/ miércoles 11 de agosto de 2021

Profesorado y pandemia

Las y los maestros de Zacatecas y todo el país son verdaderos héroes ante efectos del COVID-19, son protagonistas del cambio en la forma de enseñar y de aprender, además que con su salario pagan recursos para dar clase en línea o viajar a impartir clase lejos del aula.

El magisterio, como siempre, es sector laboral de evolución e innovación. Es fundamental para preservar el funcionamiento del complejo Sistema Educativo Mexicano. Por ello reconozcamos su esencial función durante esta pandemia similarmente como lo hacemos con personal del sector salud, quienes limpian nuestras ciudades, a trabajadores del campo y comerciantes.

Nuestro profesorado de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y superior demuestra al pueblo de México su compromiso pues miles de docentes aprenden sobre la marcha el uso de plataformas en internet, logran mayor dominio de tecnología computacional para elaborar sus materiales de trabajo, idean mecanismos didácticos para mejor comprensión de sus enseñanzas, piensan actividades para que sus sesiones en línea sean amenas y sus alumnos mantengan atención a la computadora, tableta o celular, incluso nuestros docentes de educación especial, de educación física, prácticas de laboratorio y de manualidades debieron recurrir a mecanismos innovadores para sus clases virtuales.

Es menester hacer mención muy especial a nuestro profesorado que trabaja en el medio semiurbano, pero mayormente en el rural donde la conectividad es escaza o nula, pues miles de maestras y maestros volverán a recorrer kilómetros de terracería o brecha para acudir a cada hogar y así enseñar a sus alumnos. Ello es una clara manifestación de responsabilidad, respeto y cariño a su profesión, demostrándonos que aún existe el “apostolado del magisterio” como los profesores rurales de antaño.

El servirse de este tipo de educación a distancia y en línea reveló a padres y madres de familia la realidad educativa de sus hijos, esperemos ahora entiendan que ser profesor no es improvisar un tema académico, ni es sencillo darse a entender, que es difícil mantener la disciplina y atención de educandos, si padres/madres de familia lidian con sus pocos hijos, imaginemos a docentes de secundaria o bachillerato con más de 40 adolescentes inquietos en un salón.

Entre los cambios generados por esta pandemia debe estar el reconocer y valorar al profesorado, a quien le debemos mucho de lo que ahora somos y serán nuestros hijos. Apoyemos al profesorado en este retorno a clases bajo repunte de contagios por COVID-19.

Las y los maestros de Zacatecas y todo el país son verdaderos héroes ante efectos del COVID-19, son protagonistas del cambio en la forma de enseñar y de aprender, además que con su salario pagan recursos para dar clase en línea o viajar a impartir clase lejos del aula.

El magisterio, como siempre, es sector laboral de evolución e innovación. Es fundamental para preservar el funcionamiento del complejo Sistema Educativo Mexicano. Por ello reconozcamos su esencial función durante esta pandemia similarmente como lo hacemos con personal del sector salud, quienes limpian nuestras ciudades, a trabajadores del campo y comerciantes.

Nuestro profesorado de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y superior demuestra al pueblo de México su compromiso pues miles de docentes aprenden sobre la marcha el uso de plataformas en internet, logran mayor dominio de tecnología computacional para elaborar sus materiales de trabajo, idean mecanismos didácticos para mejor comprensión de sus enseñanzas, piensan actividades para que sus sesiones en línea sean amenas y sus alumnos mantengan atención a la computadora, tableta o celular, incluso nuestros docentes de educación especial, de educación física, prácticas de laboratorio y de manualidades debieron recurrir a mecanismos innovadores para sus clases virtuales.

Es menester hacer mención muy especial a nuestro profesorado que trabaja en el medio semiurbano, pero mayormente en el rural donde la conectividad es escaza o nula, pues miles de maestras y maestros volverán a recorrer kilómetros de terracería o brecha para acudir a cada hogar y así enseñar a sus alumnos. Ello es una clara manifestación de responsabilidad, respeto y cariño a su profesión, demostrándonos que aún existe el “apostolado del magisterio” como los profesores rurales de antaño.

El servirse de este tipo de educación a distancia y en línea reveló a padres y madres de familia la realidad educativa de sus hijos, esperemos ahora entiendan que ser profesor no es improvisar un tema académico, ni es sencillo darse a entender, que es difícil mantener la disciplina y atención de educandos, si padres/madres de familia lidian con sus pocos hijos, imaginemos a docentes de secundaria o bachillerato con más de 40 adolescentes inquietos en un salón.

Entre los cambios generados por esta pandemia debe estar el reconocer y valorar al profesorado, a quien le debemos mucho de lo que ahora somos y serán nuestros hijos. Apoyemos al profesorado en este retorno a clases bajo repunte de contagios por COVID-19.