/ martes 9 de abril de 2019

¿Otra reforma educativa?

Las preguntas que debemos hacernos al respecto de la reforma educativa que tiene planeado emprender el actual gobierno de la república, el de AMLO, es: ¿de qué han servido las reformas educativas que hasta ahora y presuntamente se han llevado a cabo en nuestro país? De igual manera, ¿se han elevado mediante las reformas pasadas los índices de desempeño en, por ejemplo, las confiables pruebas que aplica el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación? Tales pruebas, procede señalar, están, desde mi punto de vista, bien estructuradas, pues las diseña y aplica el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), organización señera y confiable en el campo de la evaluación educativa.

Uno de los cinco grandes acuerdos que se están teniendo a ese respecto, conforme a la información oficial, es la creación de una sociedad de derechos y libertades, el cual a su vez contiene un convenio por la educación de calidad y con equidad que sería impulsada mediante la presentación de una reforma efectiva, con tres objetivos fundamentales, a saber:

· Aumentar la calidad de la educación básica.

· Aumentar la matrícula y la calidad de la educación media superior y superior.

· Recuperar la rectoría del Estado Mexicano en el sistema educativo nacional.


En mi experiencia laboral he tenido oportunidad de ser profesor de profesores, es decir, dar cursos a docentes en servicio de todos los niveles de la educación, desde el preescolar hasta el posgrado. Además de, por supuesto, atender alumnos regulares desde el nivel medio superior hasta el doctorado. Y, con base en esa experiencia, puedo señalar que en considerable medida se nace para el desempeño de la profesión docente.


Es decir, se puede tener mucho conocimiento de alguna materia, pero si no se tienen las debidas destrezas – que van desde los posibles dotes histriónicos, el conocimiento de la materia, las habilidades retóricas, el conocimiento del Estado del Arte de lo que se enseña, así como el dominio escénico en el grupo, es decir de atributos efectivamente actorales frente al grupo -no se va a tener alguna efectividad en la labor docente, o va a ser muy deficiente, si no es que se va a tratar de clases a nivel de chunga.


Pero, ¿cuáles serían los rasgos fundamentales que, desde mi punto de vista, definen al buen profesor? Y lejos de petulancia alguna, pienso que se nace para ser docente. He conocido personas con un muy alto nivel de estudios (doctorados y demás), pero que no saben enseñar lo que saben. Por el contrario, también conozco docentes con el mínimo de preparación formal, pero con un bagaje de destrezas magisteriales verdaderamente envidiable. Si me tocara a mí decidir, me quedaba con estos últimos.

Las preguntas que debemos hacernos al respecto de la reforma educativa que tiene planeado emprender el actual gobierno de la república, el de AMLO, es: ¿de qué han servido las reformas educativas que hasta ahora y presuntamente se han llevado a cabo en nuestro país? De igual manera, ¿se han elevado mediante las reformas pasadas los índices de desempeño en, por ejemplo, las confiables pruebas que aplica el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación? Tales pruebas, procede señalar, están, desde mi punto de vista, bien estructuradas, pues las diseña y aplica el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), organización señera y confiable en el campo de la evaluación educativa.

Uno de los cinco grandes acuerdos que se están teniendo a ese respecto, conforme a la información oficial, es la creación de una sociedad de derechos y libertades, el cual a su vez contiene un convenio por la educación de calidad y con equidad que sería impulsada mediante la presentación de una reforma efectiva, con tres objetivos fundamentales, a saber:

· Aumentar la calidad de la educación básica.

· Aumentar la matrícula y la calidad de la educación media superior y superior.

· Recuperar la rectoría del Estado Mexicano en el sistema educativo nacional.


En mi experiencia laboral he tenido oportunidad de ser profesor de profesores, es decir, dar cursos a docentes en servicio de todos los niveles de la educación, desde el preescolar hasta el posgrado. Además de, por supuesto, atender alumnos regulares desde el nivel medio superior hasta el doctorado. Y, con base en esa experiencia, puedo señalar que en considerable medida se nace para el desempeño de la profesión docente.


Es decir, se puede tener mucho conocimiento de alguna materia, pero si no se tienen las debidas destrezas – que van desde los posibles dotes histriónicos, el conocimiento de la materia, las habilidades retóricas, el conocimiento del Estado del Arte de lo que se enseña, así como el dominio escénico en el grupo, es decir de atributos efectivamente actorales frente al grupo -no se va a tener alguna efectividad en la labor docente, o va a ser muy deficiente, si no es que se va a tratar de clases a nivel de chunga.


Pero, ¿cuáles serían los rasgos fundamentales que, desde mi punto de vista, definen al buen profesor? Y lejos de petulancia alguna, pienso que se nace para ser docente. He conocido personas con un muy alto nivel de estudios (doctorados y demás), pero que no saben enseñar lo que saben. Por el contrario, también conozco docentes con el mínimo de preparación formal, pero con un bagaje de destrezas magisteriales verdaderamente envidiable. Si me tocara a mí decidir, me quedaba con estos últimos.