/ viernes 19 de noviembre de 2021

Referente periodístico │ ¿Y la estafa legislativa?

¿Todo en manos de la UIF?

A lo mejor, al polémico diputado de Morena, Ernesto González Romo ya se le olvidó el tema que él (Ernesto) desnudó: la Estafa legislativa, pero a nosotros no. Hasta ahora, los temas de inseguridad, de los taxis “piratas” y la toma de Ciudad Gobierno han desviado un poco la atención, pero la denuncia de una probable corrupción en la pasada Legislatura debe tener un fin.

O los eximen o los castigan.

De ser un presunto caso de corrupción de la pasada LXIII Legislatura del Estado, ahora está la sospecha en la LXIV Legislatura del Estado, de que no pasará nada o bien, que no hay nada, y que, los 25 exdiputados señalados saldrán ilesos. Campantes andan por las calles y en sus nuevos cargos.

¿De acusador a apestado?

Dicho con propiedad, lo que pareciera un acto de corrupción de la Cámara de Diputados, ahora el problema está en la actual LXIV Legislatura del Estado, como consecuencia de la denuncia que interpuso uno de los diputados más polémicos que han llegado y que, se supone la denuncia ya está en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Pablo Gómez Álvarez.

Ahora a esperar.

La sospecha aumenta

Hasta ahora, todos son dichos, de que 25 exlegisladores (por lo menos cuatro ahora en el gobierno de David Monreal Ávila) se habrían quedado con 200 millones de pesos, producto de pagar servicios en empresas inexistentes, “fantasmas”, pues.

Eso dice la denuncia de Ernesto.

Por cierto, hasta ahora, la Auditoría Superior del Estado (ASE) que encabeza Raúl Brito Berumen no se ha pronunciado al respecto sobre el polémico tema de presunta corrupción. No hay que olvidar que está institución obedece a lo que diga y mande la Legislatura en turno.

No sabemos si hay una denuncia.

A lo que pretendemos llegar, es que, el tema de la Estafa legislativa se ha perdido del mapa en estos últimos días, porque el Estado está viviendo una grave crisis de inseguridad, entre otros graves problemas. El mismo diputado acusador, Ernesto González Romo ha optado por el silencio.

Todo se lo quiere dejar a la UIF.

O los eximen o los sancionan

En caso de haber una resolución de la UIF, el tema es claro: o la autoridad exime a los 25 exdiputados señalados por Ernesto González Romo o deberá sanciona de acuerdo al grado de corrupción que pudiera haberse presentado.

A terminar lo comenzado.

Bajo esta compleja discusión, habrá que esperar los tiempos procesales que marca una denuncia de esta naturaleza y, hasta lo que logramos entender, el diputado de Morena le apuesta a que la UIF sea quien desmienta o confirme lo que González Romo encontró.

El tiempo va para largo.

En conclusión, otros complejos problemas que azotan al Estado han acaparado los reflectores de los medios de comunicación, pero el tema de la Estafa legislativa no puede quedar en el olvido. El caso se debe cerrar, aunque la pelota hoy está en manos de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Sino de acusador a mentiroso.

Hasta el lunes.

¿Todo en manos de la UIF?

A lo mejor, al polémico diputado de Morena, Ernesto González Romo ya se le olvidó el tema que él (Ernesto) desnudó: la Estafa legislativa, pero a nosotros no. Hasta ahora, los temas de inseguridad, de los taxis “piratas” y la toma de Ciudad Gobierno han desviado un poco la atención, pero la denuncia de una probable corrupción en la pasada Legislatura debe tener un fin.

O los eximen o los castigan.

De ser un presunto caso de corrupción de la pasada LXIII Legislatura del Estado, ahora está la sospecha en la LXIV Legislatura del Estado, de que no pasará nada o bien, que no hay nada, y que, los 25 exdiputados señalados saldrán ilesos. Campantes andan por las calles y en sus nuevos cargos.

¿De acusador a apestado?

Dicho con propiedad, lo que pareciera un acto de corrupción de la Cámara de Diputados, ahora el problema está en la actual LXIV Legislatura del Estado, como consecuencia de la denuncia que interpuso uno de los diputados más polémicos que han llegado y que, se supone la denuncia ya está en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Pablo Gómez Álvarez.

Ahora a esperar.

La sospecha aumenta

Hasta ahora, todos son dichos, de que 25 exlegisladores (por lo menos cuatro ahora en el gobierno de David Monreal Ávila) se habrían quedado con 200 millones de pesos, producto de pagar servicios en empresas inexistentes, “fantasmas”, pues.

Eso dice la denuncia de Ernesto.

Por cierto, hasta ahora, la Auditoría Superior del Estado (ASE) que encabeza Raúl Brito Berumen no se ha pronunciado al respecto sobre el polémico tema de presunta corrupción. No hay que olvidar que está institución obedece a lo que diga y mande la Legislatura en turno.

No sabemos si hay una denuncia.

A lo que pretendemos llegar, es que, el tema de la Estafa legislativa se ha perdido del mapa en estos últimos días, porque el Estado está viviendo una grave crisis de inseguridad, entre otros graves problemas. El mismo diputado acusador, Ernesto González Romo ha optado por el silencio.

Todo se lo quiere dejar a la UIF.

O los eximen o los sancionan

En caso de haber una resolución de la UIF, el tema es claro: o la autoridad exime a los 25 exdiputados señalados por Ernesto González Romo o deberá sanciona de acuerdo al grado de corrupción que pudiera haberse presentado.

A terminar lo comenzado.

Bajo esta compleja discusión, habrá que esperar los tiempos procesales que marca una denuncia de esta naturaleza y, hasta lo que logramos entender, el diputado de Morena le apuesta a que la UIF sea quien desmienta o confirme lo que González Romo encontró.

El tiempo va para largo.

En conclusión, otros complejos problemas que azotan al Estado han acaparado los reflectores de los medios de comunicación, pero el tema de la Estafa legislativa no puede quedar en el olvido. El caso se debe cerrar, aunque la pelota hoy está en manos de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Sino de acusador a mentiroso.

Hasta el lunes.