/ martes 10 de abril de 2018

Que recuerden los aspirantes a puestos de elección popular: gana candidato(a), no partido

Impresiona, por decir lo menos, lo improvisado de las formas como se están llevando a cabo las campañas generales del 2018, especialmente en lo que concierne a su oferta electiva, aspecto primordial, procede recalcar, de las justas comiciales. El mismo puntero en las intenciones de voto para presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, se ha dedicado en buena medida a contestar los denuestos que le lanzan por cualquier razón tanto Ricardo Anaya como José Antonio Meade, en vez de dejar claro cuáles es su oferta eleccionaria.

Es decir, AMLO está al botepronto, de manera semejante a sus contrincantes. No se ha suscitado un debate serio, significativo, entre los competidores –revísese los contenidos de los medios a ese respecto para constatar la aseveración anterior –para que los ciudadanos podamos ponderar, más que el presunto carisma de los contrincantes, el probablepoder corrosivo de los denuestos que se están echando entre ellos. Se echa a un lado, así la racionalidad, seriedad, factibilidad y conveniencia de una oferta electiva.

Ciertamente, no se han presentado propuestas que sean –desde unpunto de vista de mero ciudadano–realizables, y que puedan tener impacto significativo en cuando menos dos de los principales problemas mayormente percibidos por la población: la inseguridad pública y el desempleo. Por ejemplo, en el caso de AMLO, quien sin duda lleva la delantera en la intención de voto de la ciudadanía mexicana, conforme a datos de encuesta creíbles, aun cuando él hace mención específica a la inseguridad que se vive en el país en sus “doce propuestas para el 2018”, no establece cómo va a enfrentar, si es que llega él –como es muy probable –a la Presidencia de la República, las complejas problemáticas del México actual. Sólo menciona, en el tema 2 de su propuesta, denominada “Cambio total” a la estrategia para atender el problema de la inseguridad y la violencia”, con eso: que habrá “un cambio total”.

Y sí ha sido, por decir lo menos, tenue y poco estructurada la oferta de AMLO, especialmente en el rubro que más nos interesa a la mayoría de los mexicanos: el de la seguridad pública. Pero tal vez sea más visible hasta este momento la apatía de Ricardo Anaya y José Antonio Meade, quienes, en vez de estar generando ofrecimientos llamativos para los votantes en esos rubros de la preocupación ciudadana, andan en búsqueda de los defectos, fallas y chismes en general forjados en contra de la campaña de AMLO. La arenga electoral está entonces, por lo general, desarticulada y escasamente atractiva.

Ciertamente los candidatos están al botepronto en sus campañas político-electorales, sin buscar consensos entre la población respecto de sus temas específicos de campaña, resultados estos de asuntos que están en el ambiente público y cuya posible solución debe ser tema de debate en el periodo electivo del presente. Así, en el caso del candidato puntero en las preferencias electivas de los mexicanos, AMLO, le ha sido relativamente fácil sacar ventaja electiva dado el voto mayormente reprobatorio de la población a la gestión gubernativa de Enrique Peña Nieto, y no por lo bien presuntamente planteado de sus temas de campaña, y sobre todo de las posibles soluciones a la problemática nacional.

En ese sentido debe tenerse claro que los ciudadanos, gruesas porciones de nosotros(as), sufragamos por lo convincente de las políticas públicas que se ofrecen durante las campañas. Haciendo ver, por ejemplo, que éstas van a ser eficaces en el enfrentamiento de los problemas comunitarios que se están generando. Hay que, entonces, formular políticas públicas que estén ciertamente conectadas con las preocupaciones y aspiraciones de la población.

