El 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación contra la violencia en contra de las mujeres, mismo que debe ser todos los días del año, pues para la violencia de género no hay día y hora.
Según datos oficiales 1 de cada 3 mujeres ha sufrido abusos a lo largo de su vida, máxime que si analizamos a nivel mundial por país el caso de la violencia contra las mujeres nos daremos cuenta que definitivamente la situación derivada por la pandemia las cifras aumentaron exponencialmente.
Un nuevo informe de la Organización de Naciones Unidas, basado en 13 países desde el inicio de la pandemia y hasta la actualidad, recoge que cada 2 de 2 mujeres padecieron de alguna forma violencia o conocían de alguna mujer que la sufría. Desafortunadamente 1 de cada 10 mujeres dijo que recurría a la policía en busca de ayuda o auxilio. De tal suerte que se llegó a la conclusión que las mujeres citadas tienen más probabilidades de enfrentarse a situaciones de pobreza y escasez de alimentos, es decir padecer violencia por la situación precaria en la que pueden vivir llevando a otro tipo de violencia, siendo la económica.
Con el objetivo de sensibilizar en el tema a la sociedad, la ONU promueve el marco de este importante 25 de noviembre, el color naranja de manera simbólica para identificar ese color para poner fin a la violencia contra las mujeres, dicha iniciativa liderada por el Secretario General de las Naciones Unidas y la agencia ONU Mujeres desde 2008, tiene como objetivo prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo, una tarea bastante titánica por la situación, usos y costumbres de los diferentes países que conforman el orden mundial. Se pide una acción global para aumentar la conciencia, impulsar la promoción crear oportunidades para el debate de los retos y las soluciones.
Los ejemplos en la actualidad en todos los países tienen un común denominador, la misma violencia independiente de los usos y costumbres, la violencia de pareja, por parte del compañero conyugal, la violencia sexual y acoso, la trata de personas, mutilación genital y el matrimonio infantil entre las situaciones más comunes. Es tarea de todos, desde instituciones y sociedad fomentar y hacer valer el respeto a los derechos humanos de las mujeres, y orientarlas a través de políticas públicas en aras de lograr y garantizar el respeto a una vida digna y libre de violencia, es una lucha a diario y poco a poco lograr resultados.
