/ lunes 25 de julio de 2022

Oposición político-electoral

Los partidos opositores PRI, PAN y PRD, en menor medida Movimiento Ciudadano, tienen retos importantes que resolver antes de los procesos electorales para gobernador en Coahuila y Estado de México durante el 2023 y Presidencia de la República en 2024.

Entre sus desafíos está vencer la inercia electoral que mantiene el partido Morena, aliados y su líder nacional, el Presidente López Obrador, pero para obtener buenos resultados primero deben unificar criterios internos, superar desprestigio que ocasionan varios de sus militantes en cargos partidistas y gubernamentales.

A raíz de los resultados electorales del pasado junio, varias voces dentro del PRD y PAN piden la renuncia de sus dirigentes nacionales, similarmente con el PRI pero a éste se le agrega una crisis de calidad moral y credibilidad por audios filtrados y dados a conocer a la opinión pública.

Es preciso preguntarse considerando la vida política nacional y la imperfecta democracia mexicana ¿Qué tanto es viable que esos tres partidos se queden sin sus respectivos presidentes nacionales? pues los tiempos políticos están justos para reorganizarse y no para sufrir rupturas, aunado a que un cambio de personas no necesariamente garantiza un cambio en el actual rumbo político-electoral de estos tres partidos, pues su problema mayor es de tipo estructural y no de mera situación transitoria de dirigencias, quizá no sea la solución necesaria para que superen sus crisis internas y consolidar la alianza que están fraguando para 2023 y 2024. Alianza que es de cúpulas partidistas y no emerge desde las bases por ello vemos diferentes grados de participación partidista, ¿será entonces pertinente la afirmación de militantes que los tres presidentes nacionales “no nos representan” y “perdimos nuestra identidad ideológica a cambio a unos votos y por dinero”?

Entre desafíos inmediatos del PAN, PRI y PRD es diseñar, implementar y asegurar sean exitosas una serie de estrategias y acciones tendientes a superar sus conflictos internos y respectivas crisis para luego enfrentar comicios electorales, pero en éstos tendrán el desafío de no perder posiciones y obtener mayor número de votos que les permitan mantenerse como una oposición política que logra establecer equilibrios parlamentarios necesarios para el desarrollo humano sustentable, principalmente deben construir una nueva cultura del ejercicio político mexicano basado en la democracia y gobernanza entendida ésta según filosofía de la ciencia política para que todos los partidos sean realmente organismos de interés público y no instrumentos de dirigencias.

Los partidos opositores PRI, PAN y PRD, en menor medida Movimiento Ciudadano, tienen retos importantes que resolver antes de los procesos electorales para gobernador en Coahuila y Estado de México durante el 2023 y Presidencia de la República en 2024.

Entre sus desafíos está vencer la inercia electoral que mantiene el partido Morena, aliados y su líder nacional, el Presidente López Obrador, pero para obtener buenos resultados primero deben unificar criterios internos, superar desprestigio que ocasionan varios de sus militantes en cargos partidistas y gubernamentales.

A raíz de los resultados electorales del pasado junio, varias voces dentro del PRD y PAN piden la renuncia de sus dirigentes nacionales, similarmente con el PRI pero a éste se le agrega una crisis de calidad moral y credibilidad por audios filtrados y dados a conocer a la opinión pública.

Es preciso preguntarse considerando la vida política nacional y la imperfecta democracia mexicana ¿Qué tanto es viable que esos tres partidos se queden sin sus respectivos presidentes nacionales? pues los tiempos políticos están justos para reorganizarse y no para sufrir rupturas, aunado a que un cambio de personas no necesariamente garantiza un cambio en el actual rumbo político-electoral de estos tres partidos, pues su problema mayor es de tipo estructural y no de mera situación transitoria de dirigencias, quizá no sea la solución necesaria para que superen sus crisis internas y consolidar la alianza que están fraguando para 2023 y 2024. Alianza que es de cúpulas partidistas y no emerge desde las bases por ello vemos diferentes grados de participación partidista, ¿será entonces pertinente la afirmación de militantes que los tres presidentes nacionales “no nos representan” y “perdimos nuestra identidad ideológica a cambio a unos votos y por dinero”?

Entre desafíos inmediatos del PAN, PRI y PRD es diseñar, implementar y asegurar sean exitosas una serie de estrategias y acciones tendientes a superar sus conflictos internos y respectivas crisis para luego enfrentar comicios electorales, pero en éstos tendrán el desafío de no perder posiciones y obtener mayor número de votos que les permitan mantenerse como una oposición política que logra establecer equilibrios parlamentarios necesarios para el desarrollo humano sustentable, principalmente deben construir una nueva cultura del ejercicio político mexicano basado en la democracia y gobernanza entendida ésta según filosofía de la ciencia política para que todos los partidos sean realmente organismos de interés público y no instrumentos de dirigencias.