Es la oportunidad de hacer crecer nuestra autoestima, desarrollando una más favorable situación para uno mismo, al obtener una vida plena. Lo ideal es esforzarse por cambiar hábitos y concentrar la atención para prevenir en lo posible enfermedades, siendo mejor a tener un buen tratamiento.
Al alcanzar una relativa madurez física y mental, asimilando los cambios orgánicos y emocionales el joven adulto con un mínimo de cuidados programados, obtendrá una existencia más prolongada, saludable y mejores condiciones de vida. Sería recomendable iniciar elaborando una lista en cuanto a las visitas de control a la salud en forma periódica, incluyendo análisis de laboratorio, así como hacer un historial médico de la familia con enfermedades hereditarias para tener algunos cuidados orientados a disminuir estos riesgos y/o padecimientos.
En nuestro programa, podríamos anotar la atención del oftalmólogo, para el cuidado de los ojos una vez al año, así como acudir regularmente al dentista, así tendremos menos problemas en un futuro con nuestra alimentación al tener dientes sanos; si el presupuesto lo permite se puede recurrir a la estética, actualmente está la opción de blanquear o aclarar los dientes, usando la que menos dañe al esmalte. Cabe mencionar, no es lo mismo el blanqueamiento que los deja en una tonalidad más clara pudiendo hacerse en casa con varias sesiones aunque el resultado es más lento, cuando se desea aclarar restaurando el color original y generalmente se realiza en consultorio con una sesión.
Mantener el cuerpo en peso adecuado a estatura y edad es indispensable, pudiendo iniciar con ejercicios cardiovasculares sencillos, como una agradable caminata que aumenta la capacidad de captar oxígeno, previene obesidad, enfermedades coronarias, mejora la función del corazón, el sistema circulatorio, fortalece músculos y huesos, aminora estrés, proporcionando al organismo mayor vigor. Es recomendable porque evita la pérdida de sueño que se refleja en tensión e irritabilidad.
Practicando deporte y una nutrición balanceada incluyendo más fibra, suplementos de vitamina D, alimentos que contengan vitamina C, calcio que protege los huesos y previene la osteoporosis que consiste en la pérdida de masa ósea, pudiendo tener un origen genético.
Al limitar sal, tabaco y bebidas alcohólicas se evita causar insuficiencia renal o cardiaca así como ataques cerebro vasculares, con riesgo de infarto. El consumo elevado de cafeína y alcohol propicia la hipertensión crónica, que no tiene causas específicas, otro factor es el antecedente familiar. Revisar la presión arterial y colesterol reduce riesgos al corazón. También es importante no tomar medicamentos con antibióticos de uso delicado (ocasionalmente, una aspirina propicia ulcera gástrica). Evitar las mezclas peligrosas de medicamentos psiquiátricos para combatir ansiedad o depresión que presentarían reacciones adversas. Vigilar niveles de colesterol y triglicéridos, dos tipos de grasas, que circulan en la sangre limitando la oxigenación a corazón y cerebro.
Se sugiere prevenir los accidentes en caídas debido a desplazamientos bruscos o rápidos. Es conveniente observar la cartilla de vacunación, evitar al máximo el aislamiento, tener como hábito, una buena actitud sintiéndose productivo, asimismo podemos buscar un grupo de apoyo psicológico que ofrece una orientación, para despertar la alegría de vivir.