Tiene en este sentido razón el politólogo Alfonso Zarate –articulista de El Universal y analista certero de la problemática política mexicana, cuando expresa con certidumbreque “(…) —, algo tienen en común todos los candidatos presidenciales (del presente momento): que la claridad con la que ubican los problemas que más lastiman a la sociedad, contrasta con la pobreza en sus propuestas de soluciones”. (Consúltese 5/4/2018 ¡Arrancan! http://www.eluniversal.com.mx/articulo/alfonso-zarate/nacion/)

Impresiona, por decir lo menos, lo improvisado de las formas como se están llevando a cabo las campañas generales del 2018, especialmente en lo que concierne a su oferta electiva, aspecto primordial, procede recalcar, de las justas comiciales. El mismo puntero en las intenciones de voto para presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, se ha dedicado en buena medida a contestar los denuestos que le lanzan por cualquier razón tanto Ricardo Anaya como José Antonio Meade, en vez de dejar claro cuáles es su oferta eleccionaria.

Es decir, AMLO está al botepronto, de manera semejante a sus contrincantes. No se ha suscitado un debate serio, significativo, entre los competidores –revísese los contenidos de los medios a ese respecto para constatar la aseveración anterior –para que los ciudadanos podamos ponderar, más que el presunto carisma de los contrincantes, el probablepoder corrosivo de los denuestos que se están echando entre ellos. Se echa a un lado, así la racionalidad, seriedad, factibilidad y conveniencia de una oferta electiva.

Ciertamente, no se han presentado propuestas que sean –desde unpunto de vista de mero ciudadano–realizables, y que puedan tener impacto significativo en cuando menos dos de los principales problemas mayormente percibidos por la población: la inseguridad pública y el desempleo. Por ejemplo, en el caso de AMLO, quien sin duda lleva la delantera en la intención de voto de la ciudadanía mexicana, conforme a datos de encuesta creíbles, aun cuando él hace mención específica a la inseguridad que se vive en el país en sus “doce propuestas para el 2018”, no establece cómo va a enfrentar, si es que llega él –como es muy probable –a la Presidencia de la República, las complejas problemáticas del México actual. Sólo menciona, en el tema 2 de su propuesta, denominada “Cambio total” a la estrategia para atender el problema de la inseguridad y la violencia”, con eso: que habrá “un cambio total”.

Y sí ha sido, por decir lo menos, tenue y poco estructurada la oferta de AMLO, especialmente en el rubro que más nos interesa a la mayoría de los mexicanos: el de la seguridad pública. Pero tal vez sea más visible hasta este momento la apatía de Ricardo Anaya y José Antonio Meade, quienes, en vez de estar generando ofrecimientos llamativos para los votantes en esos rubros de la preocupación ciudadana, andan en búsqueda de los defectos, fallas y chismes en general forjados en contra de la campaña de AMLO. La arenga electoral está entonces, por lo general, desarticulada y escasamente atractiva.

Ciertamente los candidatos están al botepronto en sus campañas político-electorales, sin buscar consensos entre la población respecto de sus temas específicos de campaña, resultados estos de asuntos que están en el ambiente público y cuya posible solución debe ser tema de debate en el periodo electivo del presente. Así, en el caso del candidato puntero en las preferencias electivas de los mexicanos, AMLO, le ha sido relativamente fácil sacar ventaja electiva dado el voto mayormente reprobatorio de la población a la gestión gubernativa de Enrique Peña Nieto, y no por lo bien presuntamente planteado de sus temas de campaña, y sobre todo de las posibles soluciones a la problemática nacional.

En ese sentido debe tenerse claro que los ciudadanos, gruesas porciones de nosotros(as), sufragamos por lo convincente de las políticas públicas que se ofrecen durante las campañas. Haciendo ver, por ejemplo, que éstas van a ser eficaces en el enfrentamiento de los problemas comunitarios que se están generando. Hay que, entonces, formular políticas públicas que estén ciertamente conectadas con las preocupaciones y aspiraciones de la población.

Tiene en este sentido razón el politólogo Alfonso Zarate –articulista de El Universal y analista certero de la problemática política mexicana, cuando expresa con certidumbreque “(…) —, algo tienen en común todos los candidatos presidenciales (del presente momento): que la claridad con la que ubican los problemas que más lastiman a la sociedad, contrasta con la pobreza en sus propuestas de soluciones”. (Consúltese 5/4/2018 ¡Arrancan! http://www.eluniversal.com.mx/articulo/alfonso-zarate/nacion/)