/ viernes 4 de octubre de 2019

Qué sé de justicia electoral

La tecnología está inmersa en casi cada aspecto de nuestras vidas, ha generado el cambio en la forma en que nos comunicamos, en la forma en que consumimos, en la realización de trámites gubernamentales por mencionar algunas actividades.

El uso de tecnologías se traduce en beneficios, calidad y mejoras en los procedimientos al hacer más eficiente la mano de obra, el aprovechamiento de los bienes muebles e inmuebles que requieren para el desempeño de una labor, así como disminuyendo el margen de error en los procesos.

En la materia político electoral, se ha contemplado seriamente el uso de herramientas tecnologías para la realización de ciertas actividades, hasta ahora la más notoria ha sido el uso de una aplicación diseñada por el Instituto Nacional Electoral para efectos de recabar el apoyo ciudadano en tratándose de candidaturas independientes, la cual, permitía que las documentales y firmas fueran enviadas en tiempo real al INE, quién debía de llevar a cabo su revisión para resolver sobre la procedencia del registro.

Dicha herramienta generó ahorros en el uso de papel, y disipó entre otras cosas, disidencias sobre el otorgamiento de apoyos debido a la oportunidad de su presentación.

En esta línea, recientemente se ha iniciado la discusión sobre la conveniencia de utilizar la tecnología para emitir el voto.

Uno de los costos que deben solventar los organismos electorales, nacional y los locales es la impresión de papelería electoral, y a través del uso de mecanismos tecnológicos como la “urna electrónica”, se podrían evitar tales erogaciones, e incluso se optimizarían los procedimientos de escrutinio y cómputo, pudiéndose hacer más sencilla la emisión del voto por parte de la ciudadanía.

También, se podrían disminuir irregularidades cómo la diferencia entre boletas utilizadas y extraídas de la urna, así como la sustracción o destrucción de boletas.

Estos son algunos de los puntos favorables sobre el uso de una urna electrónica, aunque también resultaría necesario entre otras cuestiones:

Que se desarrollaran los mecanismos necesarios para dar certeza a la ciudadanía sobre la legitimidad en el ejercicio del voto, e incluso preservarse el derecho de la anulación del sufragio.

La capacitación adecuada hacia el funcionariado de casillas para el uso de tales mecanismos, pues el listado nominal resultará de esencial importancia para efectos de garantizar una correlación entre el número de personas que ejercieron el voto y el número total de registros emitidos; además de la familiarización con el sistema de resultados.

La publicitación sobre el uso de los medios electrónicos para la emisión del sufragio por parte de la ciudadanía, así como la adopción de un medio idóneo para que los mexicanos residentes en el extranjero puedan emitir el sufragio.

La capacitación y coordinación con los partidos políticos, para los efectos de que sus representantes de casilla cuenten con los conocimientos necesarios para la constatación de los sufragios a través del sistema de resultados.

Es claro que el sistema y mecanismos de emisión del voto deben de evolucionar para que la expresión de la ciudadanía a través de las elecciones sea más sencilla, económica y eficiente, y que a la par, de certeza sobre los resultados.

Por supuesto que la evolución a un sistema como el de referencia, requerirá de esfuerzo y de la coordinación de las entidades encargadas de la administración del sistema electoral para determinar la viabilidad del mismo, así como su elaboración, y eventual incorporación al proceso electoral.

La tecnología está inmersa en casi cada aspecto de nuestras vidas, ha generado el cambio en la forma en que nos comunicamos, en la forma en que consumimos, en la realización de trámites gubernamentales por mencionar algunas actividades.

El uso de tecnologías se traduce en beneficios, calidad y mejoras en los procedimientos al hacer más eficiente la mano de obra, el aprovechamiento de los bienes muebles e inmuebles que requieren para el desempeño de una labor, así como disminuyendo el margen de error en los procesos.

En la materia político electoral, se ha contemplado seriamente el uso de herramientas tecnologías para la realización de ciertas actividades, hasta ahora la más notoria ha sido el uso de una aplicación diseñada por el Instituto Nacional Electoral para efectos de recabar el apoyo ciudadano en tratándose de candidaturas independientes, la cual, permitía que las documentales y firmas fueran enviadas en tiempo real al INE, quién debía de llevar a cabo su revisión para resolver sobre la procedencia del registro.

Dicha herramienta generó ahorros en el uso de papel, y disipó entre otras cosas, disidencias sobre el otorgamiento de apoyos debido a la oportunidad de su presentación.

En esta línea, recientemente se ha iniciado la discusión sobre la conveniencia de utilizar la tecnología para emitir el voto.

Uno de los costos que deben solventar los organismos electorales, nacional y los locales es la impresión de papelería electoral, y a través del uso de mecanismos tecnológicos como la “urna electrónica”, se podrían evitar tales erogaciones, e incluso se optimizarían los procedimientos de escrutinio y cómputo, pudiéndose hacer más sencilla la emisión del voto por parte de la ciudadanía.

También, se podrían disminuir irregularidades cómo la diferencia entre boletas utilizadas y extraídas de la urna, así como la sustracción o destrucción de boletas.

Estos son algunos de los puntos favorables sobre el uso de una urna electrónica, aunque también resultaría necesario entre otras cuestiones:

Que se desarrollaran los mecanismos necesarios para dar certeza a la ciudadanía sobre la legitimidad en el ejercicio del voto, e incluso preservarse el derecho de la anulación del sufragio.

La capacitación adecuada hacia el funcionariado de casillas para el uso de tales mecanismos, pues el listado nominal resultará de esencial importancia para efectos de garantizar una correlación entre el número de personas que ejercieron el voto y el número total de registros emitidos; además de la familiarización con el sistema de resultados.

La publicitación sobre el uso de los medios electrónicos para la emisión del sufragio por parte de la ciudadanía, así como la adopción de un medio idóneo para que los mexicanos residentes en el extranjero puedan emitir el sufragio.

La capacitación y coordinación con los partidos políticos, para los efectos de que sus representantes de casilla cuenten con los conocimientos necesarios para la constatación de los sufragios a través del sistema de resultados.

Es claro que el sistema y mecanismos de emisión del voto deben de evolucionar para que la expresión de la ciudadanía a través de las elecciones sea más sencilla, económica y eficiente, y que a la par, de certeza sobre los resultados.

Por supuesto que la evolución a un sistema como el de referencia, requerirá de esfuerzo y de la coordinación de las entidades encargadas de la administración del sistema electoral para determinar la viabilidad del mismo, así como su elaboración, y eventual incorporación al proceso electoral.