/ lunes 8 de agosto de 2022

Partido Acción Nacional

No pertenezco a éste ni a ningún partido, no simpatizo con el panismo por su ideología de derecha entre moderada a conservadora y ahora partido con militantes tendientes al radicalismo.

Desde su fundación en septiembre 16 de 1939 hasta 1989 fue un partido referente de valía moral y que ante la adversidad electoral nunca se doblegó. Los panistas de esos primeros 50 años son ejemplo al panismo actual porque fueron tenaces, mantuvieron sus ideales bien claros y no eran fáciles de influenciar con dinero gubernamental, ni negociaban cargos a cambio de favores políticos. Desafortunadamente para México y el actual panismo estos militantes prácticamente desaparecieron.

El panismo del siglo XXI está en crisis de identidad tanto en lo moral como ideológicamente. De 1990 a la fecha sus dirigencias nacionales han preferido hacer negociaciones pragmáticas para lograr mayor cantidad de puestos gubernamentales y presupuesto; de igual manera sus dirigencias actúan como camarillas tras el poder generando grupos que pelean entre sí por cargos partidistas y nominaciones a puestos de elección. Pese a tener una interesante filosofía partidista en su normatividad para regular su vida interna, parece ser letra muerta para los actuales grupos de poder en el PAN. Ello se percibe en la tipología de estrategias fallidas muchas veces o por postular candidatos(as) que estadísticamente no son buenos(as) e incluso señalados por mismos militantes y comprobado como personajes corruptos(as) o violentos, es cuestión de ver y anotar números sobre los argumentos político-electorales que son fuerte y mordaz ataque a contrarios. No leemos sus propuestas viables y pertinentes de real desarrollo nacional.

Estos factores, entre otros, colocan al panismo en dificultades electorales y paulatina disminución de calidad moral partidista. Está a escasas décimas porcentuales de perder registro según su número de militantes.

Debemos reconocer que el PAN es importante para mantener equilibrio parlamentario y como fuerza política en nuestro país, pues debe existir correlación ideológica y peso electoral entre el izquierdista Morena que se lleva la mayor parte de cargos a nivel nacional.

El PAN tiene una valiosa oportunidad de renovarse realmente, prácticamente requiere una reingeniería. Se coincide con varios politólogos y comentaristas quienes argumentan que está para ser la verdadera oposición que requiere el sistema político mexicano, pero debe poner límites a quienes hacen espectáculo mediático en Cámaras de Senadores y Diputados o en entrevistas. El PAN debe recuperar su peso específico como antaño. Ya veremos.

Dato

El panismo del siglo XXI está en crisis de identidad tanto en lo moral como ideológicamente.

No pertenezco a éste ni a ningún partido, no simpatizo con el panismo por su ideología de derecha entre moderada a conservadora y ahora partido con militantes tendientes al radicalismo.

Desde su fundación en septiembre 16 de 1939 hasta 1989 fue un partido referente de valía moral y que ante la adversidad electoral nunca se doblegó. Los panistas de esos primeros 50 años son ejemplo al panismo actual porque fueron tenaces, mantuvieron sus ideales bien claros y no eran fáciles de influenciar con dinero gubernamental, ni negociaban cargos a cambio de favores políticos. Desafortunadamente para México y el actual panismo estos militantes prácticamente desaparecieron.

El panismo del siglo XXI está en crisis de identidad tanto en lo moral como ideológicamente. De 1990 a la fecha sus dirigencias nacionales han preferido hacer negociaciones pragmáticas para lograr mayor cantidad de puestos gubernamentales y presupuesto; de igual manera sus dirigencias actúan como camarillas tras el poder generando grupos que pelean entre sí por cargos partidistas y nominaciones a puestos de elección. Pese a tener una interesante filosofía partidista en su normatividad para regular su vida interna, parece ser letra muerta para los actuales grupos de poder en el PAN. Ello se percibe en la tipología de estrategias fallidas muchas veces o por postular candidatos(as) que estadísticamente no son buenos(as) e incluso señalados por mismos militantes y comprobado como personajes corruptos(as) o violentos, es cuestión de ver y anotar números sobre los argumentos político-electorales que son fuerte y mordaz ataque a contrarios. No leemos sus propuestas viables y pertinentes de real desarrollo nacional.

Estos factores, entre otros, colocan al panismo en dificultades electorales y paulatina disminución de calidad moral partidista. Está a escasas décimas porcentuales de perder registro según su número de militantes.

Debemos reconocer que el PAN es importante para mantener equilibrio parlamentario y como fuerza política en nuestro país, pues debe existir correlación ideológica y peso electoral entre el izquierdista Morena que se lleva la mayor parte de cargos a nivel nacional.

El PAN tiene una valiosa oportunidad de renovarse realmente, prácticamente requiere una reingeniería. Se coincide con varios politólogos y comentaristas quienes argumentan que está para ser la verdadera oposición que requiere el sistema político mexicano, pero debe poner límites a quienes hacen espectáculo mediático en Cámaras de Senadores y Diputados o en entrevistas. El PAN debe recuperar su peso específico como antaño. Ya veremos.

Dato

El panismo del siglo XXI está en crisis de identidad tanto en lo moral como ideológicamente.