/ martes 24 de noviembre de 2020

Referente periodístico │ Pequeña Sofía

Donde quiera que estés:

No te conocía, no sabía que existías hasta que se dio a conocer tu desaparición, no eras mi familiar, pero créeme cuando te digo que lamento bastante tu muerte. Eras apenas una niña.

Quienes tenemos la oportunidad de ser padres y abuelos, la noticia de tu muerte, Sofía, nos pegó. Y nos pegó sin conocerte, sin haberte tratado ni una sola vez, sin saber que existías, hasta que se hizo pública tu desaparición hace días y, apenas el domingo 22, tu muerte, en condiciones inhumanas. El domingo fue un día que nunca olvidarán muchos fresnillenses.

Te explico lectora, lector:

Hoy, la pequeña Sofía debe estar reunida con el Creador, ella, por su tragedia, movió el corazón de miles de zacatecanos y zacatecanas, muy en especial, de su tierra Fresnillo. La pequeña Sofía no debió morir así, ella no le hizo mal a nadie. Hoy, su familia sufre y se encuentra destrozada.

La pequeña Sofía, hoy, tal vez, debería estar jugando con sus muñecas y tomando sus clases desde su casa, pero no, el domingo alguien deshumanizado le quitó la vida a un ser humano indefenso, sin malicia, inocente, seguramente, con muchos sueños y anhelos. Hoy, ya no está con nosotros, pero su tragedia, no tengo duda servirá de algo. Murió la pequeña Sofía, tal vez para que otros niños y niñas vivan. Suena cruel, pero es probable que esto ocurra.

No hay palabras suficientes que calmen el dolor, menos las hay para expresarle a sus padres, a sus familiares, a sus vecinos, a sus amigos y amigas, el dolor que se siente como ciudadano, sin ser Sofía nuestro familiar. Pero por el sólo hecho de ser bendecidos por ser padre, tener hijos, hijas y ahora nietos, duele. Y duele mucho.

Cómo decirle a la pequeña Sofía un hasta pronto, si ni siquiera la conocía. Como decirle a Sofía que ya debe estar mucho mejor en dónde está. Sin embargo, en lo terrenal sus padres lloran su muerte, sufren su ausencia. Están destrozados.

Un réquiem para la pequeña Sofía nunca será suficiente. Morir como murió ella debe conmover a cualquiera, si era o no nuestro familiar eso es lo de menos. Al final del día, su muerte debe servir para recordarnos lo vulnerable que somos, la indefensión en la que estamos todos, la deshumanización que hoy vivimos como sociedad.

Pequeña Sofía:

Claro que no debiste morir así.

Finalizo:

La exigencia de justicia para la pequeña Sofía, tal vez, al final del día, se pierda como se pierden cientos de casos y que no pase nada, como en muchos casos similares o distintos a este, pero igual de trágicos para las familias. La pequeña Sofía ya descansa en paz. Ya juega a las muñecas en el paraíso.

Cierto, la muerte es el destino de todos. ¡de todos¡, pero cuando apenas se tienen 12 años como era el caso de la pequeña Sofía nadie quisiera que ese destino llegara. Hoy, la pequeña Sofía dejó esta vida terrenal para estar en la divina. Los griegos decían, que los dioses siempre se llevan primero a la gente buena y a la gente joven, hoy la pequeña Sofía es un ejemplo de ello, una niña que no debió morir así. Donde quiera que esté.

Descansa en paz.


Donde quiera que estés:

No te conocía, no sabía que existías hasta que se dio a conocer tu desaparición, no eras mi familiar, pero créeme cuando te digo que lamento bastante tu muerte. Eras apenas una niña.

Quienes tenemos la oportunidad de ser padres y abuelos, la noticia de tu muerte, Sofía, nos pegó. Y nos pegó sin conocerte, sin haberte tratado ni una sola vez, sin saber que existías, hasta que se hizo pública tu desaparición hace días y, apenas el domingo 22, tu muerte, en condiciones inhumanas. El domingo fue un día que nunca olvidarán muchos fresnillenses.

Te explico lectora, lector:

Hoy, la pequeña Sofía debe estar reunida con el Creador, ella, por su tragedia, movió el corazón de miles de zacatecanos y zacatecanas, muy en especial, de su tierra Fresnillo. La pequeña Sofía no debió morir así, ella no le hizo mal a nadie. Hoy, su familia sufre y se encuentra destrozada.

La pequeña Sofía, hoy, tal vez, debería estar jugando con sus muñecas y tomando sus clases desde su casa, pero no, el domingo alguien deshumanizado le quitó la vida a un ser humano indefenso, sin malicia, inocente, seguramente, con muchos sueños y anhelos. Hoy, ya no está con nosotros, pero su tragedia, no tengo duda servirá de algo. Murió la pequeña Sofía, tal vez para que otros niños y niñas vivan. Suena cruel, pero es probable que esto ocurra.

No hay palabras suficientes que calmen el dolor, menos las hay para expresarle a sus padres, a sus familiares, a sus vecinos, a sus amigos y amigas, el dolor que se siente como ciudadano, sin ser Sofía nuestro familiar. Pero por el sólo hecho de ser bendecidos por ser padre, tener hijos, hijas y ahora nietos, duele. Y duele mucho.

Cómo decirle a la pequeña Sofía un hasta pronto, si ni siquiera la conocía. Como decirle a Sofía que ya debe estar mucho mejor en dónde está. Sin embargo, en lo terrenal sus padres lloran su muerte, sufren su ausencia. Están destrozados.

Un réquiem para la pequeña Sofía nunca será suficiente. Morir como murió ella debe conmover a cualquiera, si era o no nuestro familiar eso es lo de menos. Al final del día, su muerte debe servir para recordarnos lo vulnerable que somos, la indefensión en la que estamos todos, la deshumanización que hoy vivimos como sociedad.

Pequeña Sofía:

Claro que no debiste morir así.

Finalizo:

La exigencia de justicia para la pequeña Sofía, tal vez, al final del día, se pierda como se pierden cientos de casos y que no pase nada, como en muchos casos similares o distintos a este, pero igual de trágicos para las familias. La pequeña Sofía ya descansa en paz. Ya juega a las muñecas en el paraíso.

Cierto, la muerte es el destino de todos. ¡de todos¡, pero cuando apenas se tienen 12 años como era el caso de la pequeña Sofía nadie quisiera que ese destino llegara. Hoy, la pequeña Sofía dejó esta vida terrenal para estar en la divina. Los griegos decían, que los dioses siempre se llevan primero a la gente buena y a la gente joven, hoy la pequeña Sofía es un ejemplo de ello, una niña que no debió morir así. Donde quiera que esté.

Descansa en paz.