con una mayor variedad de servicios y productos libres de aranceles.

El aniversario del descubrimiento de América es una buena razón para volver la mirada a la Unión Europea, una relación que comenzó hace siglos. Desde entonces, México es bien conocido por sus riquezas, con la notable diferencia de que ahora podemos aprovecharlas en nuestro beneficio.

*Vicepresidente Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico – CANACINTRA