/ lunes 18 de octubre de 2021

Necesaria evolución en hacer política

Toda la clase política mexicana muestra carencia intelectual para construcción de un desarrollo humano tipo sustentable, prefiere confrontación y descalificación constante, generar división en la ciudadanía porque así conviene a intereses de unos cuantos dirigentes empresariales y partidistas.

En efecto, militantes de todos los partidos y simpatizantes, personas sin partido que opinan sobre la actividad política mexicana se agrupan en dos claros segmentos cada vez más polarizados. Ello es resultado de una estrategia de ataque sistemático contra quien ostenta el poder gubernamental para así cambiar preferencias electorales al 2024; la esencia de sus pugnas verbales y acciones parlamentarias escasamente son para definir propuestas consensuadas. Todas las fuerzas político-electorales deberían dejar su pésimo actuar y trabajar conjuntamente para la gobernanza y gobernabilidad del bien común de todos los mexicanos, para ello se requiere ser deliberativos, democráticos, honestos, tolerantes y con visión de futuro, pero la clase política mexicana muestra pobreza intelectual y desinterés

La autodenominada cuarta transformación no ha logrado articular una clara y efectiva manera de gobernar para el bienestar, el presidente López Obrador se percibe solo sin un gabinete de resultados esperados, la militancia de Morena no hace mucho por transformar a nuestro país. Por su parte la oposición partidista y ciudadanos de clases alta y media-alta tienen coincidencia ideológica conservadora pero ya no es la requerida en esta segunda década del siglo XXI, están más dedicados a realizar ataque político cargado de odio y descalificación sistemática muchas sin ética. Tanto la oposición como la 4T se ven incompetentes para formular propuestas de desarrollo humano sustentable viables y pertinentes.

De lo anterior se deduce la necesidad inaplazable de que todos los partidos mexicanos eleven su quehacer a estándares de calidad, productividad y competitividad político-electoral formulando estrategias y poniendo en práctica acciones basadas en resultados tendientes a mejorar continuamente nuestra calidad de vida comenzando con los que menos tienen, implementen políticas públicas exitosas en rubros social, económico y ambiental, que generen verdaderos cambios en la estructura de vida mexicana a partir de una educación no clasista, de real cobertura en salud, un renovado estilo de gobernar y burocrático, de apoyo a toda empresa sin importar tamaño y sector productivo.

Los mexicanos necesitamos evolución del pensamiento y acciones de partidos políticos, que éstos realmente sean de interés público y no letra muerta. ¿Es mucho pedir a la clase política actual?

Toda la clase política mexicana muestra carencia intelectual para construcción de un desarrollo humano tipo sustentable, prefiere confrontación y descalificación constante, generar división en la ciudadanía porque así conviene a intereses de unos cuantos dirigentes empresariales y partidistas.

En efecto, militantes de todos los partidos y simpatizantes, personas sin partido que opinan sobre la actividad política mexicana se agrupan en dos claros segmentos cada vez más polarizados. Ello es resultado de una estrategia de ataque sistemático contra quien ostenta el poder gubernamental para así cambiar preferencias electorales al 2024; la esencia de sus pugnas verbales y acciones parlamentarias escasamente son para definir propuestas consensuadas. Todas las fuerzas político-electorales deberían dejar su pésimo actuar y trabajar conjuntamente para la gobernanza y gobernabilidad del bien común de todos los mexicanos, para ello se requiere ser deliberativos, democráticos, honestos, tolerantes y con visión de futuro, pero la clase política mexicana muestra pobreza intelectual y desinterés

La autodenominada cuarta transformación no ha logrado articular una clara y efectiva manera de gobernar para el bienestar, el presidente López Obrador se percibe solo sin un gabinete de resultados esperados, la militancia de Morena no hace mucho por transformar a nuestro país. Por su parte la oposición partidista y ciudadanos de clases alta y media-alta tienen coincidencia ideológica conservadora pero ya no es la requerida en esta segunda década del siglo XXI, están más dedicados a realizar ataque político cargado de odio y descalificación sistemática muchas sin ética. Tanto la oposición como la 4T se ven incompetentes para formular propuestas de desarrollo humano sustentable viables y pertinentes.

De lo anterior se deduce la necesidad inaplazable de que todos los partidos mexicanos eleven su quehacer a estándares de calidad, productividad y competitividad político-electoral formulando estrategias y poniendo en práctica acciones basadas en resultados tendientes a mejorar continuamente nuestra calidad de vida comenzando con los que menos tienen, implementen políticas públicas exitosas en rubros social, económico y ambiental, que generen verdaderos cambios en la estructura de vida mexicana a partir de una educación no clasista, de real cobertura en salud, un renovado estilo de gobernar y burocrático, de apoyo a toda empresa sin importar tamaño y sector productivo.

Los mexicanos necesitamos evolución del pensamiento y acciones de partidos políticos, que éstos realmente sean de interés público y no letra muerta. ¿Es mucho pedir a la clase política actual?