En los procesos educativos actuales la convivencia es la genuina y originaria condición que tienen las instituciones educativas para sacar lo mejor de sus docentes y estudiantes en todos los aspectos de la vida. Cuando los centros formativos son fieles a su vocación las relaciones personales se manifiestan intensa y extensamente permitiendo el proceso educativo integral.
En la actualidad se nota un creciente movimiento de indignación contra los mecanismos de manipulación, pero es preciso multiplicar los esfuerzos para sustituirlos por valores como la creatividad, el compromiso y la solidaridad.
Por si sirve de algo, se lanzan estas ideas insertas en lo que a juicio personal se concibe comopedagogía que se Vive y es Vida en las escuelas, por considerar que su impulsión sistemática ha de ser el objetivo primario del verdadero educador.
En toda comunidad educativa, cualquiera que sea el nivel, hay que hacer lo posible por potenciar y fortalecer las relaciones que se establecen entre sus miembros. Nunca debemos olvidar que,al cobijode la comunicación interpersonal, germinanlas ideas y enseñanzas que, de otro modo, resultarían infecundas.
Es preferible seguir soñando que la pedagogía educativa que se Vive diariamente en las instituciones educativas, hará posible que cada día se tenga un mejor ser humano y un hombre pensante que hará de su Vida una carrera de transformación permanente hacia mejores estadios; por eso la escuela tiene una responsabilidad social que necesariamente debe exigirse con firmeza.
Desafortunadamente hoy se puede encontrar una contaminación educativa que alcanza niveles superiores a lo que sería deseable, ya que cada vez más, se encuentran elementos nocivos que circulan por el ambiente deinstituciones escolaresy necesariamente deben neutralizarse. Estos agentes sociales que contaminan no permiten la visualización clara del deber ser y por el contrario favorecen la cultura del espejismo pedagógico que nunca llega a ser real.
Es así que desafortunadamente existen instituciones escolares, que adulteran y degradan las relaciones humanas, provocando cada vez más la presencia de alumnoscon mentes y pensamientos superfluosque congelanel corazón, favoreciendo el desencuentro, detiene la ilusión y oscurecen la tarea formativa.
Ha llegado la hora de la renovación, es tiempo para la pedagogía del encuentro, la que orienta, entusiasma e impulsa la convivencia
Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente. Nos leemos la próxima y como siempre... ¡Viva la Vida!
