/ martes 9 de febrero de 2021

Rayos de sol | El sistema electoral en la UAZ

Incógnitas.- Aunque se quiera tapar el sol con un dedo, la realidad es que el proceso electoral de la Universidad Autónoma de Zacatecas dejó muchas dudas que se deben de resolver si se quiere volver a un sistema de votación electrónico.

Quejas.- Y es que las quejas fueron frecuentes en el sentido de que había gente que no se pudo registrar, había maestros que pedían a los alumnos su acceso, había otros que daban puntos por votar y, en algunos casos, por una expresión establecida.

Dudas.- En fin, hay dudas razonables que, más allá de cambiar el resultado, lo que parece que no se dará porque tienen mucha prisa en hacer los cambios, según se ve, deben clarificar todo el proceso de votación.

Dueños.- Incluso, hay que ver que la UAZ tiene dueños que no la hacen tan autónoma, y no la hacen tan de Zacatecas, sino de unos cuantos, y para muestra está que el denominado Grupo Universidad ha puesto al menos a los últimos cuatro rectores, Alfredo Femat Bañuelos, Francisco Javier Domínguez Garay, Armando Silva Cháirez y Antonio Guzmán Fernández, tomando en cuenta que Rubén de Jesús Ibarra Reyes es rector electo, pero en los hechos todavía no lo es.

Reglamentación.- En ese sentido, debería de existir una reglamentación al interior de la llamada máxima casa de estudios para que alguien directamente involucrado en la administración universitaria se postule a un cargo, si bien todos tienen el derecho de votar y ser votados, pues ya todo mundo sabía cuando Guzmán Fernández asumió como rector, que el próximo candidato sería Ibarra Reyes.

Gremial.- Otro detalle fue el del “democrático” sector de los trabajadores, que prácticamente hizo un voto gremial, raro se vio que casi todos los votos del sector fueron a un mismo candidato.

Transparencia.- Ya en la votación, se debe transparentar que el voto de cada académico, trabajador o alumno, fuera efectivamente hacia donde fue su voluntad, en el cual, debido a la prisa con que se llevó a cabo el proceso, además de la situación de la pandemia por el Covid-19 que pide el distanciamiento social, no se pudo ahondar, prácticamente nadie, según dijo la candidata María Teresa Villegas Santillán, sabía en qué consistía el programa donde se depositaba el voto.

Legislación.- Aparte, se nota una legislación interna en la UAZ muy mediocre, cuando la Rectoría debía de entender que no se pueden hacer cosas buenas que parecen malas, o cosas malas que parecen malas, o algo así, cuando en plena jornada electoral, a media tarde se anuncia que ese mismo día por la noche estaría depositado el bono ACD, el cual se vería reflejado ya en el cajero. Cualquiera con un limitado conocimiento electoral entiende que eso puede ser considerado coacción del voto.

Autocrítica.- De esta manera, si la UAZ está satisfecha con el sistema de votación implementado, debería de tener un poco más de autocrítica porque con ello siempre se va a mejorar.

Incógnitas.- Aunque se quiera tapar el sol con un dedo, la realidad es que el proceso electoral de la Universidad Autónoma de Zacatecas dejó muchas dudas que se deben de resolver si se quiere volver a un sistema de votación electrónico.

Quejas.- Y es que las quejas fueron frecuentes en el sentido de que había gente que no se pudo registrar, había maestros que pedían a los alumnos su acceso, había otros que daban puntos por votar y, en algunos casos, por una expresión establecida.

Dudas.- En fin, hay dudas razonables que, más allá de cambiar el resultado, lo que parece que no se dará porque tienen mucha prisa en hacer los cambios, según se ve, deben clarificar todo el proceso de votación.

Dueños.- Incluso, hay que ver que la UAZ tiene dueños que no la hacen tan autónoma, y no la hacen tan de Zacatecas, sino de unos cuantos, y para muestra está que el denominado Grupo Universidad ha puesto al menos a los últimos cuatro rectores, Alfredo Femat Bañuelos, Francisco Javier Domínguez Garay, Armando Silva Cháirez y Antonio Guzmán Fernández, tomando en cuenta que Rubén de Jesús Ibarra Reyes es rector electo, pero en los hechos todavía no lo es.

Reglamentación.- En ese sentido, debería de existir una reglamentación al interior de la llamada máxima casa de estudios para que alguien directamente involucrado en la administración universitaria se postule a un cargo, si bien todos tienen el derecho de votar y ser votados, pues ya todo mundo sabía cuando Guzmán Fernández asumió como rector, que el próximo candidato sería Ibarra Reyes.

Gremial.- Otro detalle fue el del “democrático” sector de los trabajadores, que prácticamente hizo un voto gremial, raro se vio que casi todos los votos del sector fueron a un mismo candidato.

Transparencia.- Ya en la votación, se debe transparentar que el voto de cada académico, trabajador o alumno, fuera efectivamente hacia donde fue su voluntad, en el cual, debido a la prisa con que se llevó a cabo el proceso, además de la situación de la pandemia por el Covid-19 que pide el distanciamiento social, no se pudo ahondar, prácticamente nadie, según dijo la candidata María Teresa Villegas Santillán, sabía en qué consistía el programa donde se depositaba el voto.

Legislación.- Aparte, se nota una legislación interna en la UAZ muy mediocre, cuando la Rectoría debía de entender que no se pueden hacer cosas buenas que parecen malas, o cosas malas que parecen malas, o algo así, cuando en plena jornada electoral, a media tarde se anuncia que ese mismo día por la noche estaría depositado el bono ACD, el cual se vería reflejado ya en el cajero. Cualquiera con un limitado conocimiento electoral entiende que eso puede ser considerado coacción del voto.

Autocrítica.- De esta manera, si la UAZ está satisfecha con el sistema de votación implementado, debería de tener un poco más de autocrítica porque con ello siempre se va a mejorar.