/ sábado 14 de julio de 2018

Pacto mundial sobre migración

Si bien en los últimos años la migración ha cobrado mayor relevancia en la agenda política y la opinión pública, ésta no es un fenómeno moderno, sino el legado de nuestros orígenes nómadas. Los movimientos humanos son procesos históricos y sociales que han forjado a las naciones a través de los siglos.

Por eso es destacable la firma del primer acuerdo global en pro de mejorar los procesos migratorios, titulado oficialmente como Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada, suscrito este viernes por todos los países que integran la ONU, con la notoria excepción de Estados Unidos.

Aunque el documento no es jurídicamente vinculante, los gobiernos firmantes entre los que se incluye nuestro país, se comprometen a respetar los derechos humanos de todos los inmigrantes y refugiados sin importar su estatus legal, garantizar un regreso seguro y digno a inmigrantes repatriados, así como mejorar la gestión en las fronteras y ampliar las vías para consolidar una migración regularizada.

Este pacto es resultado de un largo trabajo diplomático y basado en investigaciones académicas, en el que participó de manera decisiva el embajador de México ante la ONU, Juan José Gómez Camacho, junto a su homólogo suizo, Jürg Lauber, y se logró concretar gracias a la voluntad y compromiso de cientos de jefes de Estado.

Desde las migraciones de los primeros hombres que salieron de África hasta los viajes de Marco Polo y el descubrimiento de América, nuestro mundo se ha constituido gracias a los movimientos humanos que favorecen el mestizaje, así como el intercambio de mercancías, cultura y conocimientos.

Sin embargo, en la actualidad algunos países, particularmente Estados Unidos, han adoptado medidas estrictas respecto a estos flujos humanos. No es ningún secreto que desde sus inicios la administración de Trump se ha caracterizado por una dura política migratoria.

Por eso es bienvenido este nuevo pacto, que a pesar de no ser firmado por nuestro vecino del norte, es un paso trascendental en la colaboración internacional para afrontar el gran reto de la migración, ya sea interna o más allá de las propias fronteras.

Con estos esfuerzos, también se trata de acabar con el mito de que la migración es dañina para los países receptores. De hecho, algunos estudios indican que los inmigrantes generan una economía más dinámica. Por ejemplo, se calcula que la población mexicana en Estados Unidos genera 10% del PIB de aquel país.

Finalmente, debemos recordar que la firma de este pacto también implica el compromiso de nuestro país de ofrecer un trato digno a los migrantes que recibe, así como trabajar en la construcción de México que ofrezca oportunidades de crecimiento a todos sus habitantes, para que la migración sea fruto de una decisión personal, y no forzada por circunstancias adversas.


Si bien en los últimos años la migración ha cobrado mayor relevancia en la agenda política y la opinión pública, ésta no es un fenómeno moderno, sino el legado de nuestros orígenes nómadas. Los movimientos humanos son procesos históricos y sociales que han forjado a las naciones a través de los siglos.

Por eso es destacable la firma del primer acuerdo global en pro de mejorar los procesos migratorios, titulado oficialmente como Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada, suscrito este viernes por todos los países que integran la ONU, con la notoria excepción de Estados Unidos.

Aunque el documento no es jurídicamente vinculante, los gobiernos firmantes entre los que se incluye nuestro país, se comprometen a respetar los derechos humanos de todos los inmigrantes y refugiados sin importar su estatus legal, garantizar un regreso seguro y digno a inmigrantes repatriados, así como mejorar la gestión en las fronteras y ampliar las vías para consolidar una migración regularizada.

Este pacto es resultado de un largo trabajo diplomático y basado en investigaciones académicas, en el que participó de manera decisiva el embajador de México ante la ONU, Juan José Gómez Camacho, junto a su homólogo suizo, Jürg Lauber, y se logró concretar gracias a la voluntad y compromiso de cientos de jefes de Estado.

Desde las migraciones de los primeros hombres que salieron de África hasta los viajes de Marco Polo y el descubrimiento de América, nuestro mundo se ha constituido gracias a los movimientos humanos que favorecen el mestizaje, así como el intercambio de mercancías, cultura y conocimientos.

Sin embargo, en la actualidad algunos países, particularmente Estados Unidos, han adoptado medidas estrictas respecto a estos flujos humanos. No es ningún secreto que desde sus inicios la administración de Trump se ha caracterizado por una dura política migratoria.

Por eso es bienvenido este nuevo pacto, que a pesar de no ser firmado por nuestro vecino del norte, es un paso trascendental en la colaboración internacional para afrontar el gran reto de la migración, ya sea interna o más allá de las propias fronteras.

Con estos esfuerzos, también se trata de acabar con el mito de que la migración es dañina para los países receptores. De hecho, algunos estudios indican que los inmigrantes generan una economía más dinámica. Por ejemplo, se calcula que la población mexicana en Estados Unidos genera 10% del PIB de aquel país.

Finalmente, debemos recordar que la firma de este pacto también implica el compromiso de nuestro país de ofrecer un trato digno a los migrantes que recibe, así como trabajar en la construcción de México que ofrezca oportunidades de crecimiento a todos sus habitantes, para que la migración sea fruto de una decisión personal, y no forzada por circunstancias adversas.