La nueva ley del Issstezac no salió, el tiempo se comió a los diputados que ya se van, la inteligencia nunca apareció; en cambio, sí afloró la repartición de culpas. Ahora, lo nuevo es desaparecer al Issstezac para dar vida a otra institución de seguridad social.
La frustración a flor de piel.
Ayer, el bloque de diputados de Morena y aliados, que querían una nueva Ley del Issstezac, pero que por falta de inteligencia y operación política no lo lograron, culparon al gobernador Alejandro Tello Cristerna, exgobernadores, exdirectores generales y exlíderes sindicales del quebranto financiero.
No tuvieron ni inteligencia.
Otro aspecto que estaba en juego fue el costo político que pesaba mucho, por eso al final se desistieron; además, que rescatar al Issstezac nunca fue sencillo y no lo será, incluso, desaparecerlo, es sumamente complejo. No son enchiladas pues.
Un giro de 180 grados
La crónica de un fracaso anunciado que hizo ayer la LXIII Legislatura del Estado, su último anuncio, da un giro de 180 grados al tema, aunque ahora corresponderá a la LXIV Legislatura del Estado, entrarte al polémico tema.
Era previsible desde mucho antes.
Ahora el dilema es: aprobar la ley del Issstezac o desaparecer lo para dar pasión a un nuevo instituto de seguridad social.
Esa es la cuestión.
A lo que pretendo llegar es que vaya forma de jugar con los sentimientos de miles de trabajadores, jubilados y pensionados.
Dirían los chavos: qué poca madre
¿Seguirá la impunidad?
En medio de esta discusión, algunas preguntas obligadas: ¿Se castigará a los responsables del quebranto, de antes y de ahora? ¿Alguno de los exdirectores y directores serán llamados a cuenta? ¿Desaparecerá el Issstezac para dar vida a otro Instituto?
Y dónde están los culpables
Dejar claro, desaparecer al Issstezac con todo lo que implica no es sencillo, está complicado
Insisto, no son enchiladas.
En conclusión, no se aprobó la polémica ley del Issstezac, en cambio, los diputados salientes culparon a Alejandro Tello Cristerna, a los exgobernadores recientes, a los exdirectores generales y a los exlídetes sindicales.
Para vergüenzas no ganan los trabajadores
Hasta mañana.
