Con el cambio de Presidente en Estados Unidos de América (EUA) y por el estilo de gobernabilidad del Presidente mexicano se presenta nuevo escenario en las relaciones bilaterales entre ambas naciones pero dada nuestra dependencia económica y cultural cualquier reorientación nos impacta directamente.
EUA mediante economía de guerra es potencia hegemónica mundial y por geografía somos vecinos hasta el fin de tiempos planetarios.
En el siglo XIX EUA prácticamente se adueñó de mitad del territorio nacional según su “Destino Manifiesto”, nos ha invadido militarmente casi 300 veces y vulnera nuestra soberanía constantemente con procedimientos diplomáticos, nos considera el “patio trasero de su casa”, impone condiciones al desarrollo de México como por ejemplo el “Tratado de Bucareli”, a mexicanos les discrimina y segrega en territorio estadounidense.
En México existe disparidad ciudadana de sentimiento respecto a EUA, en entidades norteñas fronterizas prevalece pro-estadounidense, mientras las del centro y sur la ciudadanía piensa predominantemente anti-estadounidense. En ciencia y tecnológica somos dependientes, culturalmente nos impone su forma de pensar con entretenimiento mediático, nuestra economía y finanzas dependen mucho de EUA, nuestra deuda externa con ese país es de 4 pesos por cada 10 y del Banco de México se infiere en septiembre 2020 nuestra deuda con EUA sería de 3 billones 572 mil 435 millones de pesos, difícil de pagar y agreguemos la disminución de nuestra dinámica económica agravada por la pandemia, ambos factores, entre otros, son claves para imponer dominio estadounidense al gobierno y pueblo mexicano.
Cifras anteriores y más precisas las tiene el gobierno entrante del presidente número 46 Joseph Robinette Biden Jr. o Joe Biden (nacido el 20 de noviembre de 1942, en Scranton, Pensilvania) y que de ser ciertas las afirmaciones de opositores al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (nacido el 13 de noviembre de 1953, en Tepetitán, Tabasco), entonces dicha deuda a EUA más las condiciones hegemónicas tipo socioeconómicas, financieras y políticas favorecen presión para controlar la política externa e interna mexicana a favor de grupos antiAMLO, agreguemos el efecto de coacción que realicen seguidores de Donald Trump que de alguna manera influirán en la toma de decisiones del gobierno de Biden respecto a México; en contraparte hay afirmaciones de grupos proclives a AMLO de que éste ha mostrado acciones de soberanía, que Biden le tiene respeto y buena amistad. Cualquiera de ambos contextos generará nuevo escenario en relaciones bilaterales México-EUA.
