/ miércoles 21 de diciembre de 2022

Partido Verde: Partido democrático e institucional

El Partido Verde es un partido político democrático e institucional. Desde su nacimiento hasta la actualidad, este instituto político ha contribuido a consolidar la democracia, fortalecer la vida institucional y el marco legal de nuestro país; particularmente, el Partido Verde ha impulsado más del 70 por ciento de la legislación ambiental, la transición energética y el bienestar animal. Desde hace varios años participa periódicamente en las elecciones y los aproximadamente tres millones de mexicanos que votan específicamente por el Verde le han permitido refrendar su registro como partido político nacional en cada elección federal.

Desde el 2009 que la ley federal obliga a los partidos políticos a participar en elecciones con siglas y votos propios, el Verde ha participado en cinco procesos electorales y en todos ellos ha obtenido muchos más votos de los necesarios para refrendar su registro como partido político nacional. Desde hace más de trece años el Verde cuenta con una sólida base electoral, o como se dice, tiene su voto duro que elección tras elección reitera su compromiso con la agenda legislativa verde. El Verde ha creado un vínculo de representatividad con la ciudadanía, aunque las fobias de ciertos actores políticos y “opinólogos” no permitan reconocerlo. El Verde no ha necesitado de ayuda artificial para existir como partido político ni para cumplir sus promesas de campaña.

La figura de la candidatura común es constitucional, así lo ha señalado en cuatro ocasiones la Suprema Corte de Justicia de la Nación (resolución a las acciones de inconstitucionalidad 59/2014, 103/2015, 50/2016 y acumuladas y 54/2017 y acumuladas). En la actualidad, veinticuatro estados de la República han legislado sobre la candidatura común en sus procesos electorales: Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de México, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán . Los partidos políticos que a nivel federal se opusieron a legislar y criticaron fuertemente la candidatura común son los mismos que se han beneficiado y se benefician actualmente de dicha figura a nivel estatal.

Sin embargo, desde algunos medios de comunicación, con notas tendenciosas y sesgadas, se han orquestado campañas de desinformación y manipulación de la información que dañan nuestra democracia: primero crearon un falso debate sobre la supuesta desaparición del árbitro electoral y como no los resultó, empezaron una segunda campaña de desinformación sobre una supuesta cláusula de vida eterna para los partidos políticos chicos. Ambas falsas, con un profundo desconocimiento de los datos electorales.

La realidad política cambió: no hay partidos pequeños o grandes, descalificarlos como chiquillada es ofender a los millones de mexicanos que votan por su oferta política. Lo que sí tenemos es una ciudadanía y un electorado cada vez más informado, que a través de su voto premia o castiga a un gobierno o a una agenda legislativa, que con su voto puede hacer crecer o desaparecer a un partido político. Así es la democracia.

El Partido Verde es un partido político democrático e institucional. Desde su nacimiento hasta la actualidad, este instituto político ha contribuido a consolidar la democracia, fortalecer la vida institucional y el marco legal de nuestro país; particularmente, el Partido Verde ha impulsado más del 70 por ciento de la legislación ambiental, la transición energética y el bienestar animal. Desde hace varios años participa periódicamente en las elecciones y los aproximadamente tres millones de mexicanos que votan específicamente por el Verde le han permitido refrendar su registro como partido político nacional en cada elección federal.

Desde el 2009 que la ley federal obliga a los partidos políticos a participar en elecciones con siglas y votos propios, el Verde ha participado en cinco procesos electorales y en todos ellos ha obtenido muchos más votos de los necesarios para refrendar su registro como partido político nacional. Desde hace más de trece años el Verde cuenta con una sólida base electoral, o como se dice, tiene su voto duro que elección tras elección reitera su compromiso con la agenda legislativa verde. El Verde ha creado un vínculo de representatividad con la ciudadanía, aunque las fobias de ciertos actores políticos y “opinólogos” no permitan reconocerlo. El Verde no ha necesitado de ayuda artificial para existir como partido político ni para cumplir sus promesas de campaña.

La figura de la candidatura común es constitucional, así lo ha señalado en cuatro ocasiones la Suprema Corte de Justicia de la Nación (resolución a las acciones de inconstitucionalidad 59/2014, 103/2015, 50/2016 y acumuladas y 54/2017 y acumuladas). En la actualidad, veinticuatro estados de la República han legislado sobre la candidatura común en sus procesos electorales: Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de México, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán . Los partidos políticos que a nivel federal se opusieron a legislar y criticaron fuertemente la candidatura común son los mismos que se han beneficiado y se benefician actualmente de dicha figura a nivel estatal.

Sin embargo, desde algunos medios de comunicación, con notas tendenciosas y sesgadas, se han orquestado campañas de desinformación y manipulación de la información que dañan nuestra democracia: primero crearon un falso debate sobre la supuesta desaparición del árbitro electoral y como no los resultó, empezaron una segunda campaña de desinformación sobre una supuesta cláusula de vida eterna para los partidos políticos chicos. Ambas falsas, con un profundo desconocimiento de los datos electorales.

La realidad política cambió: no hay partidos pequeños o grandes, descalificarlos como chiquillada es ofender a los millones de mexicanos que votan por su oferta política. Lo que sí tenemos es una ciudadanía y un electorado cada vez más informado, que a través de su voto premia o castiga a un gobierno o a una agenda legislativa, que con su voto puede hacer crecer o desaparecer a un partido político. Así es la democracia.