/ martes 25 de junio de 2019

Placentera reunión auspiciada por El Sol de Zacatecas

Quienes colaboramos con nuestros escritos en El Sol de Zacatecas fuimos invitados este pasado jueves 20 de junio de 2019 por el director de ese importante diario local a una comida, para celebrar el aniversario 55 de El Sol de Zacatecas, reunión a la que por supuesto asistí, no sólo por el ágape que se nos ofrecía sino por la reunión en sí, en la que ciertamente hubo oportunidad de saludar a personas que cultivan las letras y tienen una opinión interesante y/o crítica sobre la problemática local y nacional, y la comparten con los lectores de este medio periodístico.

Ahí hubo oportunidad de saludar a varias de las personas que trabajan con las letras en la forja de la opinión pública de Zacatecas, y en la crítica o reconocimiento, según sea el caso, de la gestión gubernamental. Y ciertamente a esa comida asistió gente destacada en el ámbito público y gubernamental local: el mismo gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello, estaba ahí, al igual que los presidentes municipales de Zacatecas y Guadalupe, así como nuestro rector de la UAZ, Antonio Guzmán Fernández, y la secretaria de Educación Pública de nuestro Estado, Gema Mercado Sánchez. Por si eso no bastara en términos de la importancia de las figuras públicas concurrentes a la referida celebración, el Obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, hizo acto de presencia en esa celebración periodística.

Y por supuesto que hubo comida no sólo en abundancia sino asimismo exquisita para todos los asistentes, de manera especial para quienes de alguna forma colaboramos semanalmente en la impresión cotidiana de El Sol de Zacatecas. Debo a ese respecto decir, y reconocer, que hacía buen tiempo que no degustaba yo tan bien sabrosa comida, ciertamente exquisita. He de preguntarle en los días por venir a nuestro director del periódico, el maestro Gerardo de Ávila González, así como a nuestro coordinador de redacción, el maestro Delfino Gutiérrez Montoya –personas ciertamente amigables– dónde consiguieron comida tan exquisita.

Pero no sólo fue el banquete y la muy amena charla que sostuvimos los integrantes de la mesa en a que estuve. De forma muy cercana a donde estábamos, un admirable grupo musical concertaba agradables piezas que permitían no sólo disfrutar más la comida, sino ciertamente sentir en lo profundo de nosotros la armonía de la música. No dudo que ese deleitable acorde haya atenuado en considerable medida la posibilidad de debates ostentosos entre quienes platicábamos. Más aún, creo con certidumbre que tan sublime música ayudó a nuestra buena digestión y asimismo a suscitar el sentimiento de agradecimiento que tuve y tengo por lo ahí comido, bebido y sobre todo platicado. ¡Larga vida a El Sol de Zacatecas!

Quienes colaboramos con nuestros escritos en El Sol de Zacatecas fuimos invitados este pasado jueves 20 de junio de 2019 por el director de ese importante diario local a una comida, para celebrar el aniversario 55 de El Sol de Zacatecas, reunión a la que por supuesto asistí, no sólo por el ágape que se nos ofrecía sino por la reunión en sí, en la que ciertamente hubo oportunidad de saludar a personas que cultivan las letras y tienen una opinión interesante y/o crítica sobre la problemática local y nacional, y la comparten con los lectores de este medio periodístico.

Ahí hubo oportunidad de saludar a varias de las personas que trabajan con las letras en la forja de la opinión pública de Zacatecas, y en la crítica o reconocimiento, según sea el caso, de la gestión gubernamental. Y ciertamente a esa comida asistió gente destacada en el ámbito público y gubernamental local: el mismo gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello, estaba ahí, al igual que los presidentes municipales de Zacatecas y Guadalupe, así como nuestro rector de la UAZ, Antonio Guzmán Fernández, y la secretaria de Educación Pública de nuestro Estado, Gema Mercado Sánchez. Por si eso no bastara en términos de la importancia de las figuras públicas concurrentes a la referida celebración, el Obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, hizo acto de presencia en esa celebración periodística.

Y por supuesto que hubo comida no sólo en abundancia sino asimismo exquisita para todos los asistentes, de manera especial para quienes de alguna forma colaboramos semanalmente en la impresión cotidiana de El Sol de Zacatecas. Debo a ese respecto decir, y reconocer, que hacía buen tiempo que no degustaba yo tan bien sabrosa comida, ciertamente exquisita. He de preguntarle en los días por venir a nuestro director del periódico, el maestro Gerardo de Ávila González, así como a nuestro coordinador de redacción, el maestro Delfino Gutiérrez Montoya –personas ciertamente amigables– dónde consiguieron comida tan exquisita.

Pero no sólo fue el banquete y la muy amena charla que sostuvimos los integrantes de la mesa en a que estuve. De forma muy cercana a donde estábamos, un admirable grupo musical concertaba agradables piezas que permitían no sólo disfrutar más la comida, sino ciertamente sentir en lo profundo de nosotros la armonía de la música. No dudo que ese deleitable acorde haya atenuado en considerable medida la posibilidad de debates ostentosos entre quienes platicábamos. Más aún, creo con certidumbre que tan sublime música ayudó a nuestra buena digestión y asimismo a suscitar el sentimiento de agradecimiento que tuve y tengo por lo ahí comido, bebido y sobre todo platicado. ¡Larga vida a El Sol de Zacatecas!