/ jueves 17 de septiembre de 2020

Qué sé de justicia electoral

La “nueva” normalidad a la que nos estamos enfrentando ha modificado de gran manera la forma en que se llevan a cabo las relaciones y la vida social y ahora, aun cuando pudiere parecer poco creíble, entramos a la época de las fiestas patrias con la necesidad de mantener las medidas de distanciamiento social.

En esta época de festividades es común que muchas personas expresen su orgullo nacional y exhiban los símbolos nacionales en automóviles y hogares y, si bien, es parte del ánimo festivo y por supuesto que ante los tiempos difíciles es necesario tener motivos para expresar alegría, vale la pena reflexionar sobre su significado.

En la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno nacionales, únicamente se hace una descripción gráfica de tales símbolos y sobre las características que deberán de cumplir, sin hacer alguna referencia a su significado.

En fechas recientes, la Secretaria de Educación Pública ha publicado una monografía, en la cual indica que el águila representa al pueblo mexicano, la serpiente a los enemigos de México dominados por el águila, el nopal los retos a enfrentar, las ramas de encino y laurel el martirio y victoria de los mexicanos y la unión es representada por el lazo tricolor.

Así, conforme a la postura oficial, podemos ver que la simbología del Escudo se encamina a representar la lucha del pueblo y su desarrollo, y estos son acordes a las enseñanzas cívicas que, a quienes hemos recibido nuestra instrucción en el sistema educativo nacional, nos han inculcado.

En otro aspecto, consideramos que los símbolos patrios también son una representación de los ideales y aspiraciones del pueblo mexicano y de sus instituciones.

Efectivamente, podemos estimar que los símbolos patrios son una representación gráfica de los valores y principios que se plasman en la Constitución y las leyes, y que da vida, fuerza y justificación a sus instituciones.

Esto es así, pues conforme la Constitución, se justifica la existencia de las instituciones que integran el Estado Mexicano por las necesidades de la población, y de cierta forma son una expresión de la lucha histórica que se ha tenido; por ejemplo, la institución del juicio de amparo nace de la necesidad de contar con una defensa de los derechos ante las autoridades, y el poder judicial, como su depositario, tiene la responsabilidad de garantizar su efectividad.

También, podemos encontrar al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los cuales son instrumentos para garantizar el derecho de la ciudadanía de acceder al voto y contar con elecciones libres y auténticas y, en caso de existir alguna irregularidad de carácter determinante, ésta podrá ser anulada, con lo que se pretende salvaguardar la legalidad del derecho a votar, así como la legitimidad del órgano de elección popular.

Así también, nuestros símbolos patrios son un reflejo de nuestros derechos ciudadanos y de la necesidad de que estos sean preservados.

Por ejemplo, la libertad de expresión nos permite manifestar nuestras ideas y nutre el debate democrático, la posibilidad de asociarse permite que un grupo de personas unan sus voces, recursos y fuerzas para luchar y alcanzar una causa en común, podemos recibir información y exigirla a las autoridades, estos derechos, por mencionar algunos son todos producto de la lucha y evolución de la sociedad mexicana, y todos ellos dan contenido y vida a los símbolos que representan a nuestra Nación.


La “nueva” normalidad a la que nos estamos enfrentando ha modificado de gran manera la forma en que se llevan a cabo las relaciones y la vida social y ahora, aun cuando pudiere parecer poco creíble, entramos a la época de las fiestas patrias con la necesidad de mantener las medidas de distanciamiento social.

En esta época de festividades es común que muchas personas expresen su orgullo nacional y exhiban los símbolos nacionales en automóviles y hogares y, si bien, es parte del ánimo festivo y por supuesto que ante los tiempos difíciles es necesario tener motivos para expresar alegría, vale la pena reflexionar sobre su significado.

En la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno nacionales, únicamente se hace una descripción gráfica de tales símbolos y sobre las características que deberán de cumplir, sin hacer alguna referencia a su significado.

En fechas recientes, la Secretaria de Educación Pública ha publicado una monografía, en la cual indica que el águila representa al pueblo mexicano, la serpiente a los enemigos de México dominados por el águila, el nopal los retos a enfrentar, las ramas de encino y laurel el martirio y victoria de los mexicanos y la unión es representada por el lazo tricolor.

Así, conforme a la postura oficial, podemos ver que la simbología del Escudo se encamina a representar la lucha del pueblo y su desarrollo, y estos son acordes a las enseñanzas cívicas que, a quienes hemos recibido nuestra instrucción en el sistema educativo nacional, nos han inculcado.

En otro aspecto, consideramos que los símbolos patrios también son una representación de los ideales y aspiraciones del pueblo mexicano y de sus instituciones.

Efectivamente, podemos estimar que los símbolos patrios son una representación gráfica de los valores y principios que se plasman en la Constitución y las leyes, y que da vida, fuerza y justificación a sus instituciones.

Esto es así, pues conforme la Constitución, se justifica la existencia de las instituciones que integran el Estado Mexicano por las necesidades de la población, y de cierta forma son una expresión de la lucha histórica que se ha tenido; por ejemplo, la institución del juicio de amparo nace de la necesidad de contar con una defensa de los derechos ante las autoridades, y el poder judicial, como su depositario, tiene la responsabilidad de garantizar su efectividad.

También, podemos encontrar al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los cuales son instrumentos para garantizar el derecho de la ciudadanía de acceder al voto y contar con elecciones libres y auténticas y, en caso de existir alguna irregularidad de carácter determinante, ésta podrá ser anulada, con lo que se pretende salvaguardar la legalidad del derecho a votar, así como la legitimidad del órgano de elección popular.

Así también, nuestros símbolos patrios son un reflejo de nuestros derechos ciudadanos y de la necesidad de que estos sean preservados.

Por ejemplo, la libertad de expresión nos permite manifestar nuestras ideas y nutre el debate democrático, la posibilidad de asociarse permite que un grupo de personas unan sus voces, recursos y fuerzas para luchar y alcanzar una causa en común, podemos recibir información y exigirla a las autoridades, estos derechos, por mencionar algunos son todos producto de la lucha y evolución de la sociedad mexicana, y todos ellos dan contenido y vida a los símbolos que representan a nuestra Nación.