/ lunes 17 de enero de 2022

Referente periodístico │ El divorcio se asoma…

Las crisis que aquejan

La crisis de inseguridad, de salud, de economía y desempleo que vive Zacatecas pudiera ser el inicio del divorcio más fuerte entre la sociedad de Zacatecas y la nueva gobernanza que encabeza David Monreal Ávila. El asesinato de 7 policías municipales en la semana que terminó podría también abonarle a la descomposición entre pueblo y gobierno. Cuidado, mucho cuidado.

Ojalá y el gobernador no lo minimice.

Hoy, más que nunca, ante tanto problema (crisis) que vive el Estado, es cuando el nuevo gobierno debería responder con buenas noticias, con anuncios importantes, con dar certidumbre a los sectores productivos, para que, entre todos, el progreso y desarrollo se vaya construyendo todos los días. El problema es saber si el Gobierno de Zacatecas lo ve igual, porque, hasta ahora, los hechos indican otra cosa. Otra vez cuidado.

El divorcio pueblo-gobierno crece.

La desatención a varios de los sectores productivos es evidente, -a unos más que otros-, pero, al final del día, a todos les golpea. En mi opinión, David Monreal Ávila debería alzarse como el gran líder que aglutine a todos para sacar adelante al Estado. El Ejecutivo sólo, por sí mismo, simplemente no podrá hacerlo. También es momento de que suelte al gabinete para que aprenda.

Se está tardando.

Las crisis son serias

Inseguridad, pandemia, economía y desempleo, entre otros males son lo que están aquejando intensamente en este momento a Zacatecas y es muy notorio en las calles y en los municipios. No exageramos cuando decimos que hay una parálisis generalizada, en la espera, que una vez que lleguen los recursos del presupuesto la realidad pueda cambiar. El tema de la violencia es otra cosa.

Así andamos en Zacatecas.

Sostenemos una vez más la tesis de que una buena noticia del Gobierno de Zacatecas hacia sus gobernados, un anuncio importante a la ciudadanía, donde se involucre a los sectores productivos, podría generar un clima distinto al que sentimos ahora, en donde el miedo y la zozobra invaden a un Estado marcado por muchos problemas, algunos, de tiempo atrás, otros, de ahora justamente.

Las cosas por su nombre.

Recapitulando nuestra idea original, es que, si no llegan las buenas noticias, el grado de decepción de la sociedad se desbordará contra la nueva gobernanza. En este momento ya es bastante notorio. Dicho con propiedad, el divorcio entre pueblo y gobierno quedará de manifiesto. Hoy mismo, ya hay mediciones que acusan que ya hay problemas. Las altas expectativas que había, ya van desapareciendo.

Ni cómo defender lo indefensible.

Se fueron 4 meses y…

Por lo pronto, se fueron los primeros cuatro meses de la nueva gobernanza con más pena que gloria, en donde los distintivos fueron: los conflictos con jubilados, pensionados y maestros, las tomas de edificios, las marchas, las manifestaciones, insultos, desastres naturales (Ciudad Cuauhtémoc) y la repartición de culpas todos los días.

Así, simplemente, no se avanza.

Y por si lo anterior fuera poco, ahora la noticia, es que, en sólo una semana, 7 policías municipales (de Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas) han perdido la vida. Algunos de ellos estaban en activo, otros andaban francos, pero, al final del día, fueron asesinados dentro del clima de criminalidad que vive Zacatecas, por lo menos, desde hace casi 20 años.

Ni cómo ocultar la realidad.

En suma, el gobierno de David Monreal se encuentra ante la disyuntiva de querer arreglar solo los problemas de Zacatecas (que no puede), de seguir echándole la culpa al pasado, a lo que ya pocos le creen y comenzar a cumplir los compromisos que en su campaña política ofreció. Queda el tiempo suficiente, para que, de manera gradual, vayan mejorando las cosas.

Zacatecas ya no quiere pretextos.

Hasta mañana

Las crisis que aquejan

La crisis de inseguridad, de salud, de economía y desempleo que vive Zacatecas pudiera ser el inicio del divorcio más fuerte entre la sociedad de Zacatecas y la nueva gobernanza que encabeza David Monreal Ávila. El asesinato de 7 policías municipales en la semana que terminó podría también abonarle a la descomposición entre pueblo y gobierno. Cuidado, mucho cuidado.

Ojalá y el gobernador no lo minimice.

Hoy, más que nunca, ante tanto problema (crisis) que vive el Estado, es cuando el nuevo gobierno debería responder con buenas noticias, con anuncios importantes, con dar certidumbre a los sectores productivos, para que, entre todos, el progreso y desarrollo se vaya construyendo todos los días. El problema es saber si el Gobierno de Zacatecas lo ve igual, porque, hasta ahora, los hechos indican otra cosa. Otra vez cuidado.

El divorcio pueblo-gobierno crece.

La desatención a varios de los sectores productivos es evidente, -a unos más que otros-, pero, al final del día, a todos les golpea. En mi opinión, David Monreal Ávila debería alzarse como el gran líder que aglutine a todos para sacar adelante al Estado. El Ejecutivo sólo, por sí mismo, simplemente no podrá hacerlo. También es momento de que suelte al gabinete para que aprenda.

Se está tardando.

Las crisis son serias

Inseguridad, pandemia, economía y desempleo, entre otros males son lo que están aquejando intensamente en este momento a Zacatecas y es muy notorio en las calles y en los municipios. No exageramos cuando decimos que hay una parálisis generalizada, en la espera, que una vez que lleguen los recursos del presupuesto la realidad pueda cambiar. El tema de la violencia es otra cosa.

Así andamos en Zacatecas.

Sostenemos una vez más la tesis de que una buena noticia del Gobierno de Zacatecas hacia sus gobernados, un anuncio importante a la ciudadanía, donde se involucre a los sectores productivos, podría generar un clima distinto al que sentimos ahora, en donde el miedo y la zozobra invaden a un Estado marcado por muchos problemas, algunos, de tiempo atrás, otros, de ahora justamente.

Las cosas por su nombre.

Recapitulando nuestra idea original, es que, si no llegan las buenas noticias, el grado de decepción de la sociedad se desbordará contra la nueva gobernanza. En este momento ya es bastante notorio. Dicho con propiedad, el divorcio entre pueblo y gobierno quedará de manifiesto. Hoy mismo, ya hay mediciones que acusan que ya hay problemas. Las altas expectativas que había, ya van desapareciendo.

Ni cómo defender lo indefensible.

Se fueron 4 meses y…

Por lo pronto, se fueron los primeros cuatro meses de la nueva gobernanza con más pena que gloria, en donde los distintivos fueron: los conflictos con jubilados, pensionados y maestros, las tomas de edificios, las marchas, las manifestaciones, insultos, desastres naturales (Ciudad Cuauhtémoc) y la repartición de culpas todos los días.

Así, simplemente, no se avanza.

Y por si lo anterior fuera poco, ahora la noticia, es que, en sólo una semana, 7 policías municipales (de Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas) han perdido la vida. Algunos de ellos estaban en activo, otros andaban francos, pero, al final del día, fueron asesinados dentro del clima de criminalidad que vive Zacatecas, por lo menos, desde hace casi 20 años.

Ni cómo ocultar la realidad.

En suma, el gobierno de David Monreal se encuentra ante la disyuntiva de querer arreglar solo los problemas de Zacatecas (que no puede), de seguir echándole la culpa al pasado, a lo que ya pocos le creen y comenzar a cumplir los compromisos que en su campaña política ofreció. Queda el tiempo suficiente, para que, de manera gradual, vayan mejorando las cosas.

Zacatecas ya no quiere pretextos.

Hasta mañana