/ viernes 4 de diciembre de 2020

Panorama futuro de ingeniería mexicana

Tuve la fortuna de ser conferencista en el Instituto Tecnológico Superior Zacatecas Occidente, ubicado en la cabecera municipal de Sombrerete. El tema trató del escenario futuro de la ingeniería mexicana y se resume en esta colaboración.

Una definición interesante de ingeniería la proporciona el Diccionario Oxford “Arte y técnica de aplicar conocimientos científicos a la invención, diseño, perfeccionamiento y manejo de nuevos procedimientos en la industria y otros campos de aplicación científicos”.

La ingeniería es núcleo toral para alcanzar mayor productividad asociada con alta calidad y así lograr ser competitivos local, nacional y globalmente en lo económico, tecnológico y científico, innovando en procedimientos y productos, pero nunca debe apartarse de su misión de promover el desarrollo humano sustentable conforme los objetivos de la ONU y como eje rector de todo tipo de ingenierías sea procurar el beneficio a trabajadores y empresarios, que el sector productivo alcance más y mejores estadios para que cada empresa tenga mayor rentabilidad financiera y que la ciudadanía logre el deseable bienestar social y económico.

Por ende, la ingeniería mexicana debe tener una dinámica equiparable a la economía y saberes en técnica y ciencias, debe estar inserta activamente en la llamada “triple hélice” donde los sectores gubernamental, productivo y educativo estén plenamente vinculados para incrementar la riqueza nacional medida en producto interno bruto. Por ende, en México la ingeniería está obligada a consolidar las bases para producir en lo que mundialmente llamamos “cuarta revolución industrial” (industria 4.0) muy asociada a la “quinta sociedad del conocimiento” (sociedad 5.0), esto es que las actuales y futuras generaciones de ingenieros e ingenieras deben dominar plenamente la “mentefactura” más que la manufactura mediante nuevos modelos de pensar y producir aplicando avanzadas tecnologías de información y comunicación, internet de las cosas, nubes conteniendo miles de millones de datos, o robótica en todos los sistemas productivos, incluyendo campo, pesca, minería o alimentos, fomentar la ingeniería genética e ingeniería biomédica, pensar ingenierilmente con énfasis en micro empresas (industria y comercio) como es ingeniería económica.

Ello implica cambiar la formación de ingenieros en Universidades y Tecnológicos, ahora sea como lo propone la Academia Canadiense de Ingeniería: “Diseño de máquinas creativas y de fabricación personal; Nanotecnología, nuevos materiales y biotecnología; Computación ubicua y computación “quantum”; Tecnología médica; Seguridad global; disminución de los recursos naturales, principalmente agua, comida y energía; calentamiento global; desastres naturales; pandemias y enfermedades infecciosas”.


Tuve la fortuna de ser conferencista en el Instituto Tecnológico Superior Zacatecas Occidente, ubicado en la cabecera municipal de Sombrerete. El tema trató del escenario futuro de la ingeniería mexicana y se resume en esta colaboración.

Una definición interesante de ingeniería la proporciona el Diccionario Oxford “Arte y técnica de aplicar conocimientos científicos a la invención, diseño, perfeccionamiento y manejo de nuevos procedimientos en la industria y otros campos de aplicación científicos”.

La ingeniería es núcleo toral para alcanzar mayor productividad asociada con alta calidad y así lograr ser competitivos local, nacional y globalmente en lo económico, tecnológico y científico, innovando en procedimientos y productos, pero nunca debe apartarse de su misión de promover el desarrollo humano sustentable conforme los objetivos de la ONU y como eje rector de todo tipo de ingenierías sea procurar el beneficio a trabajadores y empresarios, que el sector productivo alcance más y mejores estadios para que cada empresa tenga mayor rentabilidad financiera y que la ciudadanía logre el deseable bienestar social y económico.

Por ende, la ingeniería mexicana debe tener una dinámica equiparable a la economía y saberes en técnica y ciencias, debe estar inserta activamente en la llamada “triple hélice” donde los sectores gubernamental, productivo y educativo estén plenamente vinculados para incrementar la riqueza nacional medida en producto interno bruto. Por ende, en México la ingeniería está obligada a consolidar las bases para producir en lo que mundialmente llamamos “cuarta revolución industrial” (industria 4.0) muy asociada a la “quinta sociedad del conocimiento” (sociedad 5.0), esto es que las actuales y futuras generaciones de ingenieros e ingenieras deben dominar plenamente la “mentefactura” más que la manufactura mediante nuevos modelos de pensar y producir aplicando avanzadas tecnologías de información y comunicación, internet de las cosas, nubes conteniendo miles de millones de datos, o robótica en todos los sistemas productivos, incluyendo campo, pesca, minería o alimentos, fomentar la ingeniería genética e ingeniería biomédica, pensar ingenierilmente con énfasis en micro empresas (industria y comercio) como es ingeniería económica.

Ello implica cambiar la formación de ingenieros en Universidades y Tecnológicos, ahora sea como lo propone la Academia Canadiense de Ingeniería: “Diseño de máquinas creativas y de fabricación personal; Nanotecnología, nuevos materiales y biotecnología; Computación ubicua y computación “quantum”; Tecnología médica; Seguridad global; disminución de los recursos naturales, principalmente agua, comida y energía; calentamiento global; desastres naturales; pandemias y enfermedades infecciosas”.