/ miércoles 3 de junio de 2020

Necesidad de diálogo nacional

En las últimas semanas observamos en medios periodísticos y redes sociales un notorio incremento en noticias, opiniones y mensajes de las dos corrientes ideológicas históricamente contrarias, conservadores o derecha frente a una izquierda de varias expresiones, ahora el tema central es el Presidente de la República. Se percibe un conflicto en aumento.

En efecto, es necesario que estrategas y grupos con capacidad de decisión de ambas corrientes entiendan que la dinámica de confrontación en medios masivos de comunicación genera polarización en la sociedad mexicana. En el caso de periodismo ya están bien definidas las líneas editoriales y noticiosas consistentes en lograr una opinión pública contraria a la figura presidencial, en redes sociales vemos que hay personas que no tienen tanta riqueza monetaria pero sienten y piensan igual que grandes empresarios y escriben con saña y odio, muy probablemente muchas de las ocasiones no conocen bien del tema como para hacer un comentario lo más certero posible. Esto es parte de una estrategia política basada en medios donde gente con poder económico y militantes de partidos anteriormente en el gobierno, procuran desprestigiar a todo lo que sea y emane de la cuarta transformación (4T), refieren a “círculos rojos y verdes donde primero es que periodistas ataquen sistemáticamente, acaparar con mensajes las redes sociales para que la clases media y parte de la baja cambien su forma de pensar y orientación del voto en 2021”, consideran un logro parcial el “tener mayor número de mensajes en redes sociales contra AMLO que a favor”.

Las fuerzas afines a AMLO y la 4T también realizan comentarios de crítica destructiva, pero tampoco escriben propuesta de desarrollo local, regional o nacional.

Se agudiza la pugna mediática entre “fifís” y “chairos”.

Es correcto que la clase alta se manifieste, como también las clases populares, ello es un reflejo de libertad de expresión, de visiones diferentes en torno a gobernanza.

Pero lo substancial es que entre derecha e izquierda exista un contexto de tolerancia, respeto a las ideas diferentes, sin discriminación de clases sociales o por grado educativo o nivel económico. Por el bien del país se debe diseñar y establecer un modelo de diálogo directo y diversificado, coordinado principalmente por cúpulas empresariales y el gobierno federal. Es menester establecer esquemas de opinión basados en reconocerse como diferentes, procurar diálogo desde ahora antes de una situación de alto conflicto en futuro próximo.


En las últimas semanas observamos en medios periodísticos y redes sociales un notorio incremento en noticias, opiniones y mensajes de las dos corrientes ideológicas históricamente contrarias, conservadores o derecha frente a una izquierda de varias expresiones, ahora el tema central es el Presidente de la República. Se percibe un conflicto en aumento.

En efecto, es necesario que estrategas y grupos con capacidad de decisión de ambas corrientes entiendan que la dinámica de confrontación en medios masivos de comunicación genera polarización en la sociedad mexicana. En el caso de periodismo ya están bien definidas las líneas editoriales y noticiosas consistentes en lograr una opinión pública contraria a la figura presidencial, en redes sociales vemos que hay personas que no tienen tanta riqueza monetaria pero sienten y piensan igual que grandes empresarios y escriben con saña y odio, muy probablemente muchas de las ocasiones no conocen bien del tema como para hacer un comentario lo más certero posible. Esto es parte de una estrategia política basada en medios donde gente con poder económico y militantes de partidos anteriormente en el gobierno, procuran desprestigiar a todo lo que sea y emane de la cuarta transformación (4T), refieren a “círculos rojos y verdes donde primero es que periodistas ataquen sistemáticamente, acaparar con mensajes las redes sociales para que la clases media y parte de la baja cambien su forma de pensar y orientación del voto en 2021”, consideran un logro parcial el “tener mayor número de mensajes en redes sociales contra AMLO que a favor”.

Las fuerzas afines a AMLO y la 4T también realizan comentarios de crítica destructiva, pero tampoco escriben propuesta de desarrollo local, regional o nacional.

Se agudiza la pugna mediática entre “fifís” y “chairos”.

Es correcto que la clase alta se manifieste, como también las clases populares, ello es un reflejo de libertad de expresión, de visiones diferentes en torno a gobernanza.

Pero lo substancial es que entre derecha e izquierda exista un contexto de tolerancia, respeto a las ideas diferentes, sin discriminación de clases sociales o por grado educativo o nivel económico. Por el bien del país se debe diseñar y establecer un modelo de diálogo directo y diversificado, coordinado principalmente por cúpulas empresariales y el gobierno federal. Es menester establecer esquemas de opinión basados en reconocerse como diferentes, procurar diálogo desde ahora antes de una situación de alto conflicto en futuro próximo